Azovstal, la acería del hombre más rico de Ucrania donde resisten los últimos de Mariúpol


La caída del último foco de resistencia en Mariúpol sería el primer gran triunfo de Putin en Ucrania
La planta de la era soviética pertenece ahora al multimillonario dueño del Shakhtar Donestk
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Una de las mayores plantas metalúrgicas de Europa es lo único que se interpone entre los rusos y su primer gran triunfo en Ucrania dos meses después de la invasión: la caída de Mariúpol.
Soldados ucranianos y un número indeterminado de civiles resisten en la gigantesca acería de Azovstal, una ciudad dentro de la ciudad, un laberinto de tubos, naves, torres, hornos, tolvas y túneles que se extiende a lo largo y ancho de 11 kilómetros cuadrados al borde del mar de Azov.
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La fortaleza de acero

Si Mariúpol se ha convertido en el Stalingrado de Ucrania, Azovstal es su fortaleza. Los combatientes ucranianos han rechazado dos veces la rendición exigida por los rusos y prometen luchar hasta el final. Ucrania afirma que en Mariúpol han muerto ya 20.000 personas.
La información sobre lo que ocurre en la planta es escasa y difícil de verificar por el secretismo militar y el corte de la mayor parte de las comunicaciones. A mediados de marzo, fuentes ucranianas indicaban que la ciudad estaba defendida por unos 3.000 soldados frente a 14.000 atacantes. Hace una semana, el ministerio de Defensa ruso informó de la rendición de 1.000 marines en Mariúpol.
Elementos del controvertido batallón Azov, de la 36 brigada de marines ucranianos y a la 56 brigada de infantería se enfrentan a las tropas del Ejército ruso, a las milicias del Donbás y a los chechenos de Kadírov.
Los túneles de Azovstal

Conquistar esta laberíntica planta de acero plagada de túneles no es cosa fácil. Una regla militar establece que hacen falta al menos cinco atacantes por cada defensor para prevalecer en la guerra urbana. Ucrania ha acusado a Rusia de usar armas químicas para desalojar la factoría. Ninguna fuente independiente ha confirmado esta acusación.
🇷🇺🔥🇺🇦 #Rusia vs #Ucrania (día 55) – En este gráfico, dibujado por John Lawson para el @DailyMail se muestra cómo sería el subsuelo bajo #Azovstal, lo que ayuda a entender en parte la inutilidad de los bombardeos rusos. pic.twitter.com/svNgsbzIBz
— Revista Ejércitos (@REjercitos) 19 de abril de 2022
Resistencia agónica
Pero después de siete semanas de un cerco que se va estrechando, los víveres y las municiones deben escasear y el puente aéreo montado en helicóptero es cada vez más vulnerable e insuficiente. En las últimas horas, cuentas prorrusas en Twitter han mostrado la supuesta evacuación de civiles de las inmediaciones de Azovstal.
⚡️Эксклюзив⚡️Более 120 гражданских вышли из «Азовстали»⚡️
— Семён Пегов 🇷🇺 (@wargonzoo) 19 de abril de 2022
Воспользовавшись не продолжительным затишьем, мирные жители Мариуполя, ставшие заложниками боевиков-неонацистов наконец-то смогли выйти из подвалов домов, которые стоят непосредственно у главного КПП «Азовстали». pic.twitter.com/FG5QZYegE2
El valor de Mariúpol
La caída de Mariúpol le serviría al presidente ruso Vladimir Putin para justificar el argumento de su “operación especial”: limpiar Ucrania de nazis. El batallón Azov tuvo un claro origen neonazi aunque después, y ya supuestamente depurado, se integró en la estructura del ejército ucraniano bajo el nombre de Regimiento Azov.
Con la caída de Mariúpol, el Kremlin también tendría por fin un corredor terrestre entre el Donbás prorruso y la península de Crimea ocupada por Rusia en 2014; Putin podría exhibir algo parecido a un triunfo en el desfile del 9 de mayo en Moscú y se haría con una gran ciudad industrial y uno de los puertos más importantes del país. Mariúpol, donde aún quedan unos 100.000 de sus más de 400.000 habitantes, supone el 5% del PIB de ucraniano.

Orgullo de la industria soviética
La planta de Azovstal es uno de sus principales activos. Construida en los años 30, fue uno de los orgullos de la industria soviética. Hasta su reciente parada de marzo, los hornos de la planta sólo se habían apagado en 1941 con la invasión alemana. Durante los dos años de ocupación, los nazis fueron incapaces de ponerla de nuevo en marcha, en buena medida por los sabotajes de los trabajadores.

Privatizada en 2005, la planta pertenece ahora al conglomerado metalúrgico y minero del grupo Metinvest de Rinat Ajmetov, quien pasa por ser el hombre más rico de Ucrania. Metinvest, con dos acerías en Mariupol, figura en el puesto 45 de la lista mundial de la industria metalúrgica. La de Azovstal produce 4 toneladas de acero al año: desde raíles de ferrocarril hasta planchas para buques.

Ascenso de un magnate del acero
Rinat Ajmatov, con ancestros en la etnia tartara del Volga y musulmán suní practicante, nació en una familia minera de Donestk en 1966. Como tantos oligarcas postsoviéticos, no es fácil rastrear los orígenes de su descomunal enriquecimiento. En muchos de estos casos suele cumplirse aquella máxima de Balzac: detrás de toda gran fortuna siempre se esconde un crimen.
Ajmatov comenzó a prosperar en los años del salvaje Este, cuando la mafia sustituyó al comunismo y los más avispados y desalmados entraron a saco en las riquezas puesta en almoneda del difunto estado soviético. La guerra ha rebajado su fortuna de 7.000 millones de euros a la mitad, pero entre sus activos aún conserva el ático más caro de Londres, en One Hyde Park.
A Ajmétov se le ha acusado de todo. Un embajador norteamericano le describió como el “padrino” del Donbás en los cables desvelados por Wikileaks. Otro le alabó por su trabajo humanitario y a favor de la paz en el Donbás.

Dueño del Shakhtar Donestk
En 1995 ‘heredó’ el equipo de fútbol Shakhtar Donestk después de que su presidente, Ajat Bragin muriera junto a seis de sus guardaespaldas en un atentado con bomba en el estadio. El ataque nunca ha sido aclarado del todo y, por supuesto, a Ajmétov se le ha acusado de organizarlo pese a que casi muere con quien fuera su jefe, un personaje vinculado al que investigaciones policiales vincularon al crimen organizado.
Después de la revuelta prorrusa del Donbás en 2014, Ajmétov sacó al Shakhtar Donestk de su ciudad originaria. El equipo con impronta brasileña ha paseado su gran palmares nacional por distintos estadios del país hasta establecer su nueva sede en Kiev. En un par de ocasiones llegó a ganar al Real Madrid en la Champions, pero en el último enfrentamiento en Kiev -octubre de 2021- tuvo que encajar cinco goles de los blancos.

Ajmétov, con Ucrania
Ajmétov pasó por la política como patrocinador y diputado del Partido de las Regiones, una formación que no escapó a las investigaciones por corrupción tras la revolución naranja de 2004. Señalado como protector del presidente prorruso Yanukovich, Ajmétov ha sido acusado de financiar a los separatistas prorrusos y de lo contrario.
En noviembre de 2021, Zelenski le incluyó en una lista de supuestos golpistas, acusación tajantemente negada por el multimillonario. La invasión rusa ha dejado claro que su corazón y su bolsillo están con Ucrania. En estas semanas de guerra, se ha encarnado en uno de sus papeles favoritos, el del filántropo que ha ofrecido donaciones millonarias para sostener el esfuerzo de guerra de su país y ayudar a los millones de desplazados por los combates.