Scholz quiere menos jubilaciones antes de tiempo en Alemania


El canciller Olaf Scholz expresa su deseo de que haya menos jubilaciones antes de los 67 años en Alemania.
Esa es edad a la que está fijada, por regla general, la jubilación en su país, pero ya hay 2 millones de germanos que han logrado jubilarse antes de los 67 años pese a que Alemania se enfrenta a una importante carestía de mano de obra.
El canciller alemán Olaf Scholz tiene 64 años y quiere seguir trabajando. De eso da cuenta su recientemente expresada voluntad de presentarse a su reelección en 2025. De ser reelegido canciller, seguiría en 2025 trabajano en la Cancillería Federal hasta los 70 años.
De cara a las elecciones generales de ese año no puede decirse que el jefe del Gobierno alemán lo tenga todo a favor. Al contrario, hoy por hoy, la coalición gubernamental de socialdemócratas, ecologistas y liberales ya no lograría la mayoría en el Bundestag en caso de repetirse unas elecciones generales, según indican las encuestas desde hace semanas.
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Mucho van a tener que remontar los partidos de la 'coalición semáforo' de Scholz si el actual canciller alemán quiere repetir mandato en la Cancillería Federal. Mucha culpa de eso la tienen, sin duda, las consecuencias de la ilegal guerra de Rusia contra Ucrania, que hacen que el propio gobierno alemán cuente con una recesión y alta inflación en 2023.
A esos problemas se le añade otra dificultad latente del mercado laboral germano de la que ahora parecen querer ocuparse Scholz y compañía. A saber, la falta de mano de obra que acusa el país. En Alemania, se cuentan por decenas de miles los puestos de trabajo para empleados cualificados que están vacantes.
La Agencia Federal para el Empleo contaba el pasado mes de septiembre la existencia de unos 873.000 puestos de trabajo vacantes. El año pasado, el número rondaba los 800.000. A reducir el ensanchamiento del agujero laboral que presenta el mercado de trabajo alemán no contribuye que, según parece haber detectado Scholz, haya demasiados alemanes jubilándose antes de tiempo.
Scholz cree que hay demasiadas personas en Alemania que han dejado de trabajar por jubilación o que están buscando jubilarse antes de los 67 años, edad en la que está establecida, por regla general, la edad del abandono de la vida laboral.
“Un shock para todos aquellos que prefieren trabajar menos tiempo hasta la jubilación”
Por eso, “es importante aumentar la proporción de personas que pueden trabajar hasta la edad de jubilación”, decía el canciller en unas declaraciones que han dado la vuelta al panorama mediático alemán estos días. A su entender, hay margen ante esta situación a través de la mayor implicación de las mujeres en el mercado laboral, algo que pasa por mejorar las ofertas de guarderías, escuelas, y en general, el cuidado de los niños.
Ante estas afirmaciones, en su habitual tono exclamativo, el diario Bild, el periódico más leído de Alemania titulaba en su edición del lunes. “Scholz causa schock con una dura declaración: ¡'Muchos alemanes se jubilan demasiado temprano'!”, exclamaba el Bild en su portada. “Sus palabras son un shock para todos aquellos que prefieren trabajar menos tiempo hasta la jubilación”, señalaba ese diario.
Tras la reforma introducida en 2014 por la segunda 'gran coalición' entre cristianodemócratas y socialdemócratas de Angela Merkel, en Alemania, un trabajador podría jubilarse siempre y cuando hubiera cotizado durante 45 años. Hasta 2 millones de personas se habrían beneficiado de esta posibilidad desde que tuvo lugar esa reforma, según las cuentas del Bild, en las que aparecía que en lo que va de año, hasta el pasado mes de octubre, hubo en Alemania casi 223.000 solicitudes de jubilación a los 63.
Scholz presentó la jubilación a los 63 años en 2014
Políticamente, la situación es paradójica. Así lo apuntaba el diputado Christian Ploß, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el principal partido de la oposición.
“Olaf Scholz se queja de que demasiada gente se jubila. Sin embargo, él mismo presentó la jubilación a los 63 años. Incluso entonces, todo el mundo podía ver con ayuda de la aritmética básica que, a la larga, eso no era financiable”, escribía días atrás Ploß en su cuenta de Twitter.
Schlechter Witz: Olaf #Scholz beklagt sich, dass zu viele zu früh in Rente gehen. Dabei hat er vor ein paar Jahren selbst die #Rente mit 63 eingeführt. Schon damals konnte jeder mit Hilfe der Grundrechenarten erkennen, dass das auf Dauer nicht finanzierbar ist.
— Christoph Ploß 🇩🇪🇺🇦 (@christophploss) 12 de diciembre de 2022
Leyéndole casi resultara irrelevante que la democristiana Angela Merkel era canciller en los tiempos en que se realizó la reforma de las pensiones de 2014. Aunque bien es cierto que la principal promotora de aquella reforma de 2014 fue la socialdemócrata Andrea Nahles, entonces ministra de Trabajo y Asuntos Sociales.
En el partido centrista que es el FDP, parte del Gobierno de Scholz, han saludado la “buena dirección” de cuanto parece estar planteándose Scholz. Pero eso no quita que ocuparse de las jubilaciones resulte políticamente arriesgado, sobre todo cuando Scholz no parece tener mucho margen de maniobra.
Se da la circunstancia de que en el contrato de coalición que firmaron socialdemócratas, ecologistas y liberales para formar Gobierno se dice que no habrá subidas en la edad de jubilación más allá de los 67 años ni se producirán recortes en las pensiones en esta legislatura.
¿Hablar de jubilación a los 68 años?
Desde fuera del Gobierno, al poco de entrar Scholz en la Cancillería Federal como jefe del Gobierno, ya los había que hablaban de la necesidad de discutir sobre subir la edad de jubilación a los 68 años, según la propuesta que hacía en su momento Sebatian Klusener, director de investigaciones del Instituto para el Estudio de la Población, organismo público con sede en Wiesbaden (oeste alemán).
Ese tema, sin embargo, parece tan espinoso como el evocado estos días a cuenta de quienes buscan jubilarse antes de tiempo. Pero al canciller ya le habían avisado, por ejemplo, en el diario Süddeutsche Zeitung, donde al poco de llegar Scholz al poder se señalaba en un editorial: “el canciller del SPD podría entrar en la historia como el último que perdió la oportunidad de hacer una política de jubilaciones seria”.
Las cuestiones demográficas, a las que están vinculadas las jubilaciones, nunca fueron el punto fuerte de la gestión de la predecesora de Scholz, Angela Merkel. Tampoco lo fue, a la vista está por cómo afecta a Alemania la crisis energética, la política vis-à-vis de Rusia. A Scholz le toca ahora poner empeño para que su país cambie de rumbo respecto a Moscú. Pero de puertas para adentro, la demografía es otro problema pendiente que le toca asumir a Scholz.