¿Se puede sancionar a Hungría por mantener sus relaciones económicas con Moscú?


La Comisión Europea debe autorizar la construcción de un reactor nuclear que hará la rusa Rosatom con participación de la francesa Framatome
La Unión Europea ha aprobado 11 paquetes de sanciones contra Rusia desde que el presidente ruso Vladimir Putin ordenó el ataque militar contra Ucrania. Todos esos paquetes han sido aprobados por unanimidad de los 27 Estados miembros, pero en casi todos ha habido excepciones para algunos países y algunos sectores. El rey de las excepciones es el húngaro Viktor Orban, que en varias ocasiones amenazó con bloquear la aprobación de las sanciones. Pero Hungría puede haber traspasado la línea roja.
El Gobierno ucraniano pidió a la Comisión Europea que sancione a Hungría por la decisión del Gobierno de Viktor Orban de firmar esta semana nuevos acuerdos energéticos con Moscú. El martes viajó a Rusia el ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, para firmar los nuevos contratos con los directivos de Gazprom, quien dijo que “guste o no, Rusia y la cooperación con Rusia seguirán siendo cruciales en la seguridad energética ucraniana”. Szijjártó fue condecorado por Moscú en diciembre de 2021.
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EU foreign ministers will decide on an asset freeze for Vladimir Putin and Sergey Lavrov. If so, Hungarian Foreign minister Szijjártó faces a hard choice whether or not to approve #sanctions on his friend Lavrov, who awarded him the medal of friendship in December in Moscow. pic.twitter.com/Q41vGi9xd4
— Sándor Zsíros (@EuroSandor) 25 de febrero de 2022
Budapest ya compra 4,5 millones de metros cúbicos de gas ruso al año, que le llegan por un gasoducto que cruza Ucrania y que sigue funcionando a pesar de la guerra. Ese gas cubre el 80% de sus necesidades y le llega a precios de amigo, no a precios de mercado. También importa el 80% de sus necesidades de petróleo.
Hungría tiene además, gracias a las excepciones en las sanciones, permiso para importar petróleo crudo ruso y refinarlo para vender productos derivados a sus vecinos. Un negocio escrupulosamente legal a la luz del estado actual de las sanciones pero que ayuda a financiar la guerra de Putin. Por actividades similares la Unión Europea presiona a países como Turquía, Kazajstán, Kirguizistán o Azerbaiyán, que están sirviendo a Rusia para aliviar las sanciones. Y de paso forrándose. La Comisión Europea ya bloqueó la entrega a Budapest del fondos del Next Generation EU alegando dudas sobre corrupción y Estado de Derecho, pero nadie ha hablado en Bruselas de cortar otros fondos, como los de la política agrícola común o los de cohesión. Tampoco los fondos que sirven para ayudar a la diversificación de hidrocarburos, que Hungría recibe a pesar de que no diversifica nada y sigue firmando acuerdos de suministro con Rusia.
Bruselas sí tiene una palanca de presión que podría usar en los próximos meses. La rusa Rosatom debe construir un nuevo reactor nuclear en Hungría, financiado por un préstamo del Gobierno ruso y que contaba con participación de la alemana Siemens. Tras el estallido de la guerra Siemens, responsable de la parte electrónica de la planta, se retiró del proyecto por presiones del Gobierno alemán.
Germany's Federal Office for Economic Affairs and Export Control hasn't granted Siemens Energy an export licence to supply equipment to Rosatom's nuclear power plant in Akkuyu. BAFA isn't convinced who the end user is. https://t.co/jCqKHZ5Rbz
— Yörük Işık (@YorukIsik) 16 de febrero de 2023
Su sitio lo ocupa la francesa Framatome, lo que permitiría a Budapest saltarse el bloqueo alemán y a Francia mostrar que ayudar a Ucrania está bien pero que los negocios son los negocios y que tampoco sobran clientes para la nuclear francesa.
Excellence de l’industrie nucléaire française : russe ROSATOM vient d’attribuer le contrat du Contrôle Commande pour projets réacteurs VVER Hanhikivi Finlande et Paks Hongrie, au Consortium Framatome-Siemens. Le CC est un élément fondamental contribuant à la sûreté nucléaire
— Roger Seban (@rogerseban) 24 de octubre de 2019
Ese cambio provoca un cambio en los contratos que hace que la Comisión Europea debe aprobar de nuevo el proyecto. Fuentes comunitarias entienden que en una situación normal se aprobaría pero advierten que no estamos en una situación normal. El Gobierno húngaro reconoce que la Comisión tiene la última palabra y le pide que no bloquee el proyecto. Si en Bruselas no está nada claro que se puedan tomar represalias contra Orban, en Washington sí está claro desde hace tiempo. El pasado miércoles el Tesoro estadounidense impuso sanciones al ‘Banco Internacional de Inversiones’, una entidad con sede en Budapest y conexiones con Moscú en la que participaban hasta la guerra varios gobiernos de Europa del este y de la que este jueves se salió también el Gobierno húngaro. Es una entidad opaca que Washington considera que sirve más a contrabandos y actividades de espionaje que a actividad financiera. También sancionó a tres personas de nacionalidad rusa y residencia en Budapest relacionados con ese banco y que disponen en Hungría de un estatus legal y de inmunidad similar al de los diplomáticos.