Zheng Bo, el artista que te enseña a tener sexo con plantas en Berlín


El artista chino Zheng Bo, que actualmente reside en Berlín, explica a NIUS su trabajo, que desde 2016 propone el sexo con plantas como asunto con el que trascender fronteras artísticas.
La siempre agitada escena artística de Berlín no se ha frenado pese a la pandemia del SARS-CoV-2, el virus de la COVID-19. Prueba de ello es que el Martin Gropius Bau, uno de los centros de arte contemporáneos más destacados de la capital alemana, siga acogiendo a artistas como el chino Zheng Bo. El pasado lunes en Berlín, él ofrecía a una buena decena de participantes un taller dedicado al sexo con plantas. Éste es el tema que actualmente ocupa a este creador nacido en Pekín en 1974.
Después de haber sido, entre otras cosas, profesor en la Academia de Arte de China, en la Universidad de la Ciudad de Hong Kong y de haber presentado sus trabajos en los más prestigiosos foros internacionales del arte contemporáneo, Zheng Bo trabaja ahora en Berlín en calidad de “artista residente” para el Martin Gropius Bau.
En uno de los espacios de este centro expositivo berlinés, un grupo de personas asistió al taller en el que Zheng Bo explicaba y animaba a tener un acercamiento sensorial más íntimo al mundo vegetal. Cada participante contaba con un pequeño helecho que el artista animaba a mirar, oler, tocar y besar.
La sesión estaba acompañada de fragmentos de su película Pteridophilia. El cortometraje, que data de 2016, presenta a siete jóvenes varones que se adentran en un bosque taiwanés para tener sexo con plantas.
“Después de cuatro años y medio, ha pasado algo increíble en la Tierra, miembros de la especie humana han empezado a tener sexo con plantas, en concreto con helechos de este bosque cerca de Taiwán”, decía Zheng Bo en la introducción de su taller. En un ambiente relajado, con escasa luz, el artista invitaba a los participantes, a través de un contacto íntimo, a conectar con los helechos de una forma nueva.
“Cuando tenemos sexo con helechos, tenemos contacto con la longevidad, la tradición y la sabiduría”, señalaba el artista. Aludía así a que “los helechos llevan mucho más tiempo que los humanos sobre la Tierra, y seguirán después de que nos extingamos”, según sus términos. “Es obvio que a los helechos les ha ido mucho mejor en términos evolutivos que a nosotros”, apuntaba el responsable del taller “Sexo con Plantas” del Martin Gropius Bau.
Formado en Ciencias de la Computación y Bellas Artes, Zheng Bo utiliza en sus explicaciones abundantes referencias a trabajos científicos que inspiran una visión del mundo que le ha llevado ver las plantas como objetos de deseo.
Para conocerlas rápido, ten sexo con las plantas
“Soy una persona a la que siempre le ha interesado el sexo. Pero creo que nuestra idea del sexo es muy limitada. Yo siempre he tenido interés por expandir lo que consideramos erótico”, explica a NIUS Zheng Bo días después del taller del Martin Gropius Bau. Esa visión del sexo se unió en 2016 a los trabajos de instalaciones que venía realizando en años anteriores con espacios y plantas.

“Yo ya venía trabajando mucho con plantas. Pero me preguntaba cómo puedo ser más cercano con las plantas. Y recordé que, en la universidad, alguien me dijo si quieres conocer a alguien rápidamente la mejor forma es tener sexo con esa persona”, explica Zheng Bo. “Así que me dije que si quería conocer rápido las plantas había que pensar en una experiencia sexual con ellas”, añade.
Por extraño que resulte, lo que este reputado artista plantea a través de su trabajo, a saber, ideas de sexo entre especies, no es nada realmente nuevo. Después de oler y besar a los helechos, los integrantes del taller del Martin Gropius Bau asistieron a un breve repaso histórico a cargo de Zheng Bo de imágenes eróticas asiáticas que representaban sexo entre humanos y animales de los siglos XVIII y XIX.
Sexo oral con un pulpo
Probablemente la imagen más conocida de esa serie de imágenes sea la xilografía del artista japonés Katsushika Hokusai de 1814 titulada “El sueño de la esposa del pescador”. En la imagen un pulpo practica sexo oral a una mujer, abrazándola con sus ocho extremidades. La imagen está rodeada de un diálogo a cuenta de la escena erótica.
“He esperado mucho hasta que se han cumplido mis deseos. Tu parte baja es incomparable, perfecta para chupar”, le dice el pulpo a la mujer. “Tú, pulpo asqueroso, me chupas dejándome sin respiración”, le responde ella.
Atendiendo a estas imágenes, Zheng Bo resta carácter rompedor a su trabajo. “Ya hubo artistas, no sólo los de Japón o China del siglo XIX, que pensaron y crearon sobre la idea del sexo entre especies”, recuerda el artista pekinés. Por eso, cuando hablamos de sexo con plantas, no estamos hablando de algo realmente nuevo”, abunda.
En el taller berlinés, el artista reconocía que su trabajo apenas está “comenzando”. Entre otras cosas, porque Zheng Bo no parece satisfecho con trastocar estándares sexuales mostrando escenas eróticas de hombres practicando sexo con plantas. Su trabajo tiene la intención de ir más allá.
Hacia la normalización del sexo con plantas
“Muchas cosas empiezan como arte o performances, y luego, gradualmente, trascienden a la vida real. Con el tiempo, lo que consideramos artístico o nuevo es algo con lo que la gente se siente más cómoda. Y así, al final, se convierte en parte de nuestra vida”, plantea el artista. “En 2016, mi trabajo sobre el sexo y las plantas era algo artístico, pero después de unos años veo un futuro en esto como parte de nuestra vida”, añade.
Para él, el sexo con plantas sirve para conectar con una naturaleza que, entre otras cosas, está amenazada en tiempos de cambio climático. Zheng Bo señala, por otra parte, que los encuentros sexo entre animales y plantas ya ocurren en la naturaleza.

Los jóvenes ejemplares de la lissopimpla excelsa, más conocida en el mundo anglosajón como “Avispa engañada por orquídeas”, llegan a depositar semen tras “encuentros sexuales” con la cryptostylis subulata u “Orquídea de lengua larga”, un tipo de orquídea típica del sudeste asiático.
“La avispa está siendo engañada por la planta, pero ¿Cómo podemos nosotros los humanos estar seguros de que las avispas están siendo engañadas”, planteaba Zheng Bo en su taller. “¿Quién engaña aquí a quién?”, se preguntaba al final de su intervención en el taller berlinés. Aludía, concretamente, a “El sueño de la esposa del pescador” de Katsushika Hokusai.
“A veces pienso en si los helechos también nos engañan, me gusta pensar que sí”, concluye Zheng Bo.