El difícil camino de la semana laboral de cuatro días en Alemania


Dicen que tener tres días de descanso a la semana es “un sueño” para muchos empleados pero una “pesadilla” para muchas empresas.
El sindicato IG-Metall, principal organización de representación de los trabajadores en la industria alemana, va a luchar por implantar esa reducción de jornada cuando concluya el verano.
La batalla sindical en Alemania no sólo se ha limitado de un tiempo a esta parte a lograr mejoras para luchar contra la inflación que sigue registrando aquí valores históricamente altos. En abril, los precios subieron un 7,2%. Sin embargo, para organizaciones como IG-Metall, el gran sindicato del influyente sector industrial teutón, se abre ahora un nuevo frente laboral: la semana de cuatro días.
Jörg Hoffmann, presidente de ese sindicato, ha llegado a decir en la última edición del pasado mes de abril del Bild am Sonntag que Alemania necesita una semana laboral de cuatro días. “Necesitamos la semana de cuatro días”, era el titular que dejaba Hoffmann al dominical del diario Bild, el periódico más leído de Alemania.
“Donde se aplica la semana laboral de cuatro días, vemos que aumenta la productividad y que los trabajadores se dan menos de baja”, explicaba el presidente de IG-Metall, organización que representa a algo más de dos millones de trabajadores en el sector de la metalurgia teutona. En ella se incluyen sectores como el del automóvil. Alemania, la mayor economía de Europa, es “hogar” de grandes nombres automovilísticos como el del Grupo Volkswagen, Daimler - responsable de la marca Mercedes-Benz - o BMW.
"Para que haya más productividad y crecimiento y se pueda compensar la situación demográfica del país hace falta mano de obra y trabajar más, no trabajar menos", dice a NIUS Hubertus Bardt, economista del IW.
En Alemania ya se cuentan numerosas experiencias de empresas que han movido ficha y han distribuido el trabajo de forma que sus empleados sólo trabajan cuatro días a la semana. Siempre que haya acuerdo en esto entre empresarios y trabajadores, es posible implementar esa semana laboral, “para muchos trabajadores un sueño” y “un horror para la mayoría de las empresas”, según ha analizado en páginas del diario Welt el periodista Tobias Kaiser. En el diario económico Handelsblatt se han referido a la semana laboral de cuatro días como un “lindo sueño” inalcanzable.
Bien es cierto que en sindicatos como IG-Metall pueden argumentar las mejoras en términos de productividad y salud registradas en las experimentaciones con esa medida, implementada puntualmente en países como el Reino Unido o Islandia.
Una medida frente al problema de la falta de mano de obra
“La semana laboral de cuatro días también puede ser una medida que ayude a luchar contra la falta de mano de obra. Porque esto hace que los sectores donde se aplican sean más atractivos”, explican a NIUS desde IG-Metall. “En el sector de las reformas estamos viendo que hay empresas que están experimentando con este modelo para así ganar trabajadores en un contexto de falta de mano de obra cualificada”, abundan las fuentes sindicales consultadas por este medio, que aluden así a uno de los grandes problemas del mercado laboral alemán: la escasez de mano de obra.
Al 63% de los alemanes le gustaría trabajar a ese ritmo, según una encuesta publicada en el Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Otro problema que los sindicatos germanos quisieran resolver a través de la semana de cuatro días es la lucha contra la situación de estancamiento profesional que viven, sobre todo, muchas alemanas. Quieren trabajar más pero sólo lo hacen a tiempo parcial. En Alemania hay once millones de personas en esta situación, la mayoría mujeres.
Reduciendo el tiempo de trabajo de los asalariados, queda trabajo por hacer que pueden desarrollar otros empleados a tiempo completo, según el razonamiento que hacen en IG-Metall. Con esta lógica, a partir del próximo otoño, este sindicato acudirá a la ronda de negociaciones con la patronal para que, en el sector de la metalurgia, se trabaje menos tiempo. La idea de IG-Metall es que se pase de 35 hora a la semana a 32 horas en dicho sector. En esa cantidad de tiempo Hoffmann y compañía en IG-Metall ven de facto la aplicación de una semana laboral de cuatro días.
“Trabajamos menos que en otros países”
Sin embargo, la defensa de la normalización de esa semana laboral de cuatro días se ha topado con un país en el que “hace falta trabajar más”. Así lo creen analistas como Hubertus Bardt, economista y responsable del Instituto para la Economía de Alemania (IW, por sus siglas alemanas), un centro de estudios económicos con sede en Colonia (oeste).
“En Alemania, ahora mismo se trabaja menos que hace cien años y está bien que así sea. Una cosa es dejar de trabajar seis días a la semana y no tener tiempo para otra cosa. Pero hemos llegado a un momento en que trabajamos menos que en otros países”, dice Bardt a NIUS.
Germans have gone from being the most industrious people to the laziest: Hours per worker in Germany halved from 1900 to 2000. The downtrend has been remarkably stable: for at least 150yrs, w/exception of World War II, every generation has worked fewer hours than its predecessor. pic.twitter.com/WTJWnWk3hw
— Holger Zschaepitz (@Schuldensuehner) 23 de mayo de 2023
Estimaciones recientes sitúan a los alemanes trabajando a la semana menos horas que estadounidenses, italianos, británicos, españoles y franceses.
“Ahora mismo hay dos formas de aplicar la semana laboral de cuatro días. Se puede trabajar más los cuatro días de la semana y liberar uno o, por otro lado, la otra opción es recortar la jornada de trabajo y pagar lo mismo. Pero para que haya más productividad y crecimiento y compensar la situación demográfica del país hace falta mano de obra y trabajar más, no trabajar menos”, expone Bardt desde el IW.
En dicho centro recuerdan que Alemania, como otras naciones occidentales, vive “tiempos de crisis demográfica, estructural y de coyuntura” para los cuales “la jornada de cuatro días no altera nada”.
La patronal del metal, en contra; en otros sectores… ¿imposible?
La dependencia del gas natural ruso, debido a la ilegal guerra de Rusia contra Ucrania, ha obligado al país del canciller Olaf Scholz a reinventar, en buena medida, su modelo de negocio en pleno proceso de descarbonización de la economía germana. Paralelamente, Alemania se enfrenta a un cambio demográfico preocupante por el paulatino envejecimiento de población, un proceso que sucesivos gobiernos con similares políticas de inmigración y medidas defendidas como natalistas no han conseguido a frenar.
Algunos atisbos del nuevo modelo económico alemán, en @NiusDiario. https://t.co/Bd9sXHFyO5.
— Salvador Martínez Mas (@SmmEnBerlin) 29 de noviembre de 2022
Que próximamente IG-Metall vaya a dar la batalla por la semana laboral de cuatro días no es algo que garantice éxitos a esa organización de trabajadores. Al escepticismo de expertos como los del IW se suma la oposición a esa idea de las organizaciones empresariales el sector.
En la Asociación Federal de la Industria de Alemania, de hecho, han llegado a pedir que se aumente el número de horas de trabajo a la semana, hasta 42 horas semanales, para así luchar contra la falta de mano de obra. Entre 2016 y 2021, el tiempo de trabajo semanal en Alemania se ha reducido, según datos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis). Ha pasado de 35 horas semanales a 34,7.
En la Asociación Alemana de Empresas del Metal han señalado también que la petición sindical llega en “mal momento”, en vista de la descarbonización del país y el persistente problema de la inflación. Para otros sectores, como el de la administración pública, el sanitario u otros donde difícilmente pueden imaginarse fines de semana de tres días, la semana laboral de cuatro días no es que llegue en “mal momento”, es que muchos en Alemania la consideran casi una quimera.
Tal vez por lo difícilmente alcanzable que resulta para muchos, la semana laboral de cuatro días es especialmente atractiva. Al 63% de los alemanes le gustaría trabajar a ese ritmo, según una reciente encuesta publicada a finales del año pasado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung.