Éxito o desastre: el debate sobre el "billete universal" de transporte público a nueve euros en Alemania


Desde el 1 de junio, el billete de 9 euros está en vigor en el transporte público local en toda Alemania
El Gobierno del canciller Olaf Scholz ha lanzado, entre críticas y la defensa del Ejecutivo, un billete mensual de nueve euros con el que poder viajar por cualquier zona del territorio germano.
El ministro de Transportes, el liberal Volker Wissing, celebra ya la medida como “un éxito”, aunque de ella se ha dicho que es una "idea absurda”
¿Éxito?¿Demasiado éxito?¿Un absurdo? Muchos en Alemania se apresuran estos días en valorar la medida puesta en marcha desde el pasado primero de junio gracias a la cual, comprando un billete mensual de transporte público de 9 euros, el viajero puede utilizar cualquier autobús, metro, tren de cercanías y tren regional del país.
El Estado alemán se está gastando unos 2.500 millones de euros para financiarla. Sólo los trenes de alta velocidad, llamados aquí ICE, y los Intercity, siguen teniendo sus tarifas habituales.
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El billete a nueve euros, válido únicamente para los meses de junio, julio y agosto, permite, si el usuario del transporte público se organiza bien con las conexiones, atravesar toda Alemania. Así, con una buena organización y mucha paciencia, decenas de punkis se presentaban el pasado fin de semana en la turística Isla de Sylt (norte germano) tras largas horas de viaje y numerosos transbordos. Ese fin de semana fue de tres día, pues el lunes era festivo al celebrarse el Pentecostés.
Los vídeos de estos punkis de fiesta en una céntrica plaza de la ciudad de Westerland, la capital de Sylt, aparecieron en todos los medios alemanes para dar cuenta de algo que sólo habría sido posible gracias al billete de los nueve euros. Las imágenes del centro de Westerland, un lugar turístico apacible y algo exclusivo, por momentos, recordaba a los fines de semana del barrio más alternativo de Berlín o Hamburgo.
Se llegó a ver a uno de estos punkis subido a un gran flotador con forma de unicornio dentro de una fuente pública. Según apreció el diario conservador Die Welt, la visita de los punkis hacía que la isla se quedara “casi irreconocible”. “Los punkis han conquistado la isla”, llegó a leerse en dicho periódico.
Insel kaum wieder zu erkennen: Jetzt haben die Punks Sylt erobert https://t.co/uJznVwi0TS pic.twitter.com/cOyVFMjNYv
— WELT (@welt) 5 de junio de 2022
Escenas como esas han alimentado el debate sobre la conveniencia de una medida del Gobierno del canciller Olaf Scholz destinada a facilitar el acceso al transporte público. La iniciativa se incluye en el conjunto de medidas lanzadas recientemente por Scholz y compañía para aliviar el alza de los precios de la energía en el actual contexto inflacionista, también marcado por las consecuencias de la ilegal guerra de Rusia contra Ucrania.
El ministro defiende la medida como “un éxito, un taquillazo”
La idea la ha estado defendiendo incluso antes de que entrara en vigor el ministro de Transportes de Scholz, el liberal Volker Wissing. Según ha contado el semanario Der Spiegel, él quería ofrecer inicialmente a los usuarios este verano un billete mensual universal a 30 euros.
Sin embargo, aquella medida no generaba unanimidad en el Ejecutivo que componen socialdemócratas, ecologistas y liberales. Por eso se pasó a la fórmula de un billete mensual de nueve euros. Wissing lo ha catalogado ya de “éxito”. “Es, en todo el sentido de la palabra, un éxito, un taquillazo”, decía este ministro al poco de empezar a utilizarse el tique mensual de nueve euros.
Algo antes de poder emplearse, dicho billete ya se vendía por centenares de miles de unidades. En Berlín, por ejemplo, en los siete días previos al 1 de junio, se habían vendido más de 450.000 tiques, según han dicho desde la Empresa de Transporte de Berlín (BVG, por sus siglas alemanas) al periódico conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung. El fin de semana en el que los punkis viajaron a Sylt se vendieron 130.000 de esos billetes en la capital alemana, según las consultas de ese diario.
De media se venden 40.000 de estos billetes sólo e Berlín
Ahora, se venden, de media, 40.000 billetes diarios. Entre tanto crece, sobre todo en fin de semana, la sensación de que las rutas más turísticas van a estar saturadas cuando haya posibilidad de usarlas. No en vano, el semanario Die Zeit contaba esta semana no menos de 7 millones de ventas de este tique desde que se empezó a ofrecerse al público.
Esta publicación, de orientación progresista, celebraba en sus páginas el impulso que supone la medida al transporte público pese a que implicara también “trenes abarrotados, pasajeros luchando por los asientos o bicicletas que tienen que quedarse fuera”. “En realidad, documenta un gran éxito”, según Die Zeit.
Con tantas ventas de billetes, no sorprende que en último el fin de semana de la Pentecostés, unas fechas que suelen dejar cada año imágenes de trenes saturados, no fuera una excepción. Hubo muchos más usuarios viajando gracias al tique de nueve euros, incluidos los punkis de Sylt. Hubo tramos que se han visto saturados debido a la afluencia de viajeros con el tique de nueve euros, según han reconocido, por ejemplo, en la empresa de tren regional HLB, de Hesse (oeste alemán).
“Durante los periodos de máxima afluencia, el número de viajeros era tan alto que hubo trenes que no pudieron salir”, según decía Karl-Peter Naumann, de la Asociación de Pasajeros Pro Bahn, en unas declaraciones recogidas por el diario berlinés Der Tagesspiegel.
Trenes que van tarde antes de llegar la idea “más absurda de la historia”
En realidad, los responsables de Deutsche Bahn, la gran empresa de ferrocarriles de Alemania, sabían que habría aglomeraciones en los trenes regionales por culpa del billete de los nueve euros al mes, al menos en los tramos más turísticos. También sabían en Deutsche Bahn y en el resto de empresas que transportan pasajeros y mercancías que ya trabajaban por encima de sus capacidades antes de que el billete de nueve euros abriera el transporte público a las masas.
De hecho, una de las características del transporte en tren en Alemania antes de que ese tique casi universal empezara a venderse es que esos transportes llegan “demasiado a menudo demasiado tarde”, según datos recientes del Der Spiegel. En un detallado estudio sobre la puntualidad de los trenes alemanes en la primera mitad del año, esa revista constaba que sólo el 59% era puntual.
Añadirle a sector ferroviario que ya experimentaba estas dificultades un incremento de la demanda gracias al tique mensual de nueve euros es de las cosas que hace que haya gente que le tenga poca fe a la medida. Uwe Ebbinhaus, reportero del Frankfurter Allgemeine Zeitung que ha estado estos días viajando por Alemania para dar cuenta de la situación sobre el terreno, se ha referido a la medida como “la idea más absurda de la historia de la transformación del transporte en Alemania”.
Entre lo “absurdo” y el “éxito” estarán, seguramente, las conclusiones sobre la medida que saque la Deutsche Bahn después de este verano. Para esta empresa, además de mucha sobrecarga en sus trenes regionales, los meses de junio, julio y agosto van a servir para estudiar a fondo el uso que se da al transporte público gracias a la información que están generando los desplazamientos del tique de precio reducido.
Visto así, el billete de los nueve euro no es ni será un triunfo ni una iniciativa que predestinada a morir de éxito. Constituye, ante todo, un experimento.