Asalto a las farmacias de Roma para hacerse un test de antígenos antes de las fiestas


Miles de personas acuden a las boticas romanas para someterse a estos test rápidos
Los expertos advierten que no pueden ser un "salvoconducto"
En Via del Corso, la calle comercial más famosa de Roma, han instalado una carpa que anuncia test rápidos de antígenos a 22 euros. No es ninguna oferta, en Lazio, la región a la que pertenece la capital italiana, ese es el precio fijado. Cobrar más sería ilegal. La rudimentaria instalación pertenece a una farmacia, que desde hace unas tres semanas realiza este tipo de pruebas para detectar la covid-19. Desde que la región dio vía libre a las boticas, no han parado de recibir clientes.
Adriano, que pasaba por allí, se acaba de topar con las paredes de lona. No hay nadie a la espera, por lo que pregunta, se inscribe, paga y le meten el bastoncillo por la nariz. Así de sencillo, como comprar una caja de aspirinas. No es necesaria la receta médica, aunque lo aconsejable es pedir cita por teléfono. “Me lo hecho casi por curiosidad, porque he visto que era muy fácil y así estoy más tranquilo”, explica. Adriano va en silla de ruedas, acude a una asociación y cada día se ve con personas distintas.
“Las fiestas las pienso pasar en casa, no lo hago por ir más tranquilo de cena, sino porque me encuentro con gente de todo tipo”, cuenta, mientras espera en la calle. No han pasado ni 15 minutos, cuando la doctora sale con el resultado: “negativo”. Adriano, que ahora tiene prisa, pide que le manden el certificado con su nombre y los detalles de la prueba por correo electrónico.
Cada día pasan por aquí unas 25 o 30 personas para someterse a estos controles. En la Antica Farmacia del Corso las realizan sólo los días impares, pero en toda Roma hay más de 200 establecimientos en las que se pueden seguir los mismos pasos. Sólo en los primeros 10 días se realizaron 15.000 test y la demanda ha ido creciendo conforme se acercan las Navidades.
La responsable de introducir el bastoncillo es una profesional sanitaria. Mariana Esposito acaba de licenciarse, aún no trabaja en ningún hospital, pero está cualificada para este tipo de práctica. “Las solicitudes crecen cada día. Sobre todo, entre quienes tienen que viajar y las personas que quieren estar más seguras antes de ir a cenar con sus familiares”, afirma. Aunque el test, subraya, no es ninguna solución mágica.
No sirve sólo con el test
“Puede ser una buena opción, como una medida de protección más. Pero hay que mantener las precauciones, como la mascarilla o el distanciamiento antes y después. Que seamos negativos hoy no quiere decir que podamos ir tranquilos y reunirnos con otras personas”, sostiene. Este tipo de pruebas tienen una alta sensibilidad, sobre todo en los primeros días de infección, aunque no llegan a la fiabilidad de las PCR.
La Comunidad de Madrid insiste al Gobierno para que autoricen a realizar los test de antígenos en las farmacias, aunque desde Sanidad todavía no han dado una respuesta. En Italia, Lazio es la principal región que los ha aprobado, aunque pasaron varias semanas desde que la patronal farmacéutica lo solicitó hasta que las autoridades dieron luz verde. Ahora otros territorios como Emilia Romaña se suman a la iniciativa.
Entre los expertos existe división de opiniones. Hay quienes creen que estas pruebas pueden ser una medida de seguridad adicional y otros que piensan que tiene una utilidad reducida. Fabrizio Pregliasco, virólogo del Instituto Galleazzi de Milán, opina que “un test antes de Nochebuena no es un salvoconducto”. “Yo me puedo infectar por la mañana y dar negativo por la tarde, depende del tiempo de incubación y de la sensibilidad de las pruebas”, añade. Lo que recomiendan todos es evitar las reuniones con grupos numerosos y seguir las precauciones habituales como mejor forma de protección.