Los 'amigos alemanes' de Venezuela, Cuba y Rusia centran la atención de la campaña electoral


El partido izquierdista Die Linke, el equivalente a Podemos en España, es una atípica y radical formación cuya idea del mundo y política exterior para Alemania se salen de los grandes consensos que imperan en el país de Angela Merkel.
Die Linke era “el partido que ya nadie necesitaba”. Así se indicaba en titulares el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung a principios de agosto, cuando aún parecía casi imposible que los sondeos situaran al candidato a canciller socialdemócrata Olaf Scholz al frente de las encuestas de intención de voto para las elecciones generales el 26 de septiembre.
El titular ha envejecido mal, en vista de cómo ahora la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el partido de la canciller Angela Merkel, trata sin éxito de movilizar el voto del miedo a la unión de las izquierdas. Scholz podría formar gobierno con Die Linke y Los Verdes en la Alemania post-Merkel.
MÁS
Die Linke: Die Partei, die niemand mehr braucht via @faznet https://t.co/R5LpaqXz2t
— Markus Wehner (@mwehner4) 6 de agosto de 2021
Lo que sí sigue vigente en lo que se escribía el Frankfurter Allgemeine Zeitung es algo que esta misma semana recordaba el diario progresista Süddeutsche Zeitung. A saber, que, en Die Linke, “el área de la política exterior es una zona problemática” cuando se trata de imaginar un gobierno con izquierdistas de este partidoDie Linke. Y tanto.
En Die Linke prefieren crear un sistema de seguridad internacional que incluya a Rusia a la existencia de la OTAN. Quieren acabar con las misiones en el extranjero del Ejército alemán y, entre otras cosas, frenar en seco a la poderosa industria alemana exportadora de armas. Die Linke se sale en muchas cosas del consenso político germano.
No en vano, está formado por anticapitalistas, trotskistas e izquierdistas capaces de apoyar las dictaduras de Venezuela o Cuba, regímenes como el de Rusia y hasta, no hace tanto, la ilegal aventura del independentismo catalán. De filas de este partido salen, de hecho, Dieter Dehm y Zaklin Nastic, los únicos diputados del Bundestag provisional de Munster (norte alemán).
“Si uno mira los grandes partidos que están en el centro político del Parlamento alemán, entre la CDU, los socialdemócratas, Los Verdes o los liberales del FDP, cuando hablamos de política exterior y de seguridad, reina un acuerdo general. Todos esos partidos están a favor de la relación con Estados Unidos, de la UE, y están de acuerdo sobre lo que debe ser el papel de Alemania en el mundo”, explica a NIUS Ulrike Franke, experta en cuestiones de política exterior y de seguridad del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), un think tank europeísta.
“Alternativa para Alemania (AfD) y Die Linke, señala esta experta. Buena prueba de que en Die Linke también son outsiders de la política es que siete de sus 69 diputados votaran en contra de la última operación militar de evacuación en Afganistán. El resto de representantes de Die Linke en el Bundestag se abstuvo.
Para Franke, no es exagerado hablar de Die Linke como un partido “radical” cuando se trata de ver su concepción del mundo.
“Están a favor de disolver la OTAN, de formar un sistema de seguridad con Rusia, en contra de cualquier uso del Ejército alemán en el exterior y, si de ellos dependiera, sacarían a los soldados alemanes presentes en los estados bálticos o en misiones como la de Mali, además de querer eliminar las fuerzas especiales del Ejército o el ciberejército alemán”, resume Franke.
En el mundo de Die Linke, Estados Unidos es un poder imperial al mismo nivel que China. Al menos así debería de tratarlos Alemania, según Die Linke. Pero eso no es todo.
Un partido “ciego” con Putin
“En lo que respecta a Putin, en Die Linke están ciegos. Junto a AfD, Die Linke es el partido más pro-Kremlin de la política alemana”, dice a NIUS Marcel Dirsus, politólogo del Instituto para la Política de Seguridad de la Universidad de Kiel.
“Por supuesto, suena bien cuando los políticos alemanes dicen eso de que hay que tener una buena relación con Rusia, pero el problema es que tener una buena relación con el Kremlin no es algo que no tenga costes asociados”, plantea este experto. “El problema con Die LinkeDie Linke, añade Dirsus. Alude a los valedores a diestro y siniestro que tiene Putin tiene en suelo germano.
Cuando NIUS ha preguntado sobre su cuanto menos atípica agenda internacional, Jörg Schindler, el secretario general del partido se ha explicado así: “Nosotros no discutimos que Rusia y China tengan una agenda expansiva. Pero eso no lo resuelve uno armándose militarmente. Hacer eso aumenta la tensión que lleva a conflictos”.
La formación izquierdista, DIe Linke. https://t.co/G9v4jaLd1o.
— Salvador Martínez Mas (@SmmEnBerlin) 29 de agosto de 2021
Hasta ahora, la política alemana parecía poder permitirse un partido con una agenda internacional al margen de las realidades que afectan a la Alemania del siglo XXI. Sin embargo, en vista de que la era post-Merkel estará marcada por la fragmentación del Bundestag y la necesidad de coaliciones de gobierno de tres o más partidos, Die Linke ha ganado relevancia ostensiblemente.
Para Die Linke, el acceso al poder está abierto
Gracias a esta formación, ya hay sondeos que dan una mayoría tras las próximas elecciones generales a una coalición de las izquierdas. A saber, una coalición formada por el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Los Verdes y Die Linke
Así, para los dirigentes de este partido izquierdista, la “ventana” de acceso al poder “nunca estuvo tan abierta”, según los términos de Susanne Hennig-Wellsow, co-presidenta de Die Linke.
Dirsus, desde el Instituto para la Política de Seguridad de la Universidad de Kiel, plantea que una coalición de las izquierdas no tendría el “corrector hacia el centro” en materia de política de defensa que supondría incluir, por ejemplo, a la CDU o al FDP, en la próxima coalición gubernamental. Para él, Die Linke podría acabar teniendo una influencia en cuestiones tan importantes como el programa de reparto nuclear de la OTAN en el que participa Alemania.Die Linke
“Toda coalición gubernamental en Alemania tiene que negociar un acuerdo de coalición. Si Die Linke entra en un Gobierno, se plantea la cuestión de qué es lo que pedirá Die Linke. Por su puesto, Alemania no va a salirse de la OTAN, pero Die Linke y hay un tema sobre el que decidir en la próxima legislatura. A saber, el papel de Alemania en el reparto nuclear de la OTAN”, recuerda Franke, la experta del ECFR.
“El próximo Gobierno tiene que tomar una decisión sobre los aviones que son capaces de transportar las bombas nucleares de la OTAN. Veo con dificultades que un Gobierno con Die Linke y eso sería una decisión muy importante para la política de seguridad de Alemania”, añade.
Con sólo un 6% de los votos, el centro de atención
Con todo, la inclusión de Die Linke en una coalición gubernamental de SPD y Los Verdes no es más que una de las opciones post-electorales. “Es una cuestión abierta”, dice Franke. Quien no va a responder ese interrogante, por mucho que se le reproche en esta campaña, es Olaf Scholz.
“Scholz podría decir no habrá esa coalición de izquierdas, que no quiere formar una coalición con esta gente, pero no lo hace por dos razones. Primero, mucha gente de la izquierda no quiere que haya una coalición con los partidos del centro-derecha. Y segundo, los socialdemócratas no quieren evitar esa opción con Die Linke para formar Gobierno”, explica Dirsus.
BUNDESTAGSWAHL | Sonntagsfrage Forschungsgruppe Wahlen/ZDF
— Deutschland Wählt (@Wahlen_DE) 10 de septiembre de 2021
SPD: 25%
Union: 22%
GRÜNE: 17%
AfD: 11%
FDP: 11%
LINKE: 6% (-1)
FW: 3% (NEU)
Sonstige: 5% (-2)
Änderungen zur letzten Umfrage vom 03. September 2021
Verlauf: https://t.co/hsxgiA6QD4#btw #btw21 #BTWahl2021 pic.twitter.com/WC8EKevpnf
“O sea, que incluso si en el SPD no quieren una coalición con Die Linke, tiene sentido que Olaf Scholz no descarte la idea”, abunda este experto.
Ahora bien, con mala suerte, Die Linke, podría no superar la barrera del 5% para estar representando en el Bundestag tras las elecciones. Actualmente, los sondeos le atribuyen un 6% de la intención de voto. Es suficiente para ser el centro de atención en esta recta final de la campaña electoral.