Salvar a la energética Uniper: la misión de Scholz en la crisis del gas creada por Putin


Uniper, la gran empresa energética alemana dedicada al negocio del gas, pide ayuda al Estado germano por problemas de liquidez ante las subidas del precio de ese hidrocarburo.
Aún se discute cómo se puede salvar a esta empresa de valor estratégico para el país del canciller Olaf Scholz. No se descarta la participación estatal en el capital de la compañía.
Cuando se dice aquello de que Alemania es el principal “cliente” de Gazprom, la gran empresa energética rusa dedicada mayormetne a la explotación de gas natural, en realidad, se quiere afirmar otra cosa.
En rigor, el principal cliente extranjero de Gazprom es la firma germana Uniper, una compañía con sede en Düsseldorf (oeste teutón) que emplea a 11.500 personas en los 40 países en los que está presente. Su volumen de negocio, en 2021, estaba de cerca de los 164.000 millones de euros, según las cuentas del portal de estadística alemán Statista.
MÁS
Este año, sin embargo, el negocio de Uniper está en serio peligro. Por eso ha pedido la ayuda del Estado alemán.
Ahora mismo, el Nord Stream 1, gasoducto que une Alemania y Rusia por el mar Báltico, está cerrado por obras de mantenimiento. Por esa infraestructura, sin embargo, había ya dejado de circular un buen 60% del gas que solía traer. Esa decisión de Gazprom, en la que pueden verse las intenciones del presidente ruso Vladimir Putin de utilizar el gas como arma contra Alemania y Europa, ha puesto a Uniper en una situación más que delicada. Hay que remontarse medio siglo para ver llegar a Alemania tan poco gas natural ruso como este mes de julio.
En este contexto, los responsables de la empresa energética alemana ya han realizado formalmente lo que en Alemania llaman “solicitud de estabilización”. Una medida así, en la peor fase de la pandemia de la COVID-19, ya sirvió para que la compañía aérea Lufthansa, la gran empresa alemana del sector del transporte aéreo, recibiera en ayudas miles de millones de euros del Estado alemán.
Por lo visto, en las cuentas que ha hecho Klaus-Dieter Maubach, CEO de Uniper, a finales de este año su empresa podría acabar necesitando hasta 10.000 millones de euros, según ha podido leerse en las páginas económicas del diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Estas necesidades de Uniper se deben, fundamentalmente, a las consecuencias del paulatino cierre del grifo del gas ruso operado por Gazprom. Esto obliga a Uniper a comprar gas por otras vías y a precios que superan los establecidos en los contratos a largo plazo firmados con Gazprom. A sus clientes, sin embargo, Uniper no puede subirles el precio del gas y eso hace que, para la firma alemana la situación haya pasado a ser insostenible.
Una situación de riesgo para Alemania
En resumen, Uniper está comprando gas para uso en Alemania – sus clientes son centros industriales, compañías municipales y centrales energéticas – a precio de oro. Pero, al revenderlo, no lo está cobrando tan caro. Así, “el modelo de negocio ha dejado de funcionar”, según los términos con los que han descrito la situación de la compañía energética en el diario Süddeutsche Zeitung.
“La situación es insostenible para nosotros, por eso hemos hecho oficial la petición de ayudas del Estado”, explicaba el pasado viernes en rueda de prensa el CEO de Uniper, surgida en 2016 tras ser separado su gasístico negocio del gigante energético teutón E-ON.
Si para Uniper es insostenible, la situación es para Alemania de máximo riesgo. Porque Uniper consta como empresa responsable de infraestructuras críticas para el Estado alemán.
De ahí que tan pronto como se supo de las maniobras de Maubach y compañía en Uniper para pedir ayuda pública, desde el Ejecutivo del canciller Olaf Scholz se ha visto con buenos ojos el tender una mano a la firma energética con sede en Düsseldorf. La semana pasada, el propio Scholz ya dejaba claro en un acto público celebrado en Múnich que en su Gobierno se ha tomado la “decisión política de querer ayudar a Uniper”.
¿Una línea de crédito, entrada de dinero público en el capital de Uniper... ?
Esto supone más trabajo para el ministro de Economía y vicecanciller, el ecologista Robert Habeck, cuyo negociado en el Ejecutivo incluye desde que empezó la ilegal invasión de Rusia contra Ucrania el hacer que su país escape de la relación de dependencia energética con Moscú forjada en Alemania durante décadas.
Habeck ya ha dicho que el Estado se va a ocupar de la situación de Uniper. “No permitiremos que una empresa de importancia sistémica quiebre y, como consecuencia, que el mercado energético mundial se vea sumido en la confusión”, ha señalado Habeck.
Las soluciones para socorrer a Uniper son, por lo pronto, desconocidas. Aunque no se descarta el facilitar acceso a líneas de crédito a través del Banco de Desarrollo del Estado de la República Federal de Alemania (KFW, por sus siglas alemanas), una entidad financiera gubernamental; ni la entrada de dinero público en el capital de la empresa.
Uniper, 'too big to fail'
Uniper es parte del consorcio energético finlandés Fortum, donde se reconocen la “extrema presión financiera” a la que está sometida la compañía germana.
Fortum, que tiene centrales nucleares en Suecia y plantas energéticas a base de carbón y gas, puede ser algo complicado con lo que lidiar para el ecologista Habeck. Al menos de cara a su partido, pues, entre otras cosas, Los Verdes tienen en su ADN la lucha contra la energía atómica y las emisiones de dióxido de carbono. Eso es así incluso en los actuales tiempos de crisis energética.
La energía nuclear vuelve a estar sobre la mesa en Alemania
— NIUS (@NiusDiario) 13 de julio de 2022
✍🏼 Lo cuenta @SmmEnBerlin https://t.co/QaeK7R7jvq
Sobre Uniper, la revista económica Capital ha explicado ya desde principios de este mes que “la cuestión es saber cómo serán las ayudas del Estado”, porque lo que está claro es que las ayudas saldrán caras “sí o sí”.
También parece estar claro que Scholz, Habeck y compañía no van a dejar caer a Uniper. Esta empresa es 'too big to fail', por seguir la expresión aplicada a bancos e instituciones financieras demasiado importantes para el sistema financiero en tiempos de la crisis de 2008. O lo que es lo mismo, “demasiado importante para caer”.