Alemania y Ucrania restañan las heridas de sus relaciones diplomáticas


El canciller alemán Olaf Scholz celebra el renovado diálogo entre el presidente de la República de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski.
Ucrania, país que lleva más de dos meses luchando contra a la invasora Rusia de Vladimir Putin, se había convertido para el canciller alemán, Olaf Scholz, en un importante dolor de cabeza diplomático.
Que las autoridades de Kiev rechazaran el mes pasado una visita del presidente de la República de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, dejaba al país de Scholz en una posición degradada internacionalmente. La capital de Ucrania es ahora mismo, para Occidente, el lugar en el que hay que estar mostrando apoyo al pueblo ucraniano y a su jefe de Estado, Volodímir Zelenski.
Eso explican los recientes viajes a Kiev de líderes de toda Europa, desde los realizados en marzo a cargo de los líderes políticos de Polonia, República Checa y Eslovenia, hasta los más recientes desplazamientos del jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, o del jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken.
Sin embargo, pese a la cercanía física entre Berlín y Kiev – cuando se podía, un vuelo entre ambas ciudades duraba menos de dos horas – han complicado el trato entre germanos y ucranianos el estallido de la guerra y la actitud contenida de un Scholz que lucha por llevar a cabo un “cambio histórico” con el que poner fin a la tradicionalmente cercana relación entre Alemania y Rusia.
El canciller alemán, Olaf Scholz, decide finalmente que su país envíe armas pesadas a Ucrania para contribuir a repeler allí la invasión rusahttps://t.co/TWVbSqrBfR
— NIUS (@NiusDiario) April 27, 2022
Desde Kiev se suele criticar que Alemania no ha sido el primer país en aportar el armamento defensivo que hizo falta en los primeros momentos de la invasión ilegal rusa. Tampoco han estado Scholz y compañía a la vanguardia de quienes han aportado armas pesadas a las fuerzas ucranianas en la actual fase de la guerra.
En abril, el Gobierno alemán acordaba un paquete de 2.000 millones de euros en ayudas a Ucrania, que se suman a la ayuda financiera aportada por Berlín que hacían que Scholz haya situado a Alemania entre los países que más apoyo en el mundo prestan a Kiev. En febrero, Scholz decía incluso que Alemania estaba más o menos igualado con Estados Unidos en términos de ayuda financiera a Ucrania.
Los errores pasados de Steinmeier
Todo eso, sin embargo, no ha hecho olvidar en Ucrania que figuras como Frank-Walter Steinmeier, que antes de ser jefe de Estado alemán fue ministro de Asuntos Exteriores en tiempos de la canciller Angela Merkel, sean claves para entender la desfasada Ostpolitik llevada a cabo por Alemania en los últimos años.
En concreto, a Steinmeier se le reprocha el haber querido dar a los territorios separatistas del este ucraniano un estatus especial en el marco del los acuerdos de Minsk en sus tiempos de jefe de la diplomacia germana. Esos acuerdos estaban diseñados para acabar con el conflicto iniciado en 2014 en el este del país de Zelenski.
Ese trabajo diplomático figura entre los argumentos por los cuales Steinmeier no era bienvenido en Kiev en abril. En Kiev, que Steinmeier haya reconocido “errores” en su política hacia Rusia, no es suficiente. Al menos eso parecía esta misma semana.
Bastaba escuchar a Andrij Melnyk, el embajador de Ucrania en Alemania, cuando explicaba estos días que no es suficiente reconocer “errores” para arreglar los males que ha causado la política de Steinmeier en el este ucraniano.
“No basta con decir: 'fue un error', porque ese error costó la vida de miles de personas”, según Melnyk, aludiendo al conflicto del este ucraniano, convertido entre 2014 y 2021 en la guerra que más muertos ha causado en Europa desde las guerras de los Balcanes.
La irritación de Scholz se curó con una conversación Steinmeier-Zelenski
La situación en que quedó Steinmeier tras no poder ir a Kiev dejó “irritado” Scholz, según decía el canciller en su momento. Ese sarpullido diplomático casi giraba esta semana en edema de Quincke cuando Scholz decía en el marco de las reuniones que mantuvo en Meseberg que “también era un problema para el pueblo alemán que el presidente se le retirara la invitación” para viajar a Kiev.
Es ist gut, dass unser Bundespräsident Frank-Walter Steinmeier und der ukrainische Präsident @ZelenskyyUa miteinander gesprochen und Irritationen aus dem Weg geräumt haben. Außenministerin @ABaerbock wird nun in die #Ukraine reisen - ein wichtiges Ergebnis des Gesprächs.
— Bundeskanzler Olaf Scholz (@Bundeskanzler) May 5, 2022
Ahora bien, en la tarde del jueves, se hacía público que Steinmeier y Zelenski habían vuelto a hablar. Lo hicieron, según trascendía en la prensa alemana, durante tres cuartos de hora.
“Es bueno que nuestro presidente Frank-Walter Steinmeier y el presidente ucraniano Volodímir Zelenski hayan hablado y hayan aclarado las irritaciones”, comunicaba Scholz al respecto, al tiempo que indicaba que su ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, viajaría próximamente a Kiev. Es “un resultado importante de esa conversación”, indicaba el canciller.
El propio Zelenski calificaría el jueves de “constructiva e importante” su conversación con Steinmeier. “Tuve una conversación constructiva con el presidente de Alemania, el Señor Steinmeier. Le agradecí el fuerte apoyo a Alemania. Espero que se intensifique. El liderazgo de Alemania es importante para enfrentarse a la agresión rusa”, manifestaba el jefe de Estado ucraniano.
Had a good, constructive, important conversation with ?゚ヌᆰ Federal President Mr. Steinmeier. Thanked for strong support for ?゚ヌᆭ. Expect it to be intensified. ?゚ヌᆰleadership is important to counter ?゚ヌᄎ aggression. Informed about situation on the frontline, critical situation in Mariupol
— Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) May 5, 2022
“¿Viaja o no viaja Scholz?”
Tan pronto parece haberse bajado la inflamación de las relacione diplomáticas entre Alemania y Ucrania que ya se especula con que el propio Scholz viaje más pronto que tarde a la capital ucraniana. “¿Viaja o no viaja?”, se preguntaba este viernes a cuenta de una posible visita de Scholz a Zelenski el diario Bild, el más leído del país.
En la cura de esta irritación diplomática germano-ucraniana puede haber jugado un papel clave Friedrich Merz, el líder de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU). Merz, que visitaba a principios de semana Ucrania, pidió a Zelenski en persona que volviera a invitar al jefe de Estado alemán. "Estoy muy agradecido al presidente Zelenski por haber aceptado mi solicitud de invitación al Presidente Federal", decía Merz.
Ich bin Präsident Selenskyj sehr dankbar, dass er meiner Bitte um eine Einladung des Bundespräsidenten gefolgt ist. Der Weg ist frei für persönliche Begegnungen des Bundespräsidenten und des Bundeskanzlers mit Präsident Selenskyj in Kiew. (FM)
— Friedrich Merz (@_FriedrichMerz) May 5, 2022
En cualquier caso, el propio Scholz había dejado claro que la situación del presidente Steinmeier, antes de que retomara el diálogo con su homólogo ucraniano, era un motivo por los que el canciller alemán se demoraba en su visita a Kiev. Ahora, esa barrera ha dejado de existir y, además, el jefe del Gobierno alemán también está invitado por las autoridades ucranianas.
Entre tanto, a quien se espera este fin de semana que visite la capital ucraniana desde Alemania es Bärbel Bas, presidenta del Bundestag. Esta política socialdemócrata es, en importancia, la segunda representante del país del canciller Scholz.