Scholz quita un trauma al SPD: quiere acabar con las sanciones a los parados de Schröder


El canciller alemán Olaf Scholz quiere dar más dinero y facilidades a los parados.
Su ministro de Trabajo, el también socialdemócrata Hubertus Heil, trabaja en una reforma del sistema de ayudas a los desempleados, conocido como “Hartz IV”.
El sistema “Hartz IV” recibe el nombre de Peter Hartz, quien fuera responsable de concebir las reformas de ayudas sociales en Alemania en tiempos del canciller Gerhard Schröder.
Para muchos es un sistema sin el cual Alemania no habría dejado de ser el “enfermo de Europa”. Para otros, especialmente en la izquierda alemana, y concretamente en el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), las reformas inspiradas en Peter Hartz fueron más que un lastre.
Esas reformas se convirtieron, de hecho, en una complicadísima herencia del canciller Gerhard Schröder que no todavía no ha digerido buena parte de la formación del ahora jefe de Gobierno alemán Olaf Scholz. No lo hizo ni durante los tres lustros que duró la era de Angela Merkel en el poder.
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En la izquierda del SPD, al igual que en la izquierda de la izquierda del espectro político alemán, todavía los hay que no pueden entender cómo un partido orientado a lo “social” como el SPD acabó implementando las ideas de Peter Hartz. A saber, esquemas que establecían, entre otras cosas, que las ayudas sociales a los parados se podían recortar si el desempleado rechazaba instrucciones de las autoridades como formarse o presentándose como candidato a empleos ofertados.
“Las reformas que llevan el apellido de Peter Hartz se implementaron en un tiempo en el que gobernaba Schröder en una coalición de SPD y Los Verdes. Pero, como problema en sí, el 'Hartz IV' se acabó convirtiendo en un problema sólo para el SPD”, recuerda a NIUS Volker Eichener, experto en política social y profesor en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Düsseldorf. Tal problema ha sido "el Hartz" IV para el SPD que se le considera un auténtico “trauma” para el partido de Scholz.
Desde Schröder, ninguno de los presidentes del SPD hizo las paces con esa reforma. Ninguno pudo dormir realmente tranquilo por culpa de esas reformas, por mucho que hayan contribuido a reducir el paro en Alemania. Actualmente, aunque la economía germana está especialmente amenazada por la crisis geopolítca que ha supuesto la ilegal invasión rusa contra Ucrania, el paro en Alemania está en el 5,6%. En 2005, el paro era del 11,7%.
El crecimiento económico se revalúa a la baja en el país del canciller Olaf Scholz, considerado el motor de la economía del 'viejo continente'
— NIUS (@NiusDiario) 6 de julio de 2022
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“El final del sistema Hartz IV”
Sin embargo, Hubertus Heil, ministro de Trabajo y Asuntos Sociales de Scholz, está trabajando en una reforma del “Hartz IV” o, como se ha venido apuntando en la crónica política alemana, “el final del Hartz IV”.
“La idea de las reformas de Schröder consistía en situar a las agencias dedicadas a las ayudas para el desempleo, los llamados hoy Job Center, en una posición en la que pueden exigir a los empleados que se postulen candidatos para un trabajo, o que hagan una formación o que tengan citas en la agencia. Y si el parado no cumple, entonces se pueden recortar las ayudas que recibe”, expone Eichener. Esos castigos, desde que existen, han sido percibidos para parados y la izquierda más militante “como una vejación”, recuerda este experto.
Precisamente ese espectro del SPD sigue teniendo mucho poder en el partido del canciller. Saskia Esken, de hecho, continúa siendo co-presidenta del partido, aunque le acompaña en esa tarea desde hace escasos meses Lars Klingbeil, hombre de confianza del más centrado Scholz.
Sea como fuere, esa izquierda del SPD ha contribuido a que se imponga la necesidad de que el canciller socialdemócrata ponga fin al "Hartz IV". De ahí que el también socialdemócrata ministro de Trabajo de Scholz haya presentado ya los principales puntos de la reforma con la que quiere pasar la página de las reformas del tándem Peter Hartz-Gerhard Schröder.
Las ayudas pasan a llamarse “dinero ciudadano”
El "Hartz IV" va a pasar a llamarse “dinero ciudadano”, según las intenciones de Heil. Supondrá una mejora de 50 euros a los actuales 450 euros básicos que perciben los desempleados que reciben la remuneración con el nombre del ex colaborador de Schröder.
Además, establece menor fiscalización a los parados por parte de los Job Centers. Por ejemplo, uno de los puntos más comentados es que “en los dos primeros años de percepción de las ayudas, los beneficiarios deben poder permanecer en sus casas”. Los Job Center pueden llegar a pedir que el desempleado se mude de casa si quiere seguir percibiendo las ayudas sociales.
La reforma de Heil también contempla un llamado “periodo de confianza” en el que se excluyen las sanciones que reducen las prestaciones. Sólo en casos muy particulares habrá reducción de prestaciones, es decir, en el de “las personas que no acudan de forma crónica a las citas con el Job Center”, según las explicaciones de Heil.
Con mejoras como esas para los desempleados quieren Scholz y compañía en el SPD acabar con el “sistema Hartz IV”. Pero con la “reforma el sistema se mantiene igual, incluido con sus errores, y lo único que implica es que se sea más generoso con las personas que perciben las prestaciones”, señala Eichener, el experto en política social de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Düsseldorf.
“Una maniobra política que sigue sin incentivar el empleo”
A su entender, las ideas que ha puesto sobre la mesa Heil constituyen “un regalo electoral para las personas que reciben esas ayudas”. Por eso Eichener habla del final del actual "Hartz IV" como una “maniobra política”.
Pero en esa maniobra, Heil y el SPD se van a topar con la resistencia de sus socios liberales en la 'coalición semáforo'. En el partido liberal, el FDP, no aceptan la idea de aumentar las ayudas como quiere Heil. También en la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el principal partido de la oposición en el Bundestag, se opone a las ideas presentadas por Heil.
“Estamos ante un tema de discusión en la coalición del Gobierno. Aunque hay un acuerdo general para que el sistema "Hartz IV" se dé por terminado, la reforma de Heil tiene un enfoque equivocado, porque se reduce aún más el incentivo a lograr un empleo”, según Eichener.
En el mercado laboral alemán hay 2,4 millones de desempleados, mientras que se cifra en 1,7 millones los puestos de trabajo que están sin ocupar. Según Eichner, el actual sistema ya resta estímulos a la vuelta al trabajo cuando se está dentro del sistema "Hartz IV" porque cuando trabajando “se gana más de 170 euros, ese plus se pierde si se quiere seguir recibiendo las ayudas sociales, y esto es injusto además de una torpeza”.
Además, los planes de Heil puede salir bastante caros. Un estudio del Centro Liebniz para la Investigación Económica Europea, la subida en prestaciones de la reforma de Heil podría costar del orden de 50.000 millones de euros. Según cuentas recientes del dominical Welt am Sonntag, en Alemania, sólo un 1,7% de los desempleados considerados de larga duración logran al mes un trabajo que les haga cotizar.