En la encarecida Berlín, otra solución para el mercado de vivienda: ¿mini-casas?


Las “casas pequeñas” experimenta un 'boom' en Berlín, dicen desde el propio sector.
Volker Eichener, profesor de política social en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Düsseldorf, señala a NIUS que esa es una solución habitacional a considerar ahora el que el ahorro energético se ha convertido en prioritario.
El mercado inmobiliario berlinés ha sido hasta no hace tanto centro de atención internacional por las no pocas medidas que se han probado aquí para tratar de atajar la subida de los precios de la vivienda, en especial, las que están en alquiler. No en vano, se ha llegado a estimar que un buen 80% de los berlineses viven de alquiler.
Durante un tiempo, hasta que el Tribuna Constitucional lo declaró inconstitucional el año pasado, se puso un tope al alquiler en la ciudad-estado que es la capital alemana. El día de las pasadas elecciones generales, se votaba en un referéndum no vinculante organizado por la sociedad civil la expropiación de las viviendas de las grandes empresas dueñas de casas en Berlín, es decir, las firmas con más de 3.000 apartamentos en alquiler en la ciudad.
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En esa consulta ganó el “sí”, pero la 'gran expropiación' aún está pendiente de realizarse. Con la actual alcaldesa, la socialdemócrata Franziska Giffey, cabe pensar que nunca ocurrirá. Ella fue elegida en las últimas elecciones berlinesas con una oferta política que no ocultaba su escepticismo ante la medida. Con la expropiación “no se resuelve la crisis de la vivienda”, dejó dicho Giffey en su campaña al ayuntamiento.
„Mit Enteignungen lösen wir die Wohnungsnot unserer Stadt, die große soziale Frage, nicht. Ich wünsche mir, dass auch der zweite Teil der Geschichte erzählt wird: die damit verbundenen Entschädigungen kosten Milliarden & es entsteht davon keine einzige neue Wohnung.“ @FNFreiheit
— Franziska Giffey (@FranziskaGiffey) 13 de julio de 2021
A estas alturas, al expropiación sigue sin tener lugar y Giffey, de hecho, planteaba por su cuenta recientemente en una entrevista con el diario berlinés Der Tagesspiegel que ella quisiera ver implementada una norma según la cual sólo el 30% de los ingresos de los habitantes de un hogar debieran estar dedicados al pago del alquiler. Se la criticó desde la derecha, el centro y hasta desde la izquierda de la izquierda.
En la formación izquierdista Die Linke, socia en el tripartido en el poder en Berlín que está compuesto también por socialdemócratas y ecologistas, han calificado la última idea de Giffey de “irrealista”. Además, puede ser peor ese tratamiento que la enfermedad, si de lo que se trata es de paliar la presión del alquiler que sufren los hogares menos favorecidos. Porque, implementándose la idea del 30% de Giffey, los propietarios de pisos en alquiler siempre preferirán el 30% de un inquilino acaudalado que el 30% de un inquilino modesto.
Ni el secretario general del partido en el poder encuentra casa en Berlín
En este contexto de incertidumbre regulatoria, hay una realidad palmaria: en Berlin escasea la oferta de vivienda. La demanda excede con creces lo que ofrece el mercado inmobiliario. Por eso el precio de las casas es tan elevado. Tanto es así que en mayo no pasó desapercibido cuando el mismísimo secretario general del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Kevin Kühnert, reconoció que no encontraba un apartamento que alquilar pese a que cobra 10.000 euros al mes. En la presente legislatura, Kühnert también es diputado del Bundestag.
Berlin: Kevin Kühnert sucht seit mehr als einem Jahr eine Wohnung https://t.co/lq8faZSlze
— SPIEGEL Schlagzeilen (@Spiegel_Schlagz) 5 de mayo de 2022
En los planes de Giffey consta que, para 2030, la ciudad construya 200.000 viviendas. Está por ver si el actual contexto económico, marcado por la incertidumbre internacional generada en buena medida por la ilegal guerra de Rusia contra Ucrania y los coletazos de los efectos del parón impuesto por la lucha contra la COVID-19, permite cumplir con esos planes.
Entre tanto, la vivienda en Berlín se ha encarecido a niveles nunca vistos. Hay barrios, como el muy moda barrio de Friedrichshein, en los que, entre 2008 y 2022, “el precio del suelo se ha multiplicado más de un 1.000%”, según ha constatado el diario berlinés Berliner Zeitung.
Tal vez por eso lo que se han llamado “casas pequeñas” puede ser un producto que prospere en este mercado inmobiliario. La expresión “casa pequeña” alude a soluciones habitacionales de hasta unos 55 metros cuadrados, construidas sobre ruedas o en adaptados contenedores de transporte de mercancías.
Mini-casas, entre 35.000 y 200.000 euros
Según afirmaban hace unos días al diario berlinés Berliner Morgenpost desde la plataforma Tinyhouse-berlin.de, que tiene detrás a la empresa Ostbomke, la demanda de productos como los suyos se está doblando cada año. En concreto, lo que esta empresa ofrece son casas sobre ruedas donde los espacios están optimizados al máximo. Hay modelos en dicha plataforma disponibles por 35.000 euros.
Otras compañías de este mercado apuestan por estas mini-casas con algo más de standing y precios más elevados. Hasta 200.000 euros llegan a costar, por ejemplo, las mini-casas de 52 metros cuadrados en la empresa Cabin One.
Para Volker Eichener, profesor de política social en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Düsseldorf y un buen conocedor del mercado inmobiliario berlinés, viviendas como las que ofrece Cabin One son, sobre todo, soluciones para gente asociada a determinados estilos de vida en “espacios rurales”, pues también precisan de un espacio más o menos amplio sobre el que instalarse.
Personas interesadas en dejar a toda costa los contextos urbanos, con recursos limitados frente a la compra de una casa que hacer desde cero, es un perfil típico. Como decía al Berliner Morgenpost un propietario de estas mini-casas: “una mini-casa significa libertad; la casa me pertenece; y en un segundo estoy en el jardín, uno está sencillamente más cerca de la naturaleza y eso sienta bien”.
Contenedores reciclados para vivir
Para espacios urbanos, Eichener señala en lo práctico que resultan las viviendas realizadas a partir de contenedores. “A base de contenedores hay proyectos en ciudades como Hamburgo, Colonia o Berlín. Son interesantes porque, son baratos, rápidos de utilizar porque se pueden preparar muy rápido para ser habitados con materiales aislantes y preparando puertas y ventanas; con conexiones a la red eléctrica y al agua y demás”, señala Eichener a NIUS.
“Pero luego hay una tercera ventaja. A saber, se pueden instalar de forma temporal en espacios que no están considerados como habitables por las autoridades”, abunda. Este último aspecto resulta de especial importancia porque, de un tiempo a esta parte, las superficies para construir viviendas en Berlín hace ya tiempo que escasean. “Las colonias hechas con contenedores ofrecen una solución, y por eso se han utilizado para acoger a refugiados, por ejemplo”, recuerda Eichener.
Debido a la invasión de Rusia contra Ucrania, se estima que sólo la capital alemana ha recibido del orden de 100.000 refugiados ucranianos. Giffey y compañía, sin embargo, no están apostando por las mini-casas para esas personas ni para el resto de berlineses que sufren la crisis de la vivienda. Pero, según Eichener, podrían serlo.
“No sabemos lo que va a pasar con la energía. Pero hay un escenario según el cual la energía va a seguir escaseando y siendo cara durante largo tiempo. Y una forma típica para ahorrar energía es vivir en espacio pequeños. Calentar menos superficie es lo que más efecto tiene para ahorrar energía. Y aquí, micro-apartamentos y mini-casas pueden ser una solución”, concluye el profesor de la la Universidad de Ciencias Aplicadas de Düsseldorf.
Las autoridades germanas hacen hincapié en la necesidad de ahorrar, aunque siguen buscándose alternativas al gas natural ruso en caso de que Moscú cierre el grifo del gas
— NIUS (@NiusDiario) 8 de mayo de 2022
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