Así quiere “descarbonizar” Alemania el gobierno de Olaf Scholz


La coalición de socialdemócratas, ecologistas y liberales encaminada hacia un Gobierno bajo el liderazgo de Olaf Scholz tiene prometedoras medidas para reducir el uso de energías fósiles.
Scholz y compañía quieren, entre otras cosas, que en 2030, el 80% de la energía del país proceda de renovables. En ese año, “lo ideal”, según la coalición “semáforo", sería abandonar el carbón.
Sin energía nuclear y apostándolo prácticamente todo a las energías renovables, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Los Verdes y los liberales del FDP quieren “descarbonizar” el país. Ese término, que indica el proceso de reemplazar los combustibles fósiles por fuentes de energía menos nocivas para el medioambiente, se entiende en la apodada coalición “semáforo” como un esfuerzo para impulsar de forma decidida las energías verdes.
Caben en los dedos de una mano las veces que aparece el término “descarbonizar” en el contrato de coalición que presentaban los líderes de la coalición que abrirá la etapa post-Angela Merkel de la política alemana. Pero ya desde la página 24 de ese texto – el documento completo tiene 177 – se alude a ese proceso con el que parecen comprometidos los tres partidos de la coalición.
MÁS
“Nuestra economía sienta las bases de nuestra prosperidad con sus empresas, empleados y consumidores. Como gran economía industrial y exportadora de Europa, Alemania se enfrenta a procesos de transformación en la década de los 2020 en la competencia global y en la descarbonización”, se lee en el contrato de coalición presentado el miércoles. La primera alusión al término aparecen en la sección referida a “la protección contra el cambio climático en una economía social de mercado”.
Mucho tiene que ver el funcionamiento económico del país con el anhelado cambio de combustibles fósiles por fuentes de energía verdes que desean Scholz y compañía. De hecho, los partidos coaligados quieren que su país pase a ser capaz de consumir un 80% de su energía gracias a las renovables de aquí 2030. Inicialmente los objetivos que tenía el país para ese año era llegar al 65%. El “semáforo” también apunta a 2045 como año en que declarar a Alemania país “neutral” desde un punto de vista medioambiental.
Según datos del portal de estadística alemán Statista, todavía en 2020, un 45% de la energía consumida en el país procedía de renovables. Para el citado portal, Alemania “sigue siendo muy dependiente de las energías fósiles en su producción energética”.
De ahí la importancia del deseo de la coalición "semáforo" dejar el carbón, por ejemplo, en 2030. Esa fecha es la referencia “ideal”, según se lee en el contrato de coalición, donde no se cierra la posibilidad a que ese abandono ocurra algo más tarde. En Europa, Alemania es, entre las grandes naciones europeas, la que más carbón consume actualmente. A nivel mundial, el país de la ahora canciller en funciones Angela Merkel es el décimo gran consumidor de carbón, según el ranking de Statista.
Más renovables, el 2% del suelo para eólicas y más inversiones en vías que en carreteras
Scholz y compañía quiere abandonar ese estatus y, según se lee en contrato de coalición, SPD, Los Verdes y FDP, quieren dar un acelerón en el uso de energías renovables. Intensificar el uso de esas energías 'verdes' pasa por facilitar la burocracia relativa a planificación y concesión de permisos para las fuentes de energía renovables.
Así, por ejemplo, la coalición “semáforo" quiere que el país pase a reservar un 2% de su suelo para la construcción de parques eólicos. Actualmente se reserva para tales fines un 0,8%. Además, aunque SPD y FDP han evitado la idea de Los Verdes de obligar a que haya de forma obligada panales solares en cada edificio de nueva construcción, esa instalación será “la norma”, según el término del contrato de coalición.
Con El FDP, que se ha hecho con el Ministerio de Transportes en el reparto de la coalición, la “transformación de los transportes de Los Verdes ha sido cancelada”, según recoge el diario económico Handelsblatt. Aún así, los liberales han concedido que en Alemania, en 2030, ha de haber 15 millones de coches eléctricos circulando. Además, ha de potenciarse el transporte en tren, que ha de ser más atractivo, algo que también pasa por mayores inversiones en dicho sector. Habrá más inversiones “en vías que en carreteras”, según prometen en la coalición "semáforo".
Interrogantes sobre la financiación de la descarbonización
Este impulso que se quiere dar a las energías renovables es coherente en vista de que el “semáforo” de Scholz no se plantea cuestionar el apagón nuclear que decidiera Merkel para 2022. Sin embargo, hay interrogantes a cuenta de cómo financiar que el país lleve a cabo un proceso de descarbonización que se presume será costoso. Las inversiones para hacer realidad lo que plantean desde la coalición “semáforo" son ingentes.
Según la consultora McKinsey & Company, la descarbonización de aquí a 2045 costaría unos 6 billones con de euros. Ahora bien, con un ministro de Hacienda como el líder de los liberales, Christian Lindner, no parece imaginable que el Ejecutivo vaya a tener un cheque en blanco para llevar a cabo la iniciativa descarbonizadora. A estas alturas se da por hecho que Lindner será el guardián de las arcas alemanas, una responsabilidad que en la última legislatura estuvo en manos de Scholz, quien se caracterizó, durante la pandemia, en no escatimar a la hora de hacer que el Estado alemán contrajera deudas.
En el semanario Der Spiegel ya dan por terminada la soltura con la que Scholz echó mano de las arcas públicas junto al ministro de Economía, el conservador Peter Altmaier, con el objetivo de mantener la economía germana a flote en la pandemia. Por su parte, en el Handelsblatt constatan que si bien “la coalición semáforo promete inversiones masivas en la protección frente el cambio climático y en la digitalización”, lo hace “sin nombrar sumas concretas de dinero”.
Sindicatos, empresarios y ecologistas quieren saber más
De ahí que, por ejemplo, en el sector sindical, Jörg Hofmann, presidente del sindicato IG-Metall, el mayor del influyente sector industrial germano, haya dicho que “espera con interés” que se “concreten” aún más los planes de la coalición. Desde la empresas de dicho sector, en la Asociación Alemana de la Industria, Siegfried Russwurm, también ha hablado de que “queda mucho trabajo por hacer” con el que aclarar los deseos de socialdemócratas, ecologistas y liberales.
En el ecologismo de base, más que interrogantes, se han lanzado exigencias para que Alemania actúe a las claras respetando del Acuerdo de París, con el que se quiere limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5º respecto a los niveles preindustriales. La coalición “semáforo" habla – aunque se diga comprometida con la descarbonización – de “la senda del 1,5º”.
La expresión no ha gustado a gente como Julian Zuber, responsable de German Zero, una ONG de inspiración ecologista. “El acuerdo de coalición va en la buena dirección”, dice Zuber a NIUS. Con él puede coincidir alguien como Chirstoph Bals, de la organización ecologista Germanwatch, quien ha dicho del acuerdo de coalición que es “prometedor”, aunque genera dudas, por ejemplo, en la política de transportes del FDP.
Pero Zuber es de los que no parecen convencidos por lo que vio el día de la presentación del contrato de coalición. “Declaraciones de intenciones y palabras, por sí solas, no constituyen una política que lleve al respeto del objetivo del 1,5º. Hay mucho que aclarar”, concluye.