Alemania quiere recibir a los desertores rusos, pero el este europeo no


Las imágenes que llegan de Rusia en las que ciudadanos del país del presidente Vladimir Putin se acumulan en las fronteras para esperar su turno de escapar a la “movilización parcial” anunciada por su jefe de Estado la semana pasada no han dejado indiferentes en Alemania.
El mayor país - en peso económico y demográfico - de la Unión Europea (UE), de hecho, quiere encontrar un acuerdo entre los 27 que permita contribuir a solucionar la situación de los desertores rusos. Según decía el pasado fin de semana Steffen Hebestreit, el portavoz del canciller Olaf Scholz, Alemania quiere encontrar con el resto de países de la UE “una solución firme”.
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Las puertas de Alemania, por lo que apuntan políticos de gran parte del arco parlamentario, parecen poder abrirse para esos desertores. Ahora bien, no está clara aún la fórmula con la que desde Berlín se quiere operar esa apertura, más aún cuando en Berlín da la impresión de que todo pasa por encontrar una solución a nivel de la Unión Europea y, entre los 27, no hay acuerdo sobre qué hacer con quienes huyen de la “movilización parcial” que obliga la ilegal invasión de Rusia contra Ucrania.
Los países Bálticos (Letonia, Estonia y Lituania), además de Polonia están en contra de facilitar el acceso a su territorios a ciudadanos rusos a los que se reprocha ser un grupo en el que hay mucha gente “que encontraban que estaba bien que los ucranianos murieran, algo contra lo que no han protestado”. Esos términos son del ministro de Asuntos Exteriores de Letonia, Edgars Rinkevics. Él entiende que los desertores que se comportaron así no son “objetores de conciencia”.
Many of Russians who now flee Russia because of mobilisation were fine with killing Ukrainians, they did not protest then, it is not right to consider them as conscious objectors. There are considerable security risks admitting them and plenty of countries outside EU to go
— Edgars Rinkēvičs (@edgarsrinkevics) 22 de septiembre de 2022
En Alemania, que tradicionalmente ha tenido una política hacia Rusia distinta respecto a la de las naciones sometidas en su día a la Unión Soviética, no parece existir un posicionamiento equivalente al del jefe de la diplomacia letona. En Los Verdes, el partido de Annalena Baerbock, la ministra de Asuntos Exteriores, ven a los desertores como personas que bien pudieran recibir el estatus de “demandantes de asilo”.
Ese estatus lo han recibido casi 900.000 ucranianos, en su mayoría niños llegados a Alemania huyendo de la guerra de agresión rusa, según datos oficiales del pasado mes de junio.
Scholz diferencia entre población y presidente ruso: es la “guerra de Putin”
En el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), la formación de canciller Olaf Scholz, comparten esa visión de los ecologistas. Así, uno de sus líderes en el Grupo Parlamentario del SPD en el Bundestag, Dirk Wiese, ha dejado dicho al diario Rheinischen Post que el castigo que el régimen de Putin impone a quienes evitan el alistamiento “es suficiente motivo para el asilo”.
El propio canciller Scholz, en otro momento del debate público en el que se hablaba a nivel europeo de si Alemania seguir ofreciendo visados turísticos a ciudadanos rusos, ya había dejado dicho en su conferencia de prensa de este verano que los rusos podían hacer turismo en suelo germano. A su entender, la guerra contra Ucrania es “la guerra de Putin”, no de la población rusa.
Ese debate europeo terminó con un acuerdo alcanzado a finales de agosto, según recordaba en sus páginas la semana pasada el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, cuando se determinó que la llegada de rusos a suelo de la Unión podía, llegado el caso, dificultarse. Conseguir el visado subía de precio (80 euros en lugar de 35 euros). Además, se ampliaba el tiempo (hasta 45 días) en el que las autoridades podían pronunciarse sobre el visado de la persona en cuestión.
Alemania lleva tramitados casi 54.000 visados de ciudadanos rusos entre febrero y el lunes
Sin embargo, la, por lo visto, temida “movilización parcial” que Putin ha impuesto a la población rusa reabre el debate europeo. En Alemania, ni las herramientas acordadas en agosto ni aquellas con las que se dotó el país al poco de comenzar la invasión rusa contra Ucrania parecen suficientes.
En todo el mundo, según las cuentas del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, las autoridades germanas han tramitado en sus embajadas 53.861 solicitudes de visado de ciudadanos rusos, entre el pasado 1 de febrero y el lunes 26 de septiembre.
En el Ministerio del Interior, en manos de la también socialdemócrata Nancy Faeser, se lanzaba en mayo un programa de ayuda a disidentes rusos, salidos mayormente del área de medios de comunicación y el ámbito científico, al que se han acogido 438 personas.
A los desertores, “por regla general, se les debe proteger”, dice la titular de Interior
Para Faeser, según decía en una entrevista a la última edición del dominical Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, a los desertores, “por regla general” se les debe dar protección. Sus palabras cuentan con la luz verde de la oposición, aunque en la Unión Cristiano Demócrata (CDU) han hablado de “visados humanitarios” para los desertores.
En Alemania, poco efecto parecen tener los avisos de los países bálticos y Finlandia sobre la posible presencia de espías rusos entre los desertores que se desplacen próximamente a suelo europeo. En el ministerio de Faeser han señalado que la llegada de estos rusos que huyen del frente implicará procesos de demandas de asilo en los que la Oficina para la Inmigración y Refugiados (BAMF, por sus siglas alemanas) donde considerar también aspectos de seguridad, pero nada más.
Anscheinend verlassen viele Russen ihre Heimat: Wer Putins Weg hasst und die liberale Demokratie liebt, ist uns in Deutschland herzlich willkommen. #Teilmobilmachung
— Marco Buschmann (@MarcoBuschmann) 21 de septiembre de 2022
En Berlín parece asumirse que puede que no todos los desertores rusos serán los “amantes de la democracia liberal” a los que el partido liberal, el FDP, quiere dar la bienvenida. Al menos esos son los términos que empleaba el ministro de Justicia alemán, el liberal Marco Buschmann, quien tuiteaba recientemente: “Por lo visto, muchos rusos están abandonando su patria: los que odian el camino de Putin y aman la democracia liberal son bienvenidos a unirse a nosotros en Alemania”.