La ‘legión extranjera' de Ucrania, un año al servicio de Kiev frente a la invasión rusa


Un estudio del Proyecto Contra el Extremismo (CEP), organización con sede en Oslo, analiza el papel del grupo de voluntarios desplazados hasta a Kiev desde países de todo el mundo, incluido España, para defender la nación de Volodímir Zelenski frente a la agresión rusa.
Por su puesto que hay españoles entre los 20.000 voluntarios internacionales que se estima que se han desplazado hasta Ucrania para sumarse a la defensa del país de Volodímir Zelenski frente a la ilegal invasión rusa. El polaco Kacper Rekawek, investigador del Centro para la Investigación sobre Extremismo de la Universidad de Oslo, lo tiene claro.
✍️'De València a Ucrania: el exsoldado español dispuesto a luchar en la guerra'
— Núria Garrido (@Nurgago) 12 de diciembre de 2022
Hoy publicamos esta historia de este exmilitar valenciano. Estuve con él en un campo de tiro en Cracovia.https://t.co/0TfuR56wz3 pic.twitter.com/1T76oVeM7j
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Su última investigación versa precisamente sobre el primer año de vida que acaba de cumplir la Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania, más conocida por sus siglas inglesas ILDU. Lo publica el Proyecto Contra el Extremismo (CEP, por sus siglas en inglés), una institución dedicada al estudio de las amenazas que suponen las ideologías extremistas.
Rekawek, experto en esos fenómenos políticos extremistas, sin embargo, constata que entre los 20.000 voluntarios que se han desplazado hasta Ucrania para defender al país europeo de la invasión rusa, no abundan las personas cuya ideología se sale de lo que es, en sentido amplio, el espectro de la democracia liberal.
“En palabras de un combatiente extranjero, la mayoría de estos voluntarios extranjeros de 2022-2023 podrían ser ‘de tendencia conservadora’, pero también incluyen ‘liberales, izquierdistas, bienhechores’”, escribe Rekawek en su estudio sobre la ILDU, publicado en la mañana de este jueves. “Un humanitario que trabaja para Ucrania comentó que ‘éste es un bando de extremismo cero’”, abunda Rekawek.

Escribe Rekawek después de haber realizado entrevistas con unas 70 personas integrantes de lo que el investigador llega a llamar “movimiento social transnacional” para aludir al colectivo de voluntarios internacionales entregados a la causa ucraniana. A él le consta la presencia de españoles en este grupo de “ciudadanos del mundo implicados” en la defensa frente a la agresión rusa.
Una dimensión de combatientes internacionales diferente a las Brigadas Internacionales en España
“Estamos ante una movilización única, con muchas facetas. Nunca había ocurrido antes, salvo, a lo mejor en el caso de la Guerra Civil española. Pero aquí estamos, casi cien años después, no sólo ante gente que lucha, también hay gente que se dedica a formar militarmente, gente que dona logística, gente que se dedica a la distribución de logística”, explica Rekawek a NIUS, poco antes de la publicación del informe del CEP sobre la ILDU.
Según sus estimaciones, de los 20.000 voluntarios que llegaron a Ucrania atendiendo al llamamiento que hizo en 2022 al poco de iniciarse la invasión el propio Zelenski, sólo unos 2.000 han participado activamente en los combates. Por eso, junto al término de “combatiente”, los de “instructor”, “humanitario” o “operario logístico” son los que mejor describen las grandes ocupaciones de estos voluntarios extranjeros.
Según estimaciones de principios de este mes, 150 voluntarios internacionales han dado su vida por la defensa de Ucrania desde que comenzó la invasión rusa.
Cuando se cumple un año de la guerra de Rusia contra Ucrania: lo que cuesta militarmente, en @NiusDiario. https://t.co/phOAuKN30I.
— Salvador Martínez Mas (@SmmEnBerlin) 24 de febrero de 2023
“La movilización de voluntarios internacionales a la que estamos asistiendo no es sólo un grupo de muchachos que se han ido a la guerra. Es un grupo mucho más amplio, diverso en términos de edades, de ambos sexos, y multinacional. No sólo hay gente de Occidente, también hay colombianos, brasileños, gente de Corea del Sur, Japón, Taiwán, es algo realmente impresionante”, dice Rekawek.
“La movilización va más allá de lo que dicen en Rusia, pues en Rusia dicen que sólo Occidente está ayudando a Ucrania. No es así. Y esto es algo diferente, que no se ha visto en otras guerras”, agrega Rekawek.
“Somos los talibán”, dicen por su situación militar los combatientes internacionales
Estos voluntarios están ahora desarrollando un papel distinto al que han acostumbrado en caso de contar con experiencia en el campo de batalla. La mayoría de ellos vienen de Estados Unidos, aunque también los hay de otros países occidentales de habla inglesa o europeos y de otras partes del mundo.
Precisamente los estadounidenses y europeos que han recalado en las filas de la ILDU con experiencia en el campo de batalla ganaron esos galones en la “guerra global contra el terrorismo”. “Son combatientes que reconocen ahora ser, como dicen muchos, los Talibán”, expone Rekawek.
"Ellos combatían contando con la superioridad logística, con más capacidad de fuego, más medios o posibilidades de evacuaciones médicas. En Ucrania, eso sólo está disponible de forma muy limitada", explica a NIUS el autor del estudio.
“Reconocen que en su experiencia de guerra anterior, ellos combatían contando con la superioridad logística, con más capacidad de fuego, más medios o posibilidades de evacuaciones médicas, pero esto, en Ucrania, sólo está disponible de forma muy limitada”, añade el investigador polaco. “Esta gente está acostumbrada a luchar en otro tipo de guerra”, abunda.
¿Qué pasa cuando regresan?
De estos voluntarios internacionales, viene a decir Rekawek, cabe esperar que vuelvan a sus países de origen con problemas de salud mental, como Trastorno por estrés postraumático (TEPT).
A esta circunstancia convendría que se prepararan para aportar soluciones sus países de origen, según aconseja en las páginas finales el documento firmado por Rekawek. A su entender, resulta clave que estos combatientes sean identificados y reconocidos, en su mayoría, no como combatientes que fueron a luchar radicalizados como ha podido ocurrir en otras contiendas internacionales recientes.
Un ejemplo de este reconocimiento que cita el documento de CEP es Polonia y su promesa de “ofrecer ayudas a las familias de los polacos caídos en Ucrania”, escribe Rekawek. Él también habla de establecer medidas para protegerlos de las posibles represalias a las que se puedan ver expuestos por parte de la comunidad de rusos expatriados presentes en su país de origen.
También plantea Rekawek que, para sus países de origen, estos voluntarios han de ser vistos como “operativos de inteligencia”. A las autoridades de su país, su experiencia puede sevir de gran ayuda para entender la realidad en el terreno del conflicto.
Ahora bien, también alerta Rekawek, como buen investigador en cuestiones de extremismo, de la presencia de voluntarios rusos y bielorrusos ahora al servicio de Ucrania que tienen su propia agenda. “Incluso formando parte del Ejército de Ucrania, y obedeciendo a la cadena de mando y demás, hay esta gente está diciendo que le gustaría llevar la guerra a su país”, comenta Rekawek.
“Hay que plantearse: ¿Es esto algo que queremos como occidentales que apoyamos a Ucrania?¿Es esto algo que Ucrania debería de estar apoyando?”, concluye.