Scholz y los presidentes regionales de Alemania crearán un billete de transporte público universal de 49 euros


Tras duras negociaciones entre el canciller Olaf Scholz y los presidentes de los Länder germanos, los alemanes podrán comprar un billete de transporte público universal de 49 euros a partir de 2023.
El acuerdo alcanzado por Scholz y compañía hace unos días se produce tras la considerada exitosa experiencia del billete de transporte público universal de nueve euros de este verano.
Aún no ha visto la luz pero ya ha generado muchísima atención en Alemania. Del billete universal para el transporte público de 49 euros llevan hablando los responsables políticos germanos desde que el tique de nueve euros del pasado verano fuera considerado un éxito.
De esos billetes a nueve euros, una medida concebida exclusivamente para los meses de junio, julio y agosto para ayudar a los germanos a lidiar con el encarecimiento de la vida que ha implicado la ilegal invasión de Rusia contra Ucrania, se vendieron millones. Hasta 50 millones de esos tiques se vendieron según las cuentas que han hecho recientemente en la cadena de televisión pública ARD.
MÁS
Esos tiques permitieron viajar en trenes regionales de una punta a otra del país. También de la mano de esos billetes, según anotó en su momento la crónica económica germana, la inflación pudo contenerse algo en Alemania.
En el Instituto para la Economía de Alemania (IW), un organismo dedicado a la investigación económica con sede en Colonia (oeste), llegaron a indicar que si en junio los precios crecieron un 8,2%, un dato netamente malo, el aumento podría haber sido de hasta un 10,2% de no ser por medidas como el billete de los nueve euros. “Es probable que medidas como el billete de nueve euros sean decisivas: el transporte de pasajeros tiene una gran participación en la cesta de la compra utilizada para calcular la inflación”, escribían este verano en el IW.
Pero la medida no era, per se, una solución a la inflación. Ésta, de hecho, sigue disparada en Alemania. Para octubre estaba calculada en un 11,6%, un valor situado algo por encima del atribuido a la zona del euro (10,7%), según las cuentas de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat).
Alemania asume la recesión con alta inflación para 2023 en @NiusDiario. https://t.co/aTIzhChX2s.
— Salvador Martínez Mas (@SmmEnBerlin) 11 de octubre de 2022
Ahora bien, sin ese éxito del billete de los nueve euros del pasado verano difícilmente se entiende que, desde que ese tique desapareció, en Alemania se haya seguido hablando de la conveniencia de ofertar un billete universal a la población de mejor precio que el actual. Sólo hace unos días, el canciller Olaf Scholz y los presidentes de los dieciséis Länder germanos llegaban a un acuerdo para sacar adelante un nuevo billete barato, mensual y universal: el billete a 49 euros. Eso cuesta el ya llamado aquí “tique de Alemania”.
Los 49 euros de ese billete constituyen una rebaja significativa para cualquiera que haga uso de los transportes públicos del país. Por ejemplo, en Berlín, el billete mensual que permite tomar el autobús, metro y tren regional hasta la denominada “zona C”, que se encuentra parcialmente en el Land de Brandeburgo (este germano), cuesta 107 euros.
Una reforma histórica del transporte público alemán
El ministro de Transportes de Scholz, el liberal Volker Wissing, se ha referido al nuevo billete de 49 euros como “la mayor reforma del transporte público” que haya visto Alemania en su historia.
Deutschland wird fortschrittlicher mit dem #Deutschlandticket! 🎫 Deutschlandweit gültig, einfach, digital, für 49 Euro im Abo erhältlich – das ist die größte #ÖPNV-Reform in Deutschland! Was uns die Reform alles bringt, erklärt Volker @Wissing im Video.🎬 pic.twitter.com/StjuKRwCYS
— BMDV (@bmdv) 3 de noviembre de 2022
“Nunca fue tan fácil para los ciudadanos de nuestro país utilizar los autobuses y los trenes. Estamos replanteando la movilidad y protegiendo el clima con ofertas atractivas”, dejaba dicho Wissing a cuenta del acuerdo que alcanzaba el Gobierno federal, liderado por Scholz, y los presidentes regionales alemanes.
Para ver puesta en marcha la histórica reforma de la que hablaba Wissing, sin embargo, habrá que esperar. Porque, en teoría, no será hasta enero de 2023 que puedan adquirirse esos billetes de 49 euros.
Como el billete de los nueve euros, el acordado ahora por Scholz y compañía tendrá una vida limitada. A saber, 2023 y 2024. Tras su fase de inserción esos dos años, el “billete de Alemania” podrá aumentar de precio, para adaptarse así a la inflación.
Aunque a buen seguro sobren clientes interesados desde ya en ese tique, las autoridades del país han tenido semanas de discusión porque, en realidad, ni el Gobierno federal ni los ejecutivos regionales querían pagar ellos solos por la “histórica reforma” que ahora ultima Wissing.
Hasta principios de este mes, de hecho, las negociaciones estaban “estancadas”, según la descripción que ha dado el diario generalista berlinés Der Tagesspiegel sobre el tira y afloja de Scholz y los Länder a cuenta del “billete de Alemania”. De la voluntad de Scholz de hacer que los gobiernos regionales se rascaran el bolsillo para sacar adelante la medida se ha dicho que en la Cancillería Federal se han desarrollado “tendencias centralistas”, han constatado en ese periódico.
Un billete más barato porque se gastará dinero público
Al final, el Gobierno federal y los ejecutivos regionales tendrán que pagar 1.500 millones de euros, cada uno, para compensar a las empresas de transporte público para hacer realidad el “tique de Alemania”.
Para llegar a ese acuerdo, Scholz no tuvo que imponer su condición de canciller como sí hizo en otro debate que ha lastrado la acción del Gobierno en cuestiones energéticas. A saber, la discusión relativa a qué hacer con las tres centrales nucleares que aún quedan en funcionamiento en el país. De no haber sido por la crisis energética que ha supuesto la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, las tres cerrarían a finales de este año.
En ese debate echaron chispas los roces de entre los ministros y políticos de Los Verdes y los del partido liberal, el FDP. Los segundos quisieran haber visto esas centrales nucleares en funcionamiento tanto como fuera posible, mientras que los ecologistas querían dejar de contar con la energía nuclear cuanto antes. Scholz zanjó ese debate, dejando funcionar esas centrales hasta abril de 2023, porque tiene la última palabra como canciller.
Con el billete de 49 euros, el canciller no se ha visto obligado a tomar una iniciativa tan drástica. La negociación con los líderes regionales, entre los que se cuentan ocho socialdemócratas como Scholz y un ecologista, pudo resolverse sin una gran crisis. Hasta influyentes presidentes regionales conservadores, como el socialcristiano Markus Söder, líder del Ejecutivo de Baviera, celebró el acuerdo alcanzado por el que verá la luz el año que viene el “billete de Alemania”.
Gutes Signal: Das #49EuroTicket ist auf dem Weg und gleichzeitig wird die ÖPNV-Versorgung im ländlichen Raum gewährleistet. Denn ein günstiges Ticket allein nützt nichts, wenn nur einmal am Tag der Bus fährt. Auch der ländliche Raum braucht bessere Verbindungen.
— Markus Söder (@Markus_Soeder) 2 de noviembre de 2022
“Una buena señal: el tique de 49 euros está en camino y al mismo tiempo se garantiza la oferta de transporte público”, decía Söder sobre el acuerdo entre Scholz y presidentes regionales a cuenta del “billete de Alemania”.
Un Ejecutivo que ha sembrado la insatisfacción
Cuando vea la luz ese tique, según lo previsto, habrán pasado cuatro buenos meses desde que dejó de poder pagarse nueve euros por el transporte público universal. Entre tanto, la gestión del Gobierno alemán sigue dejando mucho que desear, según los sondeos.
Sólo un 28% de la población dice estar satisfecha con el trabajo del Ejecutivo, según una reciente encuesta del instituto infratest dimap para la ARD. La gran mayoría de los alemanes (69%) decía en esa encuesta estar insatisfecha con la labor del canciller y su gestión.
La crisis energética causada por la ilegal invasión rusa contra Ucrania está planteando notables dificultades dificultades económicas y sociales a Alemania, un país que ha tenido que desconectarse a la fuerza de los hidrocarburos de Rusia. Alemania era especialmente dependiente del gas natural de Rusia. En 2021, hasta el 55% del gas que importaba Alemania procedía del país de Vladimir Putin.
Zufriedenheit mit der Bundesregierung | Umfrage Infratest dimap/ARD
— Deutschland Wählt (@Wahlen_DE) 3 de noviembre de 2022
Sehr zufrieden: 2% (+1)
Zufrieden: 26% (-2)
Weniger zufrieden: 38% (-2)
Gar nicht zufrieden: 31% (+3)
Änderungen zur letzten Umfrage vom 06. Oktober 2022#btw #btw25 pic.twitter.com/N44BKcGesJ
Desde que comenzó la guerra contra Ucrania, las autoridades alemanas se esfuerzan en escapar de esa dependencia. Pero a Scholz y compañía en el Gobierno no les está resultando fácil escapar de esa relación. De cara a la opinión pública, no les sirve, de momento, ni el billete de 49 euros.