Artistas que rompieron con la Alemania comunista y que ahora empiezan a ser reconocidos


Una exposición berlinesa revisita la producción artística en el Berlín Oriental, el que fuera capital de la República Democrática de Alemania (RDA), poniendo el foco, entre otras cosas, en quiénes rompieron con el régimen comunista antes de su caída.
La caída del muro de Berlín sigue cumpliendo años y, en este 2022, ya se cuenta el 33º aniversario del día en que empezó a caer el régimen comunista de la República Democrática de Alemania (RDA). No en vano, hace dos lunes se celebraban aquí los 32 años desde la Reunificación de Alemania.
Aunque parezcan ser suficientes aniversarios como para que los alemanes hayan resuelto sus cuentas pendientes con aquel régimen comunista, lo cierto es que todavía quedan no pocos aspectos de la vida en tiempos de la RDA por investigar y aclarar. El papel que jugaron los artistas en los momentos de la caída del régimen, por ejemplo, es uno de ellos.
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A los creadores del Berlín Oriental se les dedica este otoño una exposición en la que se da cuenta de la crítica contra el comunismo que realizaron muchos de ellos a través de su arte. Se titula 'Aufbrüche. Abbrüche. Umbrüche. Kunst in Ost-Berlin 1985-1995', algo así como “Salidas, rupturas, cambios. Arte en Berlín-Este 1985-1995”, y la presentan de forma conjunta la Iglesia de San Nicolás y el Palacio-Museo Ephraim.
#Savethedate ⏰ Im #MuseumNikolaikirche & #MuseumEphraimPalais ist ab 16.9. die neue #Ausstellung „Aufbrüche. Abbrüche. Umbrüche. Kunst in Ost-Berlin 1985-1995“ zu sehen! Rund 35 #Ostberlin|er Künstler:innen mit mehr als 100 Werken werden präsentiert. ℹ️ https://t.co/gsNdN89s38 pic.twitter.com/9Ef0cZ6S5h
— Stadtmuseum Berlin (@StadtmuseumBLN) 14 de septiembre de 2022
Esos dos edificios históricos, destruidos, el primero en la Segunda Guerra Mundial y el segundo los primeros años del nazismo en el poder, fueron reconstruidos por el régimen comunista germano. Estos días, sin embargo, sirve de espacio explicativo sobre la crítica ejercida por los artistas de la Alemania Oriental. La presentación de esta crítica contra la RDA es algo relativamente nuevo en el país del canciller Olaf Scholz.
“El arte de la RDA y del este de Berlín se ha visto siempre sólo desde un punto de vista en el que se apuntaba que los artistas trabajan mayormente para las instituciones del estado y que por eso lo que hacían estaba sobre todo determinado por la ideología”, dice a NIUS Ines Hahn, comisaria de la muestra que ocupa estos días y hasta el próximo mes de diciembre la Iglesia de San Nicolás y el Palacio-Museo Ephraim. Se estima que el régimen reconocía la existencia de algo más de 30.600 artistas.

“Pero algo más de treinta años después de la caída del muro de Berlín, ha llegado el momento de establecer matices. Porque los artistas, cuando no formaban parte de la asociación de artistas, pero incluso formando parte de asociaciones del régimen, también se permitían libertades”, abunda Hahn. Muchos de estos artistas, en los años 80, estaban ya muy lejos del "realismo socialista" que implantó la RDA tras la Segunda Guerra Mundial y según el cual el arte debía ser una expresión más de la ideología.
Oposición artística al régimen
Así, por ejemplo, el artista visual Kurt Buchwald desarrolló en tiempos de la RDA su particular mirada crítica a la sociedad y medios de comunicación de su tiempo con su trabajo titulado “¡Prohibido fotografiar!”. En ese proyecto, entre otras cosas, le sirvió para erigirse como si fuera una autoridad capaz de decirle a los ciudadanos qué imagen podían captar y cuáles no podían tomar en el espacio público. En dicho proyecto, Buchwald situó una señal de “Prohibido fotografiar” junto al famoso monumento “Reloj Universal”, en la céntrica plaza del Berlín Oriental de Alexanderplatz.
Seguramente más frontal era el ataque contra el régimen que realizó en su día el artista Manfred Butzmann, quién se atrevió en los que fueron los últimos años de la RDA a retratar el muro de “protección antifascista”, denominación del régimen comunista que recibía la infraestructura que separó Berlín entre 1961 y 1989.
“No estaba previsto que en una exposición en la que participaba se mostrara el muro, pero Butzmann lo hizo, pese a todo. Retratar el muro, estaba prohibido. No gustaba al régimen”, cuenta Hahn, la comisaria de la muestra. Butzmann también está presente en la exposición berlinesa de estos días a través de un retrato que hizo de él en 1989 el fotógrafo crítico con la RDA – y espiado por la Stasi – Harald Hauswald.
Éste es Harald Hauswald, el fotógrafo más espiado por la Stasi, en @NiusDiario.https://t.co/Mf7s7JyaJw. pic.twitter.com/eR4JEX8HwG
— Salvador Martínez Mas (@SmmEnBerlin) 8 de enero de 2022
Al cantautor y poeta Wolf Biermann, también presente en la exposición con un retrato, el régimen le llegó a arrebatar la ciudadanía de la RDA después de dar un concierto en Colonia. El “delito” que cometió consistió en criticar a su país. “No se le dejó volver de Colonia. No pudo volver a su país, porque se posicionó en su momento en contra de la RDA”, resume Hahn.
Los artistas creaba y criticaban entre líneas
Ella pone de relieve que tanto artistas como consumidores de arte de los últimos años de la RDA habían desarrollado una capacidad para leer e interpretar entre líneas. Creadores producían evocadoras imágenes de libertad que los consumidores sabían interpretar. “Los ciudadanos aprendieron a leer entre las líneas. Eso se hacía en las páginas de las publicaciones pero también a la hora de percibir las obras de arte, ya fuera teatro, eventos públicos y demás”, señala Hahn.

Con esto en mente, parece muy difícil no pensar en aspiraciones de libertad cuando en el Berlín de finales de los años ochenta la fotógrafa Maria Sewcz ponía como título “inter eses [sic]” a la serie de imágenes que contenía una bandada de palomas volando en el cielo o, en otro cliché de ese conjunto de fotografías, una gran y amenazante sombra de la torre de la televisión en Alexanderplatz que se cierne sobre la población.
También retratando la generación de jóvenes punkis que pasó delante del objetivo de Helga Paris se estaba presentando una declaración de intenciones. En la RDA, como en el mundo Occidental, la subcultura punk era anti-sistema. Mientras en el Berlín Occidental, una generación de punkis hijos del comunismo abrazaban la expresión 'no future' o “sin futuro”, en el Berlín Oriental, los punkis en el comunismo se quejaban por el 'too much future' o “exceso de futuro” que quería ofrecerles la RDA.
Una cultura punk que servía para separarse del régimen
En la RDA “había una cultura punk” y “servía para separarse del régimen”, recuerda Hahn. A los integrantes de esa generación les cedió todo el protagonismo Paris. Aunque retratar punkis era sintomático de que un artista tenía sus ideas contrarias – o inaceptablemente críticas para la RDA – , esas imágenes de Paris todavía podían tener sitio en las galerías del Berlín-Este.
No ocurre lo mismo con otros trabajos exhibidos en 'Abbrüche. Umbrüche. Kunst in Ost-Berlin', como ese cuadro de Hans Ticha de estética pop en el que personajes con gordas cabezas de madera y uniformados que se aplauden a sí mismos. “Los palmeros” se llama la obra en cuestión de Ticha expuesta en el Palacio-Museo Ephraim. “Es un trabajo que nunca presentó en la RDA, pero salió de su estudio. Esta forma de caricatura es algo que nunca se habría podido elegir para publicación”, comenta Hahn.
Sí, seguramente entre los miles de artistas que hicieron carrera en la RDA hubo creadores que se dedicaron a aplaudir al régimen. Sin embargo, en modo alguno, fueron todos palmeros del régimen. Las 200 obras del casi centenar de artistas representados en 'Abbrüche. Umbrüche. Kunst in Ost-Berlin' constituyen una muy válida prueba de lo poco o nada que llegó a convencer el comunismo en la Alemania del este antes y durante la caída del muro, y del régimen.