Ucrania quiere ahora aviones de combate occidentales


El Gobierno de Zelenski busca cada vez armas más potentes y más modernas
Ucrania no ha producido aviones de combate desde su independencia hace 31 años
Tiempo de entrega, logística y cantidad: los retos del despliegue de los tanques occidentales en Ucrania
Ucrania consiguió esta semana que sus aliados europeos y estadounidenses se comprometieran a entregarle lo antes posible tanques pesados con los que hacer frente a las tropas rusas en las llanuras del Donbass. A partir de finales de marzo y durante toda la primavera irán llegando Leopard 2 (también españoles), Abrams estadounidenses y Challenger 2 británicos a la espera de que el francés Emmanuel Macron decida si envía sus Leclerc.
La diplomacia ucraniana lo había pedido desesperadamente desde hace meses, pero para Kiev no es suficiente porque Rusia sigue teniendo superioridad aérea en Ucrania. Así que el siguiente paso, coherente con su estrategia y a la vez con la de europeos y estadounidenses, es seguir presionando, ahora para obtener aviones de combate. Un asesor del ministro de Defensa Oleksy Reznikov dijo a la agencia Reuters que ahora trabajan “en el siguiente gran obstáculo, los aviones de combate”.
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La Fuerza Aérea ucraniana tiene unas decenas de aviones de combate fabricados en plantas de la Unión Soviética hace más de 30 años. Son inferiores a los más modernos MIG rusos y apenas vuelan para no exponerse. Cuando lo hacen, se limitan a intentar interceptar aviones rusos. Ucrania no ha producido aviones de combate desde su independencia hace 31 años.
Los ucranianos esperan ahora que en Europa y Estados Unidos se empiece a hablar de la posibilidad de entregar a Kiev aviones de combate modernos, como los F-16 estadounidenses (que están también en muchos arsenales europeos, entre ellos los españoles), los Rafale franceses o los Gripen suecos que fabrica Saab. Son los conocidos como cuarta generación de aviones de combate, capaces de enfrentarse con garantías a los más modernos aviones de combate rusos.
Ese mismo asesor reconoció que “si conseguimos (los aviones de combate occidentales) las ventajas en el campo de batalla serán inmensas”. Al inicio de la guerra ya se debatió durante meses sobre la posibilidad de entregar esos aviones a Ucrania o de que los Estados miembro de la OTAN establecieran con ellos una zona de exclusión aérea sobre el país.
La idea fue rechazada porque podría haber supuesto enfrentamientos directos en el aire entre aviones rusos y aviones de la OTAN si los rusos hubieran decidido volar sobre Ucrania. La mayoría de los gobiernos europeos lo veían como una escalada en la guerra que podía hacer que se desbordara fuera de Ucrania. Fuentes diplomáticas europeas recuerdan que se decía lo mismo de los tanques pesados y ya se aprobó su entrega.
El mismo asesor de la Defensa ucraniana decía: “No querían darnos artillería pesado pero lo hicieron. No querían darnos los Himars (lanzacohetes de corto alcance) y lo hicieron. No querían darnos los tanques y nos van a dar los tanques. Salvo armamento nuclear, no hay nada que no vayamos a poder conseguir”.
Ya no hay marcha atrás
Las fuentes europeas corroboran esos discursos aunque lo hagan desde otro argumento. Más allá de los temores a una escalada descontrolada de la guerra, consideran que los europeos y estadounidenses ya fueron demasiado lejos como para abandonar ahora a los ucranianos. Y que si la entrega de los aviones de combate se considera esencial ante nuevos avances rusos, que se esperan para la próxima primavera, será difícil no empezar a enviarlos a Kiev.
Además de los aviones, Ucrania también quiere misiles de largo alcance. Las dudas son si las capitales europeas y Washington pueden estar seguras de que el presidente Volodimir Zelensky no ordenará con esas armas ataques en territorio ruso. O al menos en Crimea, provincia ucraniana anexionada por Rusia por la fuerza en 2014.
Los gobiernos europeos van adelantando posiciones y los ministros de Defensa de la OTAN se reunirán los días 14 y 15 de febrero en Bruselas para que San Valentín les ilumine. El ministro de Exteriores holandés, Wopke Hoekstra, dijo la semana pasada que su gobierno estudiaría una petición de entrega de algunos de sus F-16.