El escuadrón de la muerte de Lukashenko


El régimen bielorruso asesinó a un periodista en Kiev en 2016
El régimen bielorruso, la última dictadura de Europa si nos olvidamos de las derivas autoritarias de Hungría y Polonia, organizó en 2012 un escuadrón de la muerte que tenía como objetivo asesinar a disidentes políticos refugiados en el extranjero. Una investigación del medio ‘EuObserver’ asegura, con documentos de la dictadura de Alexander Lukashenko, que se llegó a asesinar en 2016 a un periodista que vivía refugiado en Ucrania.
La operación se organizó para acabar con la vida de ese periodista (Pavel Cheremet) y de tres antiguos responsables políticos que se habían refugiado en Alemania tras abandonar al régimen. Lukashenko, que gobierna con mano de hierro Bielorrusia desde hace 26 años, habría destinado al escuadrón de la muerte 1,2 millones de euros.
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Cheremet, que vivía en 2012 en Moscú, donde se había refugiado tras huir de Minsk, fue asesinado en julio de 2016 en Kiev, la capital de Ucrania, por la explosión de una bomba lapa colocada bajo su vehículo. Hasta la publicación de esta información la Justicia ucraniana sólo apuntaba a sus propios servicios secretos a los rusos como posibles responsables del asesinato del periodista.
Una grabación del jefe de los servicios secretos
La investigación de EuObserver, un medio online especializado en información sobre las instituciones europeas, se basa en documentos y en una grabación de poco más de 20 minutos en la que Vadim Zaitsev, jefe de los servicios secretos bielorrusos entre 2008 y 2012 (se siguen llamando KGB) discute la organización de los asesinatos con los miembros del ‘Grupo Alfa’, una unidad especial que debía cometerlos. En la conversación se discute cómo los agentes bielorrusos pretendían infiltrarse en Alemania y cómo asesinarían a sus objetivos de forma que no se pudiera acusar al régimen bielorruso.
Los asesinatos de las personas que vivían escondidas en Alemania no se llegaron a cometer en parte porque los servicios secretos germanos, alertados de los planes, avisaron a los objetivos y les pusieron protección especial de sus propios servicios secretos. Esas personas son Oleg Alkaev (antiguo director de una prisión), Vladimir Borodach (coronel de las Fuerzas Armadas) y Viacheslav Doudkine (ex jefe del servicio de lucha contra la corrupción).
La fuente de la grabación es Igor Makar, un antiguo alto funcionario del KGB bielorruso que trabajó para su unidad antiterrorista y que ahora vive escondido del régimen en un país europeo. Makar contó a ‘EuObserver’ que ahora, más de ocho años después de tener conocimiento de la organización del grupo de asesinos, considera que debe hacerse pública la operación “en solidaridad con las manifestaciones pro-democracia en Bielorrusia”.
En diciembre de 2019 un antiguo miembro de una unidad de élite de los servicios secretos bielorrusos confesó a la cadena alemana Deutsche Welle haber pertenecido a un “escuadrón de la muerte” que había asesinado en 1999 a tres opositores políticos, entre ellos al antiguo ministro del Interior Yuri Zakharenko.
El papel de los siloviki (como se conoce en Rusia y Bielorrusia a los miembros de los servicios secretos) es esencial en el mantenimiento del régimen autoritario del presidente Alexander Lukashenko. Sin su apoyo el último dictador de Europa vería temblar su silla.