Viento en contra para la energía eólica en Alemania


Es clara la voluntad del Gobierno de Olaf Scholz de impulsar este tipo de energía renovable. Pero las dificultades en el sector y las resistencia a los aerogeneradores complican la tarea del canciller.
“Hay una serie de variables que está dificultando el cuadre de balances en muchas empresas del sector, como la inflación, la escasez de suministros y el incremento de la competitividad en la industria", dicen a NIUS fuentes del sector.
Con el canciller Olaf Scholz, Alemania se ha puesto, entre otros objetivos, que el 80% de la energía que consuma el país en 2030 venga de fuentes renovables. Ese objetivo es clave en la “descarbonización” para 2045 acordada por el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), la formación de Scholz, y sus socios en el Ejecutivo, Los Verdes y los liberales del FDP.
Para llegar al 80% de energías renovables en el mix energético alemán hay que doblar prácticamente el porcentaje que significaron en ese mix las fuentes renovables el año pasado. A saber, un 42%. En los planes del Ministerio de Economía, en manos del vicecanciller y político ecologista Robert Habeck, figura que el 100% de la energía que consuma Alemania proceda de renovables en 2035.
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Para cumplir esos objetivos hace falta, entre otras cosas, que sople mucho viento y que éste pueda aprovecharse para producir energía en Alemania. En 2021, el 20,3% de la energía que se generó en Alemania procedía del viento, de acuerdo con las cuentas recientes del portal de estadística germano Statista.
En el país de Scholz, Habeck y compañía hace falta, por tanto, “más energía eólica, mucha más energía eólica”, según ha presentado el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung el mensaje que desde principios de año se esfuerza en transmitir el Gobierno alemán.
Que la ilegal invasión por tierra, mar y aire de Rusia contra Ucrania haya expuesto las dependencias energéticas alemanas – que antes de esa guerra importaba algo más del 50% del gas que consumía del país de Vladimir Putin – parece añadir una sensación de urgencia a esa voluntad del Ejecutivo germano de impulsar energías renovables como la eólica. Sin embargo, el sector de la energía eólica no está para que le metan prisa.
Ese sector ya parece tener suficientes urgencias con las que lidiar. De ahí que esté siendo protagonista, para mal, de la crónica económica. “Justo ahora que la demanda de aerogeneradores es especialmente alta, las empresas registran pérdidas millonarias”, ha podido leerse, por ejemplo, en las páginas del diario económico alemán Handelsblatt.
“No generan beneficios”, señala el Handelsblatt sobre las grandes empresas del sector
Se aludía con esos términos en las páginas de ese diario a la situación de firmas como la germano-española Siemens Gamesa, la firma estadounidense GE Renewable Energy o la compañía Nordex, con sede en Dinamarca. Todas ellas, junto a la danesa Vestas, el líder mundial del sector, atraviesan un momento complicado.
Tanto es así que, por ejemplo, Nordex cerraba el pasado 30 de junio su última planta de aerogeneradores en Alemania, dejando a 600 personas sin empleo.
“No generan beneficios”, resumía el Handelsblatt la situación actual de esas empresas. La inflación está afectando su negocio, sobre todo en lo que respecta a las materias primas, como el cobre o el acero, que se necesitan para levantar los aerogeneradores. Pero también sigue siendo un problema la carestía de componentes que está lastrando a nivel global la actividad industrial.
Fuentes del sector confirman a NIUS esta situación. “Los productores de turbinas lo están pasando mal en estos momentos”, señalan las fuentes consultadas por este diario.
“Hay una serie de variables que está dificultando el cuadre de balances en muchas empresas del sector, como la inflación, la escasez de suministros y el incremento de la competitividad en la industria incentivada por los sistemas de subastas (CfDs, siglas inglesas de “contrato por la diferencia”) en la mayoría de mercados”, abundan.
Se podría pensar que un país como la Alemania de Scholz y Habeck podría suponer un soplo de aire a favor para estas compañías con sus objetivos energéticos. Pero no es así. El mercado alemán no puede contrarrestar la dinámica en la que parece haber entrado este sector.
El Gobierno facilita levantar parques eólicos más rápido
En este contexto, el pasado mes de junio el Gobierno teutón presentaba un proyecto de ley que Habeck y el resto de ministros ecologistas presentaban como especialmente prometedor para la generación de energía eólica. Se trata de una medida con la que, de aquí a 2032, llegar a usar a un 2% del suelo germano para la producción de energía con aerogeneradores.
Con dicho texto pretenden en el Gobierno alemán aligerar la instalación de parques eólicos en la geografía del país, acelerando así los trámites administrativos para levantar aerogeneradores y ampliando la superficie para esas instalaciones de aprovechamiento del viento.
Mit dem Wind-an-Land-Gesetz legen wir für 🇩🇪 ein Gesamtziel von 2% Fläche für Windenergie fest und stecken ab, welches Bundesland wie viel bereitstellt. Was sonst drinsteht, haben wir hier für euch zusammengefasst. ⬇️ Danke an @BMUV & @BMWSB_Bund für die gute Zusammenarbeit. 2/2 pic.twitter.com/awxnlScjsk
— Bundesministerium für Wirtschaft und Klimaschutz (@BMWK) 15 de junio de 2022
Se estima que, hasta que esa ley de Habeck no cambie las cosas, sólo el 0,5 % del suelo alemán está dedicado a esos fines. En suelo alemán – sin considerar los aerogeneradores offshore – se contaban en 2021 unos 28.230 aerogeneradores.
Se supone que los Länder son ahora los responsables de hacer sus cuentas para ver cómo pueden llegar a ese 2%, si es que, de hecho, tienen espacio para lograr dicho porcentaje. A priori, ciudades-estado como son Berlín, Hamburgo y Bremen lo tienen más complicado que aquellos estados federados donde abundan la superficies rurales.
En Länder del norte, como Schleswig-Holstein y Hesse, o Sarre (sureste) respetan ya ese 2% o están muy cerca de hacerlo. Otros, como Sajonia (este) o Baden-Württemberg (suroueste) figuran a la cola, lejos del 0,5%. Precisamente en Baden-Württemberg, aunque allí gobiernan los ecologistas, se tiene constancia de que “el enfado de los ciudadanos es un motivo importante por el que muchos proyectos se retrasan”, según han explicado en las páginas económicas del Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Visto está que no todos los alemanes aceptan de buena gana la instalación de aerogeneradores. Y esta claro que habrá un impacto en el paisaje a través del impulso de las energías renovables. El propio Habeck ha dejado dicho que impulsar las energías verdes “cambiará el semblante del país”.
Resistencias ambientalistas a los aerogeneradores
Junto a quienes quieren proteger el panorama, también es factor de resistencia ese activismo ambientalista cuya influencia llega incluso en Berlín cuando se trata valorar el impacto sobre las especies animales de los aerogeneradores.
Desde organizaciones como la Federación Alemana para el Medioambiente y la Conservación (BUND, por sus siglas alemanas) se plantea que el texto que quieren sacar adelante Scholz y Habeck debilita la protección de los animales afectados por la instalación de los aerogeneradores.
Según las explicaciones que ha ofrecido Heide Naderer, la presidenta de la Federación de Conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad (NABU, por sus siglas alemanas), otras de las grandes organizaciones dedicadas ala protección del medioambiente, actualmente no sólo hay una “crisis climática”, sino también una de “biodiversidad”. A su entender, Habeck está poniendo la crisis climática por encima de la que afecta a la biodiversidad.
BUND y NABU se presentan estos días como otros dos obstáculos con los que pueden toparse las prisas del Gobierno alemán por impulsar la energía eólica.