La guerra de Rusia contra Ucrania deja empañados los objetivos climáticos de Scholz


La ilegal invasión de Rusia contra Ucrania y la dependencia del gas ruso obligan a Alemania tomar medidas hasta hace nada impensables bajo un Gobierno integrado por ecologistas.
Alemania compensa la carestía de gas ruso con carbón para generar energía eléctrica. El carbón sigue siendo la primera fuente de energía eléctrica en Alemania.
Se puede considerar un “éxito” del canciller Olaf Scholz el que en la cumbre del G7 de esta semana celebrada en Elmau los países más industrializados del planeta acordaran la creación de un “Club climático” con el que avanzar “con más ambición hacia los objetivos climáticos”, según los términos del jefe del Gobierno alemán. Sin embargo, ese éxito resulta algo magro.
A lo que se dedicará el citado club lo resumen así en el Ejecutivo germano: “la promoción de medidas ambiciosas de protección del clima para reducir la intensidad de las emisiones [de gases de efecto invernadero, ndlr.] hacia la neutralidad climática; la transformación conjunta de los sectores industriales para impulsar la descarbonización y la creación de partenariados internacionales para la acción climática y promover una transición energética justa”.
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Ahora bien, no hay fecha concreta para la formación de dicho club, aunque se pretende se ponga en pie este mismo año.
“Formar un club climático está muy bien. Los países del G7 tienen una gran responsabilidad y una inmensa influencia, pero en la cumbre se ha desaprovechado la oportunidad de ser concretos en los objetivos y en las fechas”, señala a NIUS Julian Zuber, responsable de German Zero, una importante organización germana dedicada, entre otras cosas, a la elaboración de políticas eficaces de lucha contra el cambio climático.
Que el G7 haya acordado la formación de ese grupo de países demuestra que, a diferencia de lo que apuntaba a principios de esta semana el diario Süddeutsche Zeitung, Scholz está solo en el “club climático”.
Was bleibt von einem Kanzler #Scholz, der dem #Klimaschutz in #Elmau ursprünglich einen großen Schub geben wollte? Immerhin eine Initiative ist offenbar entscheidend vorangegangen. #G7 #SZPlus https://t.co/vFqolm4xIq
— SZ Top-News (@SZ_TopNews) 27 de junio de 2022
Sin embargo, en lo que respecta a la agenda ambientalista que debiera llevar el Gobierno del canciller, formado por socialdemócratas como Scholz, ecologista y liberales, la cumbre del G7 ha constituido un nuevo frente de críticas desde los sectores más preocupados por el calentamiento global y sus consecuencias.
Scholz y su “violenta reacción fósil”
Por ejemplo, a Luisa Neubauer, representante en Alemania del movimiento juvenil Fridays For Future, no le tranquiliza para nada la promesa de la creación de un club climático salido de Elmau. “Lo que vemos es que el Gobierno de Olaf Scholz forma parte de la violenta reacción fósil que está tendiendo lugar”, decía Neubauer esta semana en una de sus apariciones televisivas.
Contribuye a pensar así la acumulación de decisiones que se están tomando en Berlín y que sorprenden en vista de que en la coalición de Scholz están representados Los Verdes en importantes ministerios como Asuntos Exteriores y Economía.
Así, precisamente el titular de Economía y vicecanciller, el ecologista Robert Habeck, daba explicaciones hace unos días a cuenta de una “mala decisión para el medio ambiente” que él estaba obligado a tomar por culpa del progresivo cierre del grifo del gas natural ruso. A saber, sacar de la producción de energía eléctrica las centrales de gas para sustituirlas por centrales de carbón. Es una medida “miserable” pero “necesaria”, según los propios términos de Habeck.
El Ministerio de Economía alemán: “emitiremos más CO2 a la atmósfera”
“Emitiremos más CO2 a la atmósfera, porque el carbón emite más CO2, es peor para la atmósfera”, decía Habeck a través de uno de sus habituales mensajes de vídeo emitidos a través de los canales de sus redes sociales. “La medida que he tomado como ministro para la Protección Climática [otra cartera de la que es responsable Habeck, ndlr.] es mala para la atmósfera. Esto hay que asumirlo y uno no puede evadir la responsabilidad”, abundaba Habeck.
Die Lage auf dem Gasmarkt ist ernst. Bundesminister #Habeck erklärt, warum er heute die Alarmstufe ausgerufen hat, welche Maßnahmen das #BMWK ergriffen hat, was noch geplant ist und was jede und jeder selbst tun kann. pic.twitter.com/a67s5tmyOQ
— Bundesministerium für Wirtschaft und Klimaschutz (@BMWK) 23 de junio de 2022
Según el contrato de coalición firmado por el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Los Verdes y los liberales del FDP, se supone que el país iba a dejar el uso del carbón en 2030. Ese año era considerado como el “ideal” para dejar de utilizar esa energía fósil.
Ahora bien, en el actual contexto geopolítico, el abandono del carbón en Alemania, en vista de las medidas que ha de tomar el país, aún no ha comenzado. Según datos recientes de la Oficina Federal de Estadística de Alemania (Destatis), el 31,5% de la energía eléctrica que se generaba en suelo germano en el primer trimestre del año procedía del carbón.
El 52,9% de la energía eléctrica procedía de “fuente de energía convencionales”, se lee en el comunicado de Destatis. El 47,1% de esa electricidad la creaban fuentes de energía renovables, fundamentalmente aerogeneradores.
Más proyectos fósiles para no ser víctimas del chantaje de Putin
Otro asunto que muy a su pesar Habeck y compañía parecen estar obligados a ignorar es el compromiso del G7 adoptado al poco de comenzar 2022 consistente en dejar de financiar proyectos energéticos relacionados con recursos fósiles a finales de este año.
Porque hasta 2023 podrían estar financiándose las dos terminales de gas natural liquido que Alemania quiere poner en funcionamiento cuanto antes. Entre tanto se esperan que el país disponga de cuatro terminales móviles alquiladas capaces de traer gas natural líquido a Alemania hsta que se construyan las dos terminales en construcción.
Para Zuber, el responsable de German Zero, todas estas medidas relacionadas con la escasez de gas corresponden con una “estrategia de emergencia del Gobierno alemán para que el país no sea chantajeable por Rusia”. Él ve, paralelamente, al Ejecutivo trabajando en la buena dirección en lo que respecta, por ejemplo, la promoción de las energías renovables.
“En los ministerios se está haciendo mucho más ahora ante el cambio climático que en las legislaturas anteriores, pero no es suficiente”, abunda Zuber, cuya organización quiere contribuir a que Alemania sea un país neutral desde un punto de vista climático en 2035, algo que figura también en el contrato de la coalición semáforo que lidera Scholz.
Proyecto para descarbonizar Alemania en @NiusDiario. https://t.co/AYkymPBBB8.
— Salvador Martínez Mas (@SmmEnBerlin) 28 de noviembre de 2021
En contra de la futura prohibición del motor de combustión en Europa
A Zuber le gustaría ver “la misma rapidez, en la puesta en marcha de terminales de gas natural líquido a la hora de construir plantas industriales neutrales desde un punto de vista climático o para la construcción de centrales solares porque en Alemania, por ejemplo, aún a día de hoy se pueden construir plantes industriales que no son neutrales”.
Otro de los temas en los que Zuber ve problemática la gestión del Ejecutivo es la negativa del Ministerio de Transportes, en manos del liberal Volker Wissing, de instaurar un límite de velocidad de 130 kilómetros hora, algo que permitiría, entre otras cosas, ahorrar energía. También desde el Gobierno alemán hay resistencias ante el plan de prohibición de venta de coches con combustibles fósiles de aquí a 2035.
El propio ministro de Hacienda, vicecanciller y líder de los liberales, Christian Lindner, se ha manifestado en contra de esa iniciativa europea. En el FDP defienden que la combustión es una tecnología ante la cual conviene estar “abiertos”, dado que en un futuro otros combustibles eléctricos podrían sustituir a los de origen fósil.
Scholz también tiene que componer la acción de su Gobierno con esas posiciones. Seguro que tampoco le facilitan la consecución de los objetivos climáticos que le ha puesto a su país.