La neutralidad suiza, puesta a prueba por culpa de la guerra de Rusia contra Ucrania


La ilegal guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ha puesto a Suiza, país de neutral tradición geopolítica, bajo presión.
En el debate suizo se plantea si autorizar exportaciones y re-exportaciones de material militar fabricado en su territorio.
Suiza podría dejar de contar con ese estatus derivado de cómo, hasta ahora, se ha abstenido de ayudar militarmente a Ucrania frente a la invasión rusa que comenzara hace casi un año. Hasta ahora, la pequeña confederación alpina ha mantenido esa condición suya: una neutralidad que es parte de la identidad nacional.
Sin embargo, el vuelco geopolítico que ha supuesto la ilegal guerra de agresión de Rusia contra Ucrania es tal que ni Suiza puede ahorrarse debatir, muy seriamente, sobre las consecuencias que tiene ese conflicto sobre su neutralidad.
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Esa neutralidad la describen en el Departamento Federal de Asuntos Exteriores como “un principio de la política exterior Suiza” por el cual el país “no puede participar en una guerra que oponga a otros estados”. Es más, la Constitución federal prevé que las más altas instituciones políticas el país, el Consejo Federal, y la Asamblea Federal - detentores, respectivamente, del poder ejecutivo y el poder legislativo - tienen como misión “velar por esa neutralidad”, según explican en el Departamento Federal de Asuntos Exteriores.
Pero esa neutralidad esta siendo puesta a prueba dado el apoyo occidental que está recibiendo Ucrania frente al Ejército agresor ruso. Fruto de ese apoyo es que, países como Alemania, que antes de la invasión también se oponía tradicionalmente a la exportación de armas a zonas de conflicto, hayan cambiado radicalmente su posición.
El último cambio operado en Berlín en este sentido concierne a los tanques Leopard. El canciller Scholz terminaba dando su visto bueno el mes pasado a su envío con destino a Ucrania y a la re-exportación de esos sistemas a cargo de otros países. Una decena de naciones hacen uso de esos tanques, incluida España.
Una "pregunta para el psiquiatra" que se hacen algunos en Alemania: ¿Forma Alemania parte de la guerra contra la invasión rusa por 'liberar' los Leopards? En @NiusDiario. https://t.co/wAHR7TUaBs.
— Salvador Martínez Mas (@SmmEnBerlin) 5 de febrero de 2023
Suiza, aunque lejos de ocupar un papel tan importante como Alemania en Europa, sí destaca por algunos de sus productos militares. Por ejemplo, la propia industria militar germana ha tenido que encontrar una solución para poder dotar de munición a los sistemas de defensa anti-aérea Gepard que Alemania ha enviado al Ejército ucraniano.
España, entre los afectados por la “neutralidad” suiza
En una idéntica situación se han visto, por ejemplo, los veintidós blindados Prinaha, vehículos de apoyo a la infantería de fabricación suiza, que Dinamarca no ha podido mandar en dirección Ucrania. España también figura entre los países afectados por las consecuencias de la neutralidad Suiza.
La ministra española de Defensa, Margarita Robles, se encuentra entre los responsables europeos que ha reconocido necesitar “autorización” suiza para mandar determinados materiales militares a Ucrania.
El mes pasado, en la última edición del Foro Económico de Davos, cita suiza en la que se reúne lo más granado de las esferas del poder internacional, se notó que la neutral posición suiza frente a la guerra contra Ucrania despertaba incomprensión internacional. No en vano, el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, hizo en la elitista cita de la localidad suiza un llamamiento a favor de la “ayuda militar” a Ucrania.
“Otros países no pueden entender cómo Suiza dice que 'no' a las re-exportaciones”
“En el extranjero nadie entiende ya la argumentación suiza sobre el tema de la neutralidad. Esto pudo observarse en Davos”, ha explicado al diario alemán Die Welt Sacha Zala, historiador y profesor en la Universidad de Berna. Es más, tal y como ha ocurrido con Alemania en las semanas previas a decidirse la 'liberación' de los Leopards con destino a Ucrania, a Suiza la describen ahora los observadores internacionales como un país presionado para que tome partido a favor de la nación agredida por el Ejército de Vladimir Putin.
“Otros países quieren apoyar a Ucrania y hacer algo para la seguridad y la estabilidad de Europa. No pueden entender cómo Suiza dice que 'no' [a las re-exportaciones, ndlr.]”, explicaba esta misma semana el político suizo Thierry Burkart, del partido liberal FDP, a la agencia de noticias británica Reuters. En vista de lo que dicen las encuestas, sin embargo, no sólo en otros países hay incomprensión frente a la prohibición helvética de que otras naciones manden material militar 'Swiss made'.
El dominical Neue Zürcher Zeitung am Sonntag publicaba en su última edición una encuesta en la que una mayoría, el 55% de la población, se mostraba favorable a permitir la re-exportación del equipamiento militar suizo. En dicho sondeo, sólo los votantes de la derechista Unión Democrática de Centro (UDC) se mostraban claramente en contra. Hasta un 67% de los votantes de la UDC se declaraban contrario a la re-exportación.
“Desde una perspectiva pacifista, una victoria de Putin es lo peor que puede pasar”
Hasta en sectores pacifistas se han escuchado voces como la de Jo Lang, alguien “dividido” entre su posición ante la guerra y la necesidad de ayudar a Ucrania. Este hombre de 68 años, activista e historiador pasa por ser “el más conocido de los pacifistas” suizos, según los términos del diario helvético Der Tages-Anzeiger. Durante años ha militado en una iniciativa de nombre elocuente, Schweiz ohne Armee, o “Suiza sin Ejército”.
Pues bien, Lang, que sigue “sin querer ver armas suizas en zonas de conflicto”, ha explicado al Neue Zürcher Zeitung am Sonntag que, “desde una perspectiva pacifista, una victoria de Putin es lo peor que puede pasar”.
Las dudas internas de Lang dan cuenta de cuanto se remueven las conciencias suizas en los sectores que más podrían, a priori, defender a capa y espada las tradicionales posiciones neutrales del país. También es sintomático de que algo está cambiando en el país que desde el parlamento dos comisiones se hayan pronunciado ya a favor de suavizar las reglas relativas a los envíos de material militar, según recordaba a principios de esta semana la citada agencia Reuters.
Si finalmente acaba produciéndose ese cambio legislativo, Suiza se estaría moviendo respecto a su tradicional posición de neutralidad, un estatus que ya mantuvo pese contextos geopolíticos extremos, como fueron las guerras mundiales del siglo pasado. Es más, desde 1848, los suizos no participan en ninguna guerra. Pero puede que la guerra de agresión rusa contra Ucrania tumbe, algo, la neutralidad suiza.