La destrucción de la presa de Kajovka provoca incertidumbre sobre la anunciada ofensiva del ejército ucraniano


La gigantesca inundación que está provocando la presa dejará impracticable por pantanoso una amplia franja del territorio para operaciones militares de gran envergadura
El presidente Zelenski atribuye la rotura a “terroristas rusos” y su jefe de gabinete no entiende cómo alguien puede poner en duda la autoría de Moscú
Algunos aliados occidentales tienen pocas dudas: Rusia es culpable de “este crimen de guerra”, en palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
¿Quién ha destruido la gran presa de Nova Kajovka en Ucrania que anegará decenas de localidades, forzará la evacuación de unas 40.000 personas, pondrá en riesgo el suministro de agua de boca y de riego en amplias zonas del sureste del país e incluso en la península de Crimea? Para hacerse una idea de las dimensiones del deastre hay que tener en cuenta que el embalse de Nova Kajovka tiene una capacidad que multiplica por seis al mayor embalse de España, el de la Serena, en Badajoz.
Ucrania acusa a Rusia y Rusia acusa a Ucrania. El presidente Zelenski atribuye la rotura de la presa a “terroristas rusos” y su jefe de gabinete no entiende cómo alguien puede poner en duda la autoría de Moscú. Asegura que la infraestructura está en territorio controlado por los rusos, que es imposible destruirla con fuego artillero lanzado desde zonas bajo control de Kiev y que desde el comienzo de la invasión las tropas rusas minaron las instalaciones. “Una voladura premeditada es la única explicación plausible, cualquier teoría alternativa es propaganda rusa”, ha dicho al diario The Guardian.
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Desde Moscú, el portavoz del Kremlin ha acusado a los ucranianos de lanzar un “ataque deliberado para dejar sin agua a Crimea”, la península tomada por Rusia en 2014. Pero algunos aliados occidentales tienen pocas dudas: Rusia es culpable de “este crimen de guerra”, en palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Sin embargo, un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. se ha mostrado más cauteloso y no ha querido confirmar la autoría rusa: "No podemos decir de una manera concluyente lo que ha ocurrido y compartiremos más información cuando la tengamos. Lo que sí podemos asegurar es que los daños para esa región y el pueblo de Ucrania serán significativos".
La cautela no está de mas. En las últimas horas, The Washington Post ha publicado una información reveladora sobre otro misterioso ataque que inicialmente se atribuyó a Rusia, la voladura del gasoducto submarino Nord Stream. Según el diario norteamericano, los servicios de espionaje de EE.UU. conocieron con meses de antelación los planes ucranianos para volar el gasoducto que une Alemania con Rusia y trasladaron esa información a otros servicios de inteligencia de países europeos, entre ellos Alemania. Los investigadores alemanes han vinculado al menos a uno de los sospechosos del ataque con las fuerzas ucranianas.
Russia will have to pay for the war crimes committed in Ukraine.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) 6 de junio de 2023
The destruction of the dam, an outrageous attack on civilian infrastructure, puts at risk thousands of people in the Kherson region.
Europe is mobilising support through our civil protection mechanism.
¿A quién beneficia más?
Las acusaciones contra Rusia se basan en el 'cui prodest' latino: el autor será aquel a quien beneficie. Distintos expertos militares creen que puede beneficiar más a los rusos ante la posible gran ofesniva ucraniana, aunque los primeros escarceos de ese ataque se han registrado a más de 500 kilómetros. Otros, sin embargo, creen que los beneficios para la estrategia del Kremlin no están tan claros: obliga a evacuar tropas y civiles de las áreas inundadas en la zona prorrusa y puede afectar el suministro de agua a Crimea.
Hace más de 10 meses que El Gobierno de Ucrania viene advirtiendo de que los rusos habían minado este embalse. En aquel momento las fuerzas de Moscú se retiraron de Jersón hacia la ribera oriental del río Dniéper, que atraviesa Ucrania. El movimiento se interpretó como un repliegue defensivo para guarecerse al otro lado del río Dniéper, convertido desde entonces en la línea del frente en el sureste del país.

La incipìente ofensiva de Ucrania
La fecha en la que se produce la rotura de la presa es un indicio relevante. Justo un día después de que se hayan visto los primeros indicios de la tan anunciada ofensiva de primavera ucraniana. Kiev quiere evitar la fatiga de los aliados occidentales y aspira a demostrar que toda la ayuda militar que recibe produce resultados en el campo de batalla arrebatando territorio ocupado por las fuerzas rusas e incluso partiendo en dos el corredor terrestre que une Crimea con Rusia desde los primeros meses de la invasión. Una de las líneas de avance con las que se especulaba para dividir el territorio controlado por los rusos pasaba por la región de Zaporiya, ahora afectada por las inundaciones.
Pero ahora la gigantesca inundación que está provocando la presa dejará impracticable por pantanoso una amplia franja del territorio para operaciones militares de gran envergadura que exijan carros de combate y otras fuerzas mecanizadas. Cualquier avance desde la ciudad de Jersón es ahora imposible. No está claro que Ucrania fuera a lanzar su ofensiva en esta zona, pero la gigantesca inundación obligará a Kiev a descartar las opciones que podía plantearse en esta región.
Aunque la presa está lejos de los puntos más calientes del frente, los rusos ya pueden despreocuparse de este flanco. Al acortar la larga línea del frente de más de 1.000 kilómetros, podrían mover fuerzas desde la zona ahora inundada a otras amenazadas por una penetración ucraniana, algo que podría ocurrir varios cientos de kilómetros hacie el norte. Ya en 1941 el ejército Rojo voló una presa en el mismo río Dniéper para frenar el avance del ejército nazi.
Además, las inundaciones provocarán graves daños en las infraestructura civiles, difíciles de reparar en tiempos de guerra. Hace meses Moscú también lanzó una dura ofensiva contra las instalaciones de generación y transporte de electricidad de Ucrania.

Pero también afectará a los rusos
Algunos analistas piden más cautela ante la escasez de información porque la inundación también afectará a las fuerzas rusas. No es fácil saber si esto es un acto deliberado de los rusos o el resultado de los daños que ya venía sufriendo la infraestructura a causa de la guerra. “La destrucción de la presa y las subsiguientes inundaciones se convierten en la primera línea de defensa rusa al este del río Dniéper, aunque la amenaza de un cruce de los ucranianos por el río siempre fue baja”, dice al Financial Times Michael Kofman, uno de los analistas militares de la guerra de Ucrania más respetados. “El desastre no beneficia a nadie, sobre todo afectará al territorio ocupado por los rusos”.
Una alta funcionaria de la Fiscalía de Ucrania ha estimado que las inundaciones afectarán a 17.000 personas que viven en territorio controlado por Kiev y a otras 25.000 que residen en la zona controlada por los rusos. Lo que parece haberse disipado por el momento es el temor a que la ruptura del embalse afecte a la central nuclear de Zaporiya, la planta atómica más grande de Europa. Situada río arriba, esta central usa el agua del embalse para enfriar sus reactores. La Agencia Internacional de la Energía Atómica está monitorizando de cerca el estado de la planta y asegura que “no hay un riesgo de seguridad nuclear inmediato”.