La "insolente" buena salud del empleo en Europa


Los 27 Estados miembro redujeron desempleo en 2022 sin importar su evolución económica
11 países de 27 están en pleno empleo técnico, por debajo del 5%
2022 fue el año que dejó en trapos menores a la gran mayoría de economistas y organismos que publicaron previsiones económicas. Los datos, en casi todos los Estados miembro de la Unión Europea, fueron mejores de lo que se esperaba apenas seis meses antes. La economía europea mostró una capacidad de resistencia mayor de lo previsto. Ningún Estado miembro entró en recesión, todos empezaron a rebajar la tasa de inflación a partir de principios de otoño (España ya tiene la menor de la Eurozona) y, pese a la ralentización económica y esa subida de precios, la mayoría (las excepciones fueron Austria, Chequia, Chipre, Dinamarca, Estonia, Hungría, Malta y Portugal) creó empleo a tasas envidiables para otros tiempos. El empleo es probablemente la variable que más se alejó de las previsiones.
Los últimos datos de Eurostat, la Oficina de Estadísticas de la Comisión Europea, publicados la semana pasada y actualizados por última vez este jueves para incluir algunas ausencias, muestran que la tasa media de desempleo en la Unión Europea está en el 6% y en la Eurozona en el 6,5%. Son las menores tasas de desempleo registradas desde la creación del euro hace ya más de dos décadas. El gráfico también sirve para mostrar que el repentino desempleo generado tras el estallido de la pandemia se corrigió fue apenas un colina frente al Everest que había dejado la crisis financiera que estalló en 2008. Entonces se tardaron 11 años en rebajar el desempleo por debajo del 7,5%. En esta crisis se tardó poco más de un año.
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Los datos últimos de Eurostat son de finales de noviembre. Comparando con un año antes, noviembre de 2022 con noviembre de 2021, se puede ver como la tasa de desempleo en la UE bajó del 6,5% al 6,0%. Ese medio punto equivale a 875.000 parados menos. De ellos, 230.000 son españoles. A pesar de que España es de los países que más empleos crearon el año pasado en Europa, sigue teniendo la tasa de desempleo más alta, al 12,4%, un punto menos que el año anterior en el mismo mes. Esa tasa hace que de los 12.950.000 parados europeos registrados a finales de noviembre del año pasado, 2.893.000 sean españoles.
A ritmos similares o superiores a España crearon empleo Bulgaria, Eslovaquia, Grecia, Irlanda, Italia y Lituania. Los datos también cuentan que ya son 11 los países con tasas de desempleo por debajo del 5%, lo que puede considerarse prácticamente pleno empleo técnico. Son Alemania, Bulgaria, Chequia, Dinamarca, Eslovenia, Hungría, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Polonia. Sólo España y Grecia superan el 10%.
Francia con el mejor dato desde 1983
El 7% francés es el mejor dato desde 1983 y una promesa de Macron de hace seis años que nadie pensaba que pudiera cumplirse. Fuera de la Unión Europea, un Reino Unido que juguetea con la recesión y con una inflación superior a la media europea tiene una tasa de desempleo del 3,7%, aunque su economía tiene un fenómeno específico que explica ese buen dato porque la tasa de empleo nunca se recuperó tras la pandemia. Menos británicos buscan trabajo, otra forma de reducir el desempleo. La mayor parte de esas personas estaban cercanas a la edad de jubilación y decidieron adelantarla durante la pandemia.
Pero en Europa continental no se padece ese fenómeno. España reduce empleo mientras aumenta el número de cotizantes hasta niveles no vistos desde antes del estallido de la burbuja inmobiliaria hace casi 15 años, no reduciendo la población activa. La población activa europea se reduce (medio millón en tres años, calcula Eurostat) pero el número absoluto de trabajadores aumenta (dos millones más en ese mismo período) porque se está consiguiendo movilizar para el empleo a grupos de personas que antes estaban fuera del mercado laboral. Si los mecanismos como los ERTE español sirvieron para superar la crisis del covid sin grandes destrozos en el mercado laboral, al menos no equivalentes a los producidos por la crisis financiera, la recesión económica que según las últimas previsiones la Unión Europea podría evitar por los pelos en el primer semestre de este año sí podría frenar el dinamismo en la creación de empleo. Siempre y cuando las previsiones no vuelvan a equivocarse y el empleo siga resistiendo mejor de lo previsto.