Europa apoya las protestas bielorrusas sin molestar a Rusia

La Unión Europea (UE) no acepta los resultados de las presidenciales bielorrusas del pasado 9 de agosto, apoya las protestas a favor de la democratización de Bielorrusia, exige que sean los bielorrusos los que decidan su futuro y pide la liberación de los detenidos desde el estallido de la revuelta el pasado 9 de agosto y el fin de la represión violenta. Los dirigentes europeos hicieron este miércoles, en una cumbre extraordinaria celebrada por videoconferencia, un delicado equilibrio para no molestar a Rusia, quien tiene la mayor parte de las cartas de la partida bielorrusa.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, arrancó la reunión diciendo: “La violencia tiene que parar y tiene que lanzarse un diálogo pacífico e inclusivo. El liderazgo de Bielorrusia debe ser un reflejo del deseo de su pueblo”. Educada y diplomática forma para decir que el presidente Alexander Lukashenko, conocido como ‘el último dictador de Europa’, debe dar un paso a un lado.

Los dirigentes europeos decidieron que la ayuda europea a Bielorrusia se canalice a partir de ahora a través de organizaciones de la sociedad civil y no del régimen. Además aprobaron un paquete de 53 millones de euros: 50 para luchar contra el coronavirus, dos millones para las víctimas de represión y un millón para financiar a medios de comunicación independientes.

La cumbre dio el visto bueno político a la elaboración de sanciones –congelación de activos en Europa y prohibición de pisar territorio de la UE- a los altos cargos involucrados directamente en el fraude electoral y en la represión violenta de las protestas. Las sanciones europeas, cuando son ad personam, no suelen aplicarse a los más altos dirigentes para evitar no tener con quién hablar.

Svetlana Tsikhanovskaia, la candidata opositora ahora refugiada en Lituania y cuyo marido, antiguo candidato, sigue encarcelado en Bielorrusia, pidió en un video a los dirigentes europeos que no reconozcan el triunfo de Lukashenko: “Les pido que no reconozcan estas elecciones fraudulentas. El señor Lukashenko ha perdido toda su legitimidad a ojos de nuestra nación y del mundo”. 

Dos enfoques: más o menos tacto con Rusia

La cumbre no fue larga para los estándares de Bruselas y sólo se alargó porque entre los 27 hubo una cierta división en qué tono debería usar la UE hacia Rusia. Gobiernos como el francés o el italiano pidieron que se tuviera mucho tacto y mucha mano izquierda al tratar con Moscú. Las capitales escandinavas, las bálticas y Polonia creen que lo idóneo es un mensaje diplomático duro y claro y la aprobación de sanciones. 

La presidencia semestral de la UE, que ostenta Alemania este semestre, intenta mediar. Por ahora sin éxito. Angela Merkel reconoció tras la cumbre que no ve posibilidades de mediación: “No puedo siquiera contactar por teléfono con Lukashenko”. Traducción: el bielorruso no le coge el teléfono. Los europeos respaldaron la propuesta de mediación de la OSCE, que Minsk por ahora rechaza.

El comisario europeo de Industria, el francés Thierry Breton, rompió la línea oficial este miércoles al decir que “Bielorrusia no es Europa. Bielorrusia está fuertemente conectada a Rusia y la mayoría de su población es favorable a mantener estrechos lazos con Rusia”. Si lo segundo genera pocas dudas, la aseveración de que “Bielorrusia no es Europa” no parece compatible con los mapas.

Más represión

El presidente bielorruso ordenó este miércoles a la Policía que acabe de una vez con las protestas. Lukashenko marca así el fin de unos días relativamente más pacíficos en los que la oposición ha podido manifestarse sin recibir porrazos a cambio. El líder bielorruso también anunció que los periodistas de medios públicos que dejaron sus puestos en protesta por las emisiones progubernamentales que les obligaban a difundir no serán readmitidos. 

España pide diálogo

El presidente español, según un cable de Europa Press, pidió durante la cumbre “el inicio de un diálogo nacional inclusivo”. Sánchez dijo que las elecciones bielorrusas no fueron “libres ni justas” y pidió que Lukashenko libere a quienes han sido “arbitrariamente encarcelados”.