La sociedad polaca cree que solo se puede parar a Rusia apoyando militarmente a Ucrania

Nius entrevista a cinco polacos de diferentes edades y profesiones para desengranar el termómetro social polaco tras las últimas decisiones de su gobierno sobre la guerra
Polonia ha sido el país, junto a los bálticos, que más ha presionado a Alemania para que diera el visto bueno a la entrega de este armamento pesado
El ejecutivo polaco ya ha anunciado que dentro de unas semanas entregará un total de catorce carros de combate Leopard II y sesenta del modelo PT-91
Hace ya once meses que Rusia abre fuego cada día contra Ucrania. Y de momento no parece que Putin quiera parar de hacerlo. Este escenario inquieta especialmente a aquellos países que les toca más de cerca el conflicto, como son Polonia y los bálticos. Tener la guerra al lado de casa les ha obligado a cambiar sus prioridades. Son, además, los que más están sufriendo los problemas económicos -con tasas de inflación que en el caso de las tres exrepúblicas soviéticas han llegado al 20%- y sociales que está dejando este conflicto bélico. Por ello, los líderes políticos de estos países han monopolizado el debate internacional durante estos últimos días en torno a la importancia de mandar estos tanques a Ucrania.
Esta presión ha sido clave para que Alemania, fabricante de estos carros de combate, finalmente torciera el brazo. “¿Qué más necesita para abrir los ojos ante este conflicto?” le reprochaba el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki al canciller alemán, a principios de esta semana cuando su postura no era del todo clara. Varsovia desconfía del Kremlin pese a que en los últimos meses ha sumado importantes fracasos en el campo de batalla. Asimismo, la explosión que ocurrió el pasado mes de noviembre en la ciudad polaca de Przewodów, donde fallecieron dos personas, volvió a poner en evidencia el peligro de tener a tan solo unos kilómetros una guerra. Este mismo viernes, el Ministerio de Defensa polaco anunció la entrega de un total de catorce Leopard II y sesenta del modelo PT-91 a Ucrania en las próximas semanas.
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Pero, ¿y qué opina la ciudadanía polaca sobre las decisiones de su gobierno? ¿Están a favor de mandar armas a Ucrania? Marcin, un joven polaco de 29 años, contesta con un rotundo 'sí' y hace hincapié en un aspecto: “Creo que la mayoría de la población polaca está a favor de mandar armas porque eso significa que Ucrania está más protegida, y por lo tanto, nuestro país también”.
Este joven informático reconoce que no siente especial simpatía por el actual gobierno polaco, en manos del partido conservador PiS. No obstante, sí quiere reconocer que las decisiones que está tomando sobre la guerra están siendo, bajo su punto de vista, las acertadas. “El gobierno está haciendo un buen trabajo desde que empezó esta invasión. Ha logrado ser altavoz en muchos de los asuntos relevantes entre los otros socios. Los polacos sabemos cómo funciona Rusia, y por eso no, queda otra que seguir mandando armas. ”, explica desde una cafetería en Varsovia.

“Si Rusia gana la guerra, no parará”
Que el sentir imperialista de Rusia pueda ir más allá de Ucrania es una de las hipótesis que, desde el inicio de la invasión, algunos países de Europa del Este han puesto encima de la mesa. Ese miedo crece según se va alargando y escalando el conflicto. Así lo ve de hecho un soldado polaco, quien pide mantener su anonimato, con el que NIUS conversa. “Tenemos que ayudar a Ucrania todo lo que podamos. Sabemos que si Rusia gana la guerra, no parará. Entiendo el miedo de los bálticos porque podrían ser otro objetivo de Putin, sin descartar nunca Polonia, claro”, detalla. Precisamente la posición geográfica y su no pasado histórico con Rusia es lo que, según este soldado, daría sentido a las posiciones más neutrales que algunos países como Alemania han mantenido respecto al envío de armas. “Ellos no formaron parte de la Unión Soviética o tuvieron algún tipo de relación más directa con Rusia. Es más difícil para los países occidentales llegar a comprender por qué para nosotros es tan importante protegernos”.
Los que prefieren presentarse como “pacifistas”
Pero las dudas sobre este tema también afloran entre los polacos. Ese es el caso de Sebastián un actor de 35 años, afincado en la capital polaca. “Siempre me he definido como 'antiguerra' y pacifista. La verdad no es una cuestión fácil de abordar, ni tengo una respuesta clara sobre el envío de armas.”, expone. Y aunque este polaco no tenga una posición tan clara como los otros entrevistados, indica que la delicada situación por la que está pasando Ucrania haga a los países aliados tomar cartas en el asunto. Apunta, además, otro aspecto: “Rusia odia a Polonia y eso lo sabemos. Podríamos ser su siguiente objetivo”.

Como “pacíficos” también se define una pareja polaca, aunque su punto de vista difiere mucho del de Sebastian. “Aquí en Polonia es complicado expresar una opinión diferente sobre la guerra a la que se supone debemos tener. Si no demonizas a Rusia, todo el mundo te juzgan. Parece que si no estás a favor del envío de armas es que no estás apoyando a los ucranianos. Y no es así. Nosotros hemos acogido a muchas familias en nuestra casa”, exponen. Su rechazo al régimen y a las políticas de Putin también lo quieren dejar claro, pero igualmente mandan un mensaje a la Alianza Atlántica. “No somos prorusos, pero ¿por qué nadie habla de lo que realmente ha hecho la OTAN estos años?”, denuncian. Tras casi un año de conflicto, lo que esta pareja reclama a los países implicados son retomar las negociaciones de paz: “No podemos entender como no se estén priorizando la vida de los civiles y se ponga fin a este conflicto. Ucrania será la nueva Siria si no se para esta guerra”, lamentan.