Volkswagen certifica su salida de Rusia por la invasión de Ucrania tras años de inversiones millonarias


El Grupo Volkswagen se deshace de su centro de producción en Kaluga, donde daba trabajo a unas 4.000 personas.
La salida del Grupo Volkswagen de Rusia ha sido lenta pero parece segura. La firma con sede en Wolfsburgo (oeste germano) confirmaba hace unos días su salida del negocio ruso gracias a la venta de su planta de Kaluga (oeste ruso). Allí, Volkswagen daba trabajo a 4.000 personas.
A máxima capacidad, se podían fabricar allí hasta 200.000 coches al año, según las cuentas que han presentado en el diario económico teutón Handelsblatt. Kaluga era, según decían no hace tanto en el Grupo Volkswagen, “un ejemplo de eficiencia”.
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#VW Kaluga in Russia is a paragon of efficiency. The Interview with plant manager Klar here: https://t.co/1H9ERxaQlF pic.twitter.com/lnfqctwHS3
— Volkswagen News (@volkswagen) 14 de junio de 2016
De Kaluga han salido modelos emblemáticos del Grupo Volkswagen como el Volkswagen Passat o el Skoda Octavia. En total, casi una decena de sus modelos de vehículos ha podido fabricar el grupo automovilístico germano en Kaluga. Pero ya no, el trabajo allí se ha hecho imposible en vista de la ilegal guerra de agresión de Rusia contra Ucrania.
Ya el año pasado, cuando estaba claro que la guerra en Ucrania iba a ser un conflicto largo, se supo que el Grupo Volkswagen estaba en busca de comprador para sus instalaciones de Kaluga. Lo ha encontrado en la empresa rusa dedicada a la compra-venta de vehículos de primera y segunda mano Avilon, según informaba en un escueto comunicado la propia firma germana. “El acuerdo ha sido aprobado por las autoridades del Gobierno ruso”, se lee en dicho texto.
El precio final de la operación de venta está abierto a especulaciones, aunque la prensa alemana citaba a la agencia rusa Interfax, que daba cuenta de un valor de unos 125 millones de euros. “Una cifra millonaria de tres cifras” era otra expresión con la que la prensa alemana ha hecho alusión a la venta del centro de producción de Kaluga.
"Habría sido imposible hacer como si no pasara nada ante una guerra de agresión como la que ha lanzado Rusia contra Ucrania”, explica Ferdinand Düdenhoffer a NIUS.
La venta “se alargó más de lo previsto, en parte porque un competidor, el grupo ruso GAZ, torpedeó la venta a Avilon con una demanda”, señalaba en sus páginas económicas el diario generalista Frankfurter Allgemeine Zeitung. Esa demanda del grupo ruso que controla el oligarca Oleg Deripaska no llegó a buen puerto. Sólo demoró el anuncio de la venta de la fábrica de Kaluga.
El Grupo GAZ, que fabrica los coches de lujo de la marca Volga, había sido un socio de Volkswagen en Rusia. El año pasado, la empresa alemana dio por finalizada la colaboración con dicha compañía rusa. Las sanciones económicas contra Rusia por su ilegal guerra de agresión contra Ucrania explican en buena medida esa decisión y, en última instancia, la venta de las instalaciones de Kaluga.
Cierre en Kaluga después de haber invertido 1.000 millones de euros allí
La venta de ese centro de producción, y el haberse desecho antes de la más pequeña fábrica en Niznhi Nóvgorod (centro ruso), pone fin al negocio ruso de Volkswagen. Antes de estas decisiones, y debido a la guerra de agresión contra Ucrania, el grupo alemán había cesado sus actividades. Hasta ahora, los trabajadores habían disfrutado de pagos parciales de su salario en algo similar a una prestación temporal de desempleo.
La empresa alemana había desembolsado ingentes cantidades de dinero en inversiones para levantar un centro de producción como el de Kaluga, que entró en actividad en 2007 y que ha costado, con el paso de los años, más de 1.000 millones de euros. En vista de esa cantidad, a Volkswagen le toca encajar “pérdidas sustanciales”, ha podido leerse en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Pero es muy probable que a los directivos del grupo empresarial con sede en Wolfsburgo no les quedara otra opción.
La paulatina desconexión del negocio ruso ya había supuesto para el Grupo Volkswagen que sus números allí quedaran reducidos al 20% de lo que eran antes de que empezara la guerra. En 2022, las ventas de la firma alemana cayeron, según datos del Handelsblatt, un 80%. Apenas se vendieron unos 43.500 vehículos.
Volkswagen puede prescindir del negocio ruso con Putin en el poder
Valores así son plenamente “prescindibles” para Ferdinand Düdenhoffer, profesor de la Universidad de Duisburgo-Essen y experto de referencia en la industria alemana del automóvil. “Es algo bueno que Volkswagen haya decidido irse de Rusia, vendiendo Kaluga. Es la respuesta a la guerra de Putin contra Ucrania”, dice a NIUS Düdenhoffer.
“Hay que tener en cuenta que Volkswagen está muy vinculada a Alemania. Habría sido imposible hacer como si no pasara nada ante una guerra de agresión como la que ha lanzado Rusia contra Ucrania”, explica Düdenhoffer.
El motor de combustión no se toca porque no se 'juega' con la industria del automóvil de Alemania. En @NiusDiario. https://t.co/G0329IhUyK.
— Salvador Martínez Mas (@SmmEnBerlin) 7 de marzo de 2023
“Las ventas que hacía el Grupo Volkswagen en Rusia son completamente sustituibles”, abunda este experto. De los algo más de 279.000 millones de euros en ventas de vehículos que registró el año pasado el Grupo Volkswagen en el mundo entero, según ha recogido el portal de estadística alemán Statista, una fracción mínima corresponde a los 43.500 vendidos en Rusia. “Para ver la importancia del mercado ruso en las cuentas de Volkswagen basta ver que en Rusia vende menos coches que en España”, señala Düdenhoffer.
En 2021, año en que todavía reinaba un normal funcionamiento de las ventas del Grupo Volkswagen en el país del presidente Vladimir Putin, la firma alemana vendió 199.200 vehículos, según datos de la empresa. El año pasado, las cifras de la compañía teutona relativas a ventas en España dan cuenta de 328.600 vehículos. En todo el mundo, el Grupo Volkswagen vendió, en 2022, unos 8,2 millones de sus vehículos.
Frenazo en Rusia a la venta de coches
Para que la empresa alemana vuelva a hacer partícipe a Rusia de sus negocios, según Düdenhoffer, hay que esperar “el fin de Putin”.
“Esto es lo que está esperando todo el mundo que se ha ido de Rusia. Porque Rusia es importante, su pueblo también, pero Alemania no aprecia ese sistema terrorista de Putin”, apunta el experto de la Universidad de Duisburgo-Essen. Para la economía rusa, la salida de su territorio del Grupo Volkswagen, uno de los grandes actores de la industrial mundial del automóvil, supone un nuevo revés.
El sector ruso del automóvil ha resultado duramente golpeado por las sanciones contra Rusia por culpa de la ilegal guerra contra Ucrania. Desde que comenzó la retirada del negocio ruso de los actores occidentales del mercado, en Rusia se han reducido las ventas de vehículos en un tercio. Han pasado de ser 1,7 millones de vehículos vendidos, en 2021, a unos 687.000, en 2022, según datos del sector recogidos por el Frankfurter Allgemeine Zeitung
La producción de vehículos, por culpa de las restricciones impuestas a la economía rusa, también se ha visto alterada en suelo ruso. Se han tenido que realizar paros forzosos en plantas de producción. Este es sólo un aspecto de las “consecuencias negativas” para la economía rusa que ha reconocido el propio Putin.