Las grandes empresas alemanas despiden el año entre beneficios a la sombra del temor a la "desindustrialización"


En un momento en que se habla hasta de “desindustrialización” en Alemania por la crisis energética, hay grandes compañías germanas que parecen estar en su mejor momento.
Siemens, por ejemplo, ha firmado en su negocio industrial beneficios por valor de 10.000 millones de euros, un récord para la compañía.
A corto plazo, los augurios son malos para la economía alemana. El año que viene está a la vuelta de la esquina y, según los datos del Gobierno alemán, la economía germana se contraerá un 0,4%. Sin embargo, de momento, los beneficios de las grandes empresas viven momentos de expansión.
De lo contrario no habrían sido noticia, a cuenta de los datos del tercer trimestre del año, los beneficios de récord de las grandes empresas germanas que cotizan en el DAX. El DAX es el indicador bursátil alemán de las 40 mayores firmas teutonas. Esas empresas, según los datos del tercer trimestre de 2022, están de enhorabuena, al menos buena parte de ellas.
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Eso es lo que ofrecen las cuentas de la consultora EY, según la cual el volumen de negocio de las grandes empresas alemanas del DAX creció un 23% en el tercer trimestre del año, logrando beneficios superiores en un 28% a los registrados en el año anterior, tal y como han recogido recientemente las páginas económicas del diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.
El próximo año tendrá que confirmarse si este sorprendente rendimiento se mantiene. Ahora bien, los hay que dicen que en Alemania el comportamiento en los últimos años de los actores económicos del país ha estado regido por el “pánico”. Así lo valoran algunos expertos consultados por NIUS. Otros, como Hubertus Bardt, responsable del Instituto para la Economía Alemania, un centro de estudios económicos con sede en Colonia (oeste), mantiene que la preocupación de las empresas sigue siendo grande. "La preocupación sigue ahí, lo que ocurre es que la situación ahora parece ser mejor que la que veíamos en marzo, porque se ha tenido éxito a la hora de evitar el gas ruso", dice Bardt a NIUS.
Algunos atisbos del nuevo modelo económico alemán, en @NiusDiario. https://t.co/Bd9sXHFyO5.
— Salvador Martínez Mas (@SmmEnBerlin) 29 de noviembre de 2022
De hecho, ahora que Alemania paga el precio de su dependencia energética de Rusia, se habla incluso de que hay miedo a la “desindustrialización”. Ese es un término que han venido utilizando desde el sector empresarial de un tiempo a esta parte debido, notablemente, al alza de los precios de la energía. Y no sin motivo.
Una encuesta elaborada el pasado mes de septiembre a cargo de la Asociación Federal de la Industria de Alemania (BDI, por sus siglas alemanas) daba cuenta de cómo un 34% de las firmas alemana veía “desafíos existenciales” en las condiciones económicas derivadas de la ilegal invasión de Rusia contra Ucrania. El 58% decía enfrentarse a “fuertes” desafíos por el actual contexto económico.
A esos desafíos vinculados a la guerra contra Ucrania se añaden los coletazos de las crisis en las cadenas de suministro a nivel internacional asociados a la lucha contra la pandémica COVID-19, una inflación por las nubes o los efectos de las subidas de los tipos de interés operadas por el Banco Central Europeo (BCE) desde Fráncfort (oeste alemán).
Pero, por ejemplo, el fabricante de vehículos Daimler, responsable de marcas como Mercedes-Benz, lograba en el tercer trimestre de este año un crecimiento del volumen de negocio de un 19% respecto al mismo periodo del año anterior, situándolo en 37.700 millones de euros.
Hay 15 grandes empresas que podrían registrar el mayor beneficio de su historia
Esos eran los datos que presentaba en su momento la firma con sede en Stuttgart (suroeste germano), cuyos responsables hablan de una “alta demanda” para explicar por qué esta empresa lograba en el tercer trimestre del año un beneficio operativo de 5.300 millones de euros. Beneficios operativos al alza en 2022 también han visto, por ejemplo, en el consorcio tecnológico Siemens, con sedes en Berlín y Múnich (suroeste germano).
El presidente de Siemens, Roland Busch, ha informado de los “resultados de récord” en 2022 dentro del negocio industrial de su compañía. Según las cuentas que presentaba este otoño Busch, los beneficios operativos del sector industrial Siemens para este año son “excelentes”. Llegan 10.000 millones de euros. Nunca antes había llegado a esa cifra este bastión tecnológico alemán.
Los casos de Siemens y Daimler no son ejemplos aislados. Ya en los dos anteriores trimestres del año, según recogía el mes pasado el diario económico Handelsblatt, a las empresas del DAX les estaba yendo bien a pesar de la crisis. Otras firmas como el referente alemán de las telecomunicaciones Deutsche Telekom o la firma química Henkel ya destacaban con sus resultados a mitad de año.
Esas empresas figuraban en la lista de quince grandes firmas del DAX, entre las que también figura el fabricante de coches BMW o la también multinacional del sector químico Linde, que había elaborado el Handelsblatt para ilustrar compañías alemanas que tienen en 2022, pese a todo, un buen año. Hasta “15 grupos empresariales alcanzarán incluso este año el mayor beneficio neto de su historia”, según el citado diario alemán.
Un euro débil y estrategias de rentabilidad
Una de las razones que explican esta bonanza en el DAX es que los grandes actores de la economía alemana, representantes de la máquina exportadora que es el país del canciller Olaf Scholz, se están beneficiando de la actual debilidad del euro. No hay que perder de vista que, entre los pasados meses de noviembre y agosto, el euro ha estado por debajo del valor del dólar. Un fenómeno así tiende a potenciar las ventas de productos europeos.
Para las empresas alemanas, ese abaratamiento internacional de sus productos constituye un impulso. En el tercer trimestre de 2022, el 60% de las exportaciones germanas estaban dirigidas a países de fuera de Europa, según cuentas de la consultora EY citadas por el Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Otra tendencia con la que los expertos explican en Alemania el buen rendimiento de las grandes empresas germanas es el aprovechamiento que están haciendo de la venta de los productos que les permiten obtener más beneficios. El Frankfurter Allgemeine Zeitung recordaba, en este sentido, que este comportamiento ya se vio en la industria del automóvil respecto a los SUV. La venta de estos “Vehículos utilitarios deportivos” es mejor negocio que otros modelos, de ahí el priorizar su oferta al público en tiempos de crisis.
Obviamente, la industria alemana no se resume en el sector del automóvil, del que se estima trabajan cerca de 790.000 personas, según las cuentas del portal de estadística germano Statista. Pero incluso en firmas de ese sector ya se observa el golpe de la crisis energética y económica.
No todos ganan en el DAX: los ejemplos de Continental y BASF
Así, en el fabricante de componentes para la industria del automóvil Continental, en el tercer trimestre los beneficios cayeron un 97%, según las cuentas de EY. En la firma química BASF, la amenaza que ha supuesto la necesidad de no depender más del gas ruso, ha llevado a que en el tercer trimestre los beneficios se redujeran un 29%.
No extraña, por tanto, que desde la BDI se muestre preocupación ante la necesidad cada vez más urgente de otros sectores que hacen uso intensivo de la energía de las ayudas previstas por Scholz y compañía. En el plan de Scholz se plantea, entre otras cosas, un mecanismo para limitar al precio de los costes energéticos para las empresas.
Pero esas ayudas del Gobierno alemán, según el presidente de la organización industrial germana, Siegfried Russwurm, “corren el riesgo de llegar o demasiado tarde, o incluso no llegar” por, entre otras cosas, exigir demasiados trámites burocráticos. Por suerte, al menos de momento para no pocas empresas del DAX, esas ayudas no son necesarias, porque hay beneficios de récord.