Macron retrasa la edad de jubilación a 64 años y los sindicatos amenazan con movilizaciones


La reforma exigirá 43 años de cotización para poder cobrar una pensión completa
Los ocho sindicatos franceses estudian movilizaciones, al igual que la extrema derecha de Le Pen
Macron intentó hace dos años esta reforma y las calles se lo impidieron
Enmanuel Macron vuelve a la carga con la reforma de las pensiones en Francia. Su gobierno ha anunciado que se retrasará la edad de jubilación de los 62 años atuales a los 64 años en 2030.
Ha sido la primera ministra Elisabeth Borne, la encargada de comunicar ante los medios, la controvertida reforma que además obligará a cotizar 43 años para poder cobrar la pensión máxima. "Es la única manera de mantener el equilibrio del actual sistema", ha asegurado ante los medios.
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Borne ha salido escoltada por otros tres ministros. En una didáctica rueda de prensa ha explicado que se eleva la edad de jubilación a los 64 años para 2030 y aumenta en 100 euros al mes la pensión mínima, quedando en 1. 200 euros al mes.
Derecha e izquierda rechazan la reforma
Si embargo la polémica está servida. Hace dos años Macron intentó realizar la misma reforma y la movilización en las calles francesas le hicieron desistir. Ahora los ocho sindicatos franceses están estudiando la medida.
La oposición unida frente a Macron. Desde la izquierda el presidente de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ha asegurado que la reforma planteada es "un grave retroceso social". Por su parte, la líder del ultraderechista Agrupación Nacional, Marine Le Pen, ha explicado en su perfil de Twitter que "los franceses pueden contar" con la determinación de su partido para "bloquear la propuesta actual".
Cuestión de déficit
La ministra Borne ha defendido que esta reforma, llamada la "madre de todas las reformas" tiene una explicación que es el déficit generado por el sistema de las pensiones. Un argumento defendido también por el ministro de Economía, Bruno Le Maire, quien pronosticó que el desfase entre ingresos y gastos llegaría a 13.500 millones de euros en 2030, pero con el cambio previsto habrá un ingreso adicional de 17.700 millones para ese año. Los 4.200 millones resultantes se destinarán a completar las pensiones de quienes empezaron a trabajar antes de los 20 años y se jubilen antes y a los que no puedan llegar a los 64 años por problemas médicos, explicó Le Maire.
Además han argumentado que Francia no es el único país europeo que se plantea un aumento de la edad de jubilación para poder mantener el equilibrio de las cuentas públicas. Francia tenía 1,7 cotizantes por cada jubilado en 2022, frente a los 2,1 de 2002 y la previsión de que haya 1,5 cotizantes por jubilado en 2040, obliga a plantear dudas de la sostenibilidad a largo plazo del sistema.