Scholz no arregla las persistentes carencias del Ejército alemán


El canciller Olaf Scholz había prometido al inicio de la ilegal invasión de Rusia contra Ucrania un “tiempo de cambio” con el que dar una nueva dirección a la política de seguridad y defensa del país.
De aquello han pasado nueve meses, pero el Ejército alemán sigue sin notar las promesas del canciller, que incluyen un gasto de 100.000 millones de euros para paliar las carencias más inmediatas de la tropa germana.
Mucho ha debido presionarse al canciller Olaf Scholz y a su Gobierno para ver a Alemania dotar de sistemas germanos que ahora permiten a Ucrania defenderse frente a la ilegal invasión de Rusia mejor que cuando empezó esa guerra.
Que ahora participen en la defensa del espacio aéreo de Ucrania sistemas como los Gepard o los IRIS-T SLM, o que hayan contribuido al avance ucraniano los Panzerhaubitzen 2000 – piezas de artillería autopropulsadas – invita a pensar que Alemania ha dejado atrás el tiempo en el que, por obvios motivos históricos, en Berlín los políticos evitaban tener que ver con el universo castrense más allá del mínimo sindical.
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Esa puede ser la conclusión lógica si se atiende también a que, a los pocos días de comenzar la guerra contra Ucrania, Scholz prometía la creación de un fondo de 100.000 millones de euros para paliar las carencias inmediatas del Ejército alemán además de señalar que el 2% del PIB en gasto en defensa era un objetivo que Alemania iba a alcanzar pronto. Hablaba Scholz en su momento de un “tiempo de cambio” para la política de su país, muy especialmente en materia de asuntos exteriores, seguridad y defensa.
Pero esos cambios, que si bien han dejado notables efectos de cara a Ucrania – país que por otro lado sigue recibiendo de Berlín un 'no' por respuesta cuando se habla de tanques Leopard –, no se están traduciendo en las modificaciones que precias el Ejército alemán. De hecho, incluso en su dubitativa ayuda a Kiev, Alemania ha caído en errores que parecen impropios de un país que quiere “ser pronto en Europa el mayor Ejército en el marco de la OTAN”, según los términos de Scholz.
Basta mirar cómo uno de los catorce Panzerhaubitzen 2000 que Alemania mandaba en ayuda a Ucrania ha tenido que ser sacrificado porque no hay piezas de recambio con las que poder reparar los seis que han sido enviados a Lituania por mantenimiento. Ni en el Ejército alemán, por un lado, ni en Krauss-Maffei Wegman ni en Rheinmetall, las dos empresas de cuya colaboración son producto esos sistemas, por otro, quedaban piezas de recambio.
O lo líderes políticos alemanes no van tan en serio con la transformación de su política de exterior, de seguridad y de defensa, o se están viendo superados
Según informaba recientemente la revista Der Spiegel, “a finales del verano, la oficina de adquisiciones del Ejército había pedido sin éxito al Ministerio de Defensa que proporcionara un gran número de piezas de repuesto”, pero “hasta ahora no ha habido ninguna instrucción” de los responsables alemanes.
La falta de piezas ya fue un mal que costó algún disgusto a la otrora ministra de Defensa alemana y ahora presidenta de la Comisión Europea, Ursula von Der Leyen. No hace tanto, en sus días al servicio de la cartera de Defensa para el Gobierno de Angela Merkel, se supo que sólo 29 de los 66 Tornados, cazas de guerra fabricados por la firma alemana Panavia, podían volar porque faltaban piezas para mantener todos esos aviones operativos.
El problema de piezas de los Panzerhaubitzen 2000 en Ucrania no es, por tanto, un problema nuevo. Y resulta sintomático porque, antes como ahora, en Alemania parece faltar lo que se precisa para dar el salto de calidad militar que Scholz quiere para su país.
Sin grandes compras militares este año
“Lo que ha pasado en Alemania en los últimos meses, desde el inicio de la guerra en Ucrania y el discurso de Scholz en el Bundestag el pasado 27 de febrero, hace pensar que: o lo líderes políticos alemanes no van tan en serio con la transformación de su política de exterior, de seguridad y de defensa, o se están viendo superados”, dice a NIUS Rafael Loss, experto en Berlín para cuestiones de Defensa del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas inglesas), un think tank europeísta.
“El aparato de adquisiciones militares es tan lento que sólo ahora el Bundestag está empezando a utilizar algunos de los fondos de 100.000 millones de euros para Defensa. Pero hasta ahora no hay ninguna compra importante hecha. Alguna se hará de aquí a finales de año, pero sólo cabe esperar unas pocas”, abunda Loss.
Peter Pomerantsev: “Estados Unidos y Europa no quieren verlo, pero China y Rusia se ven en guerra contra nosotros”https://t.co/ZyJRXdoQNl
— NIUS (@NiusDiario) 29 de agosto de 2022
Lo que sí ha ocurrido ya con esos 100.000 millones de euros es que, en vista de los meses que ha costado aprobarlos y darles uso, han sido víctima de la galopante inflación (10,4% en octubre) que acusa Alemania. La lista de la compra militar que se pudo hacer en febrero de este año con esos 100.000 millones de euros ya no da para comprar todo lo que se pensó a principios de año.
100.000 millones de euros para “tapar agujeros” en el Ejército alemán
Hay material militar cuyo precio ha aumentado con el paso del tiempo. Por ejemplo, según ha trascendido, los 60 helicópteros Chinook de la firma estadounidense Boeing que Berlín pensó en adquirir han pasado a costar más de los inicialmente evaluados en 6.000 millones de euros. La media docena de fragatas 126 de la firma germana Blohm + Voss se quedará en cuatro, pues se descartan las dos opcionales que se había pensado incorporar en esa comanda.
Ahora los políticos están hablando de llegar al 2% del PIB en gasto militar como algo que podría producirse en 2024, pero incluso los hay que dicen que podría ser 2025 o 2026
Ese gasto militar no lo es todo. No hay que perder de vista que los 100.000 millones de euros del fondo especial creado a iniciativa de Scholz no es más que una solución para los problemas más urgentes del Ejército alemán.
“A largo plazo, por mucho que se empleé lo mejor posible, ese dinero no va ser una fuente sostenible para financiar a largo plazo al Ejército”, dice a NIUS Marcel Dirsus, experto del Instituto para la Política de Seguridad de la Universidad de Kiel.
“Ese dinero está ahí para tapar agujeros, para acabar con los peores problemas que tiene el Ejército alemán ahora mismo. No es un dinero que vaya a servir para reforzar al Ejército ni para darle al Ejército lo que necesita para hacer su trabajo”, abunda Dirsus.
Tres décadas sin cumplir con el 2% del PIB en gasto militar
Él coincide con Loss, el experto en Berlín del ECFR, en señalar que la mejora del Ejército alemán no sólo depende del dinero, también hacen falta “procesos” más eficaces en las adquisiciones y “liderazgo” político. “Ahora los políticos están hablando de llegar al 2% del PIB en gasto militar como algo que podría producirse en 2024, pero incluso los hay que dicen que podría ser 2025 o 2026. Y todo, porque la toma de decisiones actuales sobre estos temas no es capaz de lidiar con las sumas que se manejan ni con la urgencia que hace falta”, según Loss.
“Haría falta liderazgo político para cambiar esto, pero yo no lo veo. Y si hay liderazgo en reuniones a puerta cerrada, tampoco veo los efectos de que haya esas reuniones. Por eso, me repito, o no se están tomando el proceso de transformación en serio o están superados”, añade el experto del ECFR, señalando especialmente a Scholz y a su ministra de Defensa, Christine Lambrecht.
Alemania gastó en defensa, en 2021, el último año en el poder de Angela Merkel, unos 56.000 millones de euros. Ese montante representa el 1,4% del PIB alemán, según datos del portal de estadística germano Statista. Como muchos otros países de la OTAN, Alemania lleva décadas - concretamente desde 1992 - incumpliendo el compromiso del 2% del PIB en gasto de defensa acordado entre los miembros de la Alianza Atlántica.