Alemania, donde “la resistencia” económica permite esquivar la recesión


A finales de año pasado, el Gobierno alemán miraba con preocupación a cuanto estaba por venir en 2023, un año en el que se decía que el PIB teutón se contraería.
Esta semana, el canciller Olaf Scholz decía a su paso por Foro Económico de Davos: “estoy totalmente convencido de que Alemania no entrara en recesión en 2023”.
Érase una vez un país, Alemania, donde el Gobierno decía que "la paz social" estaba amenazada por sus dependencias energéticas de Rusia. Pero no ha hecho falta ni un año después de que Rusia se lanzara en una ilegal invasión militar por tierra, mar y aire contra Ucrania para que el Ejecutivo germano que dirige el canciller Olaf Scholz cambie de opinión sobre las consecuencias que tiene la desconexión energética del país de Vladimir Putin.
Esta semana, aprovechando su paso por el Foro Económico de Davos, el canciller Scholz presentaba una visión optimista sobre la situación macroeconómica de su país. En este 2023, en el que Alemania ya presume de independencia energética respecto a Rusia, no habrá recesión en la economía germana, según el canciller.
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“Estoy totalmente convencido de que Alemania no entrará en recesión en 2023”, decía Scholz en la celebre y elitista reunión de la población alpina.
El escenario de la recesión lo habían planteado desde el propio Gobierno teutón a finales del año pasado. Para este 2023 se preveía entonces una contracción del PIB del 0,4%. Un frenazo así en Alemania, la economía más grade de Europa y la cuarta a nivel mundial, se veía como turbulencias para buena parte del 'viejo continente'.
Ahora bien, puede que después de un 2022 en el que la economía germana creció un 1,9%, Alemania siga por la senda del crecimiento. Al menos, se evitará la recesión por poco, según las estimaciones recientes que han hecho en el Instituto para la Economía Mundial de Kiel (IfW, por sus siglas alemanas). Para, 2023, “esperamos que el PIB aumente un 0,3%”, señalaban los responsables de estudios macroeconómicos de ese centro de estudios en un reciente comunicado.
“En el año en curso, la economía se enfrentará inicialmente a otro bache, y el consumo privado, en particular, será débil ante la pérdida masiva de poder adquisitivo. No se espera una ligera reactivación hasta la segunda mitad del año”, planteaban desde el IfW de Kiel.
Una economía “más resistente de lo esperado”
Desde el Instituto para la Economía de Alemania (DIW, por sus siglas alemanas), un centro de estudios con sede en Berlín, también han apuntado que, económicamente, el país ha terminado 2022 mostrándose más “resistente de lo esperado”, según los términos de Guido Baldi, uno los expertos de dicha organización. “La caída que muchos temían puede evitarse ampliamente”, según sus términos.
A la vista de análisis así, en los que parece evitarse una recesión que el año pasado se daba por hecha, Scholz se ha felicitado en Davos porque, a su entender, Alemania ha demostrado ser capaz de “reaccionar a situaciones muy difíciles”.
“Nadie esperaba que sobreviviéramos fácilmente a una situación en la que habría un cese total del suministro del gas ruso”, declaraba Scholz en Davos.
Tanto es así, que según recuerda a NIUS el economista y profesor de la Universidad Humboldt de Berlín, Michael C. Burda, “Alemania es una economía muy dependiente del gas” y “muchas de las cosas que Alemania hace bien dependen el gas”. De ahí las prisas con las que se han levantado en las costas del norte del país dos terminales para la recepción de gas natural líquido procedente de otros países que no son Rusia.
Das ist das neue Deutschland-Tempo: In #Lubmin haben wir heute das zweite deutsche #LNG-Terminal eröffnet. Wir machen uns unabhängiger und stärken die Versorgungssicherheit, indem wir früh und schnell gehandelt haben – und wir machen weiter! pic.twitter.com/Z95U2hiCfV
— Bundeskanzler Olaf Scholz (@Bundeskanzler) 14 de enero de 2023
A finales del año pasado se estrenaba la primera de estas terminales en Wilhelmshaven (noroeste germano) y, hace unos días, Scholz estrenaba una segunda de estas infraestructuras en Lubmin. “Nos hacemos más independientes y reforzamos la seguridad de abastecimiento de energía actuando con rapidez”, reivindicaba Scholz el pasado sábado a cuenta de la apertura de esa segunda terminal para gas natural.
Todavía se puede ver “una tormenta en el horizonte”
Los nuevos accesos a otras fuentes de gas natural – hay previstas que se construyan otras terminales más allá de las de Wilhelmshaven y Lubmin – es uno de los motivos por los que Burda entiende que en Alemania se puede ser económicamente optimista en el “medio plazo”. Además, “Alemania es un país fuerte en términos de innovaciones. Porque hay muchas posibilidades de que haya avances, por ejemplo en el sector del hidrógeno verde”, apunta el economista y profesor de la Universidad Humboldt.
Algunos atisbos del nuevo modelo económico alemán, en @NiusDiario. https://t.co/Bd9sXHFyO5.
— Salvador Martínez Mas (@SmmEnBerlin) 29 de noviembre de 2022
Sin embargo, él cree que hay motivos suficientes para creer que aún se está formando una “tormenta en el horizonte”, más a corto plazo. “La guerra contra Ucrania no ha terminado. No sabemos qué se puede esperar del verano, y tal vez haya una intensificación de combates y esto puede acarrear consecuencias”, plantea Burda.
“Ahora mismo hay muchas cosas pasando a la vez, la guerra, las consecuencias del coronavirus o la crisis del gas, cuyo precio ha bajado pero el precio sigue siendo alto”, abunda Burda. Tampoco hay que perder de vista que la inflación en 2022 terminó siendo, de media en Alemania, del 7,9%. De 2023 se espera que el alza de los precios se mantenga en esos niveles históricamente altos.
El 2023 acaba de comenzar, pero al igual que en 2022, la inflación sigue siendo un tema que preocupa en Alemania https://t.co/5BhA9xdYzi
— NIUS (@NiusDiario) 8 de enero de 2023
Consecuencias de la guerra contra Ucrania ya es una crisis energética a la que el país de Scholz ha hecho frente con tres programas de ayudas multimillonarios. Sólo el coste del último plan de ayudas contra la crisis energética y la consiguiente inflación está valorado en 200.000 millones de euros.
En Alemania, “no se puede esperar una fuerte y rápida recuperación”
“Alemania tiene un Gobierno liderado por el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), al que le gustan soluciones que impliquen mayor gasto. Al menos el gasto no parece importarles. Y, además, en cuestiones como el negocio militar, que es un gasto importante, tienen ese fondo especial salido de deuda pública sólo dedicado a cuestiones militares. Todo esto son recursos que tomar de los mercados de capitales y son cosas por las que el Gobierno alemán puede quedarse enganchado”, señala Burda desde la Universidad Humboldt.
Alude Burda al fondo especial de 100.000 millones de euros que ha sido aprobado para rearmar al Ejército alemán, que ha quedado “desnudo”, según altos mandos militares germanos, dado que el país dejó durante lustros de cumplir con compromisos como el del gasto en defensa del 2% del PIB en el marco de la OTAN. Pero ni siquiera la inyección de un montante así en el negocio militar puede permitir ser claramente optimistas en Alemania.
En el DIW, por ejemplo, han señalado que, en la “complicada situación actual, no se puede esperar una rápida y fuerte recuperación”. De ahí la credibilidad de la previsión de escaso crecimiento (0,3%) prevista por el IfW y el escepticismo con el que Burda habla a NIUS desde la Universidad Humboldt.