Lo nunca visto desde la crisis financiera de 2008: déficit en la balanza comercial de Alemania


En el mes de mayo de este año, Alemania realizó más importaciones que exportaciones, dejando un saldo negativo de 1.000 millones de euros.
Algo así no ocurría desde enero de 2008, en los días de la última y gran crisis financiera global.
Alemania importó más bienes y servicios de los que exportó el pasado mes de mayo. La balanza comercial germana quedaba, por tanto, en números negativos ese mes. En concreto, registraba un saldo negativo de unos 900 millones de euros, según informaba este lunes a través de un comunicado la Oficina Federal de Estadística (Destatis, por sus siglas alemanas).
“En mayo de 2022, las exportaciones alemanas cayeron un 0,5% y las importaciones crecieron un 2,7% respecto a los datos de abril de 2022”, se lee en dicho comunicado, un texto que da cuenta de un caída exportadora poco o nada habitual.
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Im Mai 2022 sind die deutschen #Exporte gegenüber April 2022 um 0,5 % gesunken und die Importe um 2,7 % gestiegen. Die Exporte nach Russland stiegen im gleichen Zeitraum um 29,4 %, die #Importe aus Russland gingen um 9,8 % zurück. Mehr dazu: https://t.co/8bss8o7gIE #Außenhandel pic.twitter.com/RD2m69Edd5
— Statistisches Bundesamt (@destatis) 4 de julio de 2022
Alemania, considerada 'locomotora' del crecimiento económico europeo, tiene como tradicional motor sus exportaciones. El dato de este mes refleja, sin embargo, que al engranaje de la economía germana le cuesta funcionar en el actual contexto geopolítico, marcado por las consecuencias de la ilegal guerra de Rusia contra Ucrania, sobre todo las relativas al precio de la energía, y las crisis de abastecimiento de componentes derivados de la pandémica COVID-19.
Resultado del hostil comportamiento internacional de Rusia es que los costes de energía hayan crecido ostensiblemente en los últimos meses. Esto empieza a causar problemas de orden industrial, no sólo en Alemania, sino en toda Europa. Empresas como la Alemana BASF, uno de los grandes consorcios internacionales del sector químico, ahora está preparándose para eventuales cortes de suministro de gas. BASF, como buena parte del sector industrial germano - y de parte de Europa - se han acostumbrado a funcionar dependiendo mayormente del gas ruso.
Fuentes económicas de la Comisión Europea citadas por el diario estadounidense The Wall Street Journal han llegado a apuntar que se espera que "los elevados costes de la energía en Europa afecten a la producción industrial y al crecimiento económico general de la región este año". Entre otros temores, figura el que el 'viejo continente' acabe importando más de lo que se exporta.
Ese contexto es el que ha traído esta situación – de momento puntual – de mayores importaciones que exportaciones. Desde los días de la crisis financiera de 2008 no se recordaba un mes en el que Alemania compraba más bienes y servicios extranjeros que los que vendía al mundo.
En concreto, el mes de enero de 2008, escasos meses después del inicio de la crisis de las hipotecas 'subprime' que trajo la caída en desgracia de Lehman Brothers y, posteriormente, de la economía global. Con todo, aquel año Alemania siguió siendo “el campeón del mundo en la crisis económica”, según solía aludirse al país de la entonces canciller, Angela Merkel.
En 2021, exportaciones alemanas por valor de 1,37 billones con b
La etiqueta de país más exportador del mundo, que ha acompañado a los productos industriales 'Made in Germany' durante años, hace ya tiempo que Alemania la perdió. Lo hizo en beneficio de China, líder mundial, y de Estados Unidos, inmediato perseguidor del gigante asiático en lo que ha exportaciones se refiere.
Alemania, sin embargo, sigue siendo el país más exportador de la zona euro, por delante de Los Países Bajos y de Italia, según los rankings que suelen hacerse en función de cuanto venden al extranjero las naciones europeas. A nivel mundial, la 'locomotora' europea sigue ocupando un papel importante entre los países más exportadores del mundo. De hecho, se le suele atribuir el papel de tercer país más exportador del plantea.
Clasificaciones aparte, el sector de las importaciones es tan relevante en Alemania como que se estima que uno de cada cuatro personas que trabajan en suelo germano lo hacen en el sector de las exportaciones. Así, en 2021, pese a las aún perceptibles consecuencias del parón económico que supuso la lucha contra el pandémico SARS-CoV-2, el virus de la COVID-19, las exportaciones germanas fueron de unos 1,37 billones de euros. Ese año Alemania importó bienes y servicios por valor de 1,20 billones de euros.
Good Morning from #Germany, which is falling as an economic powerhouse on a global scale. Germany’s trade surplus is gone. Foreign trade balance came in at MINUS €1bn in May, which is the 1st negative print since 1991 due to its energy problems & weakness in manufacturing. pic.twitter.com/HnRBwNaQon
— Holger Zschaepitz (@Schuldensuehner) 4 de julio de 2022
Entre enero y mayo, el saldo acumulado de la balanza comercial aún es positivo
En lo que va de 2022, según datos de Destatis, Alemania ha exportado bienes y servicios por valor de 616.000 millones de euros. El valor de las importaciones asciende a 593.600 millones de euros. El saldo de la balanza comercial, en los primeros seis meses del año, se mantiene, por tanto, en positivo. Eso sí, por muy poco, unos 22.400 millones de euros.
En los datos históricos de Destatis, que permiten ver los resultado de esa balanza hasta el año 1952, Alemania siempre tuvo valores anuales positivos. El número más bajo es precisamente el de ese año, cuando en tiempos de la República Federal de Alemania, la Alemania Occidental, la balanza comercial presentaba 361 millones de euros.
Tanto los expertos que asesoran al Gobierno de Alemania como los principales institutos de estudios económicos avisan de una importante desaceleración económica por culpa de la guerra
— NIUS (@NiusDiario) 23 de abril de 2022
✍🏻@SmmEnBerlinhttps://t.co/sulB2lHMtz
El dato que Destatis presentaba este lunes a cuenta de mayo puede verse como un síntoma más de la marcha desfavorable de la economía alemana. Ésta sufre ahora, sobre todo, por la inseguridad energética consecuencia de la dependencia del gas ruso, convertido en “un bien escaso” desde que Berlín y el resto de capitales europeas decidieron sancionar a Moscú por su agresión militar a Ucrania.
En la escasez de ese hidrocarburo se fundamenta un alza de los precios de la energía que ya parece estar lastrando al país del canciller Olaf Scholz. La 'locomotora' del crecimiento en Europa se está frenando.