La basura: ¿Otra fuente de energía en Alemania con la que independizarse del gas ruso?


El gigante energético sueco Vattenfall plantea en Berlín aumentar la quema de basuras como fuente de electricidad y calor en tiempos en los que Alemania busca independizarse del gas ruso
La ilegal guerra de Rusia contra Ucrania ha puesto a Alemania en una situación prácticamente insostenible. Dependiente del gas ruso como es el país del canciller Olaf Scholz, el Gobierno alemán busca soluciones en todas las direcciones posibles.
Mantener funcionando centrales nucleares, comprar gas natural líquido de Catar o mejorar los términos de los contratos de adquisición de gas natural noruego son algunas de las ideas exploradas o puestas en marcha para salir de la dependencia del gas ruso. Desde Berlín, sin embargo, resuena una propuesta del gigante energético sueco Vattenfall.
La empresa es especialmente relevante aquí por sus exitosas operaciones de compra en las privatizaciones del sector de la energía de la última década del siglo pasado. Así, Vattenfall genera, distribuye y vende energía a los berlineses hoy día.
Dado el contexto geopolítico abierto por la guerra de Rusia contra Ucrania, Vattenfall generaba atención en la capital Alemana cuando hace unos días la firma presentaba su plan de doce puntos para el próximo invierno, centrado en “la protección climática y la seguridad de abastecimiento”.
Berlín, de hecho, sirve a esta empresa para reivindicar uno de esos doce puntos. A saber, el punto relativo a potenciar la quema de basuras para generar electricidad y energía con el objetivo, entre otras cosas, de calentar los hogares en las próximas estaciones frías. En Berlín, desde los años sesenta, dos tercios de la basura sirve para calentar las casas, según las cuentas de Tanja Wielgoß, la responsable de Vattenfall en Alemania para la generación de calor en Berlín.
“En lugar de sacar de las ciudades tantos residuos sin sacarles partido, los restos deberían quedarse en las ciudades e incluirse en el balance climático de las mismas. Si se usaran aquí en lugar de en los alrededores, el calor resultante puede utilizarse para la calefacción de la ciudad”, según explicaba Wielgoß en un comunicado de la empresa.
“Vattenfall, caliente con la basura”, titulaba recientemente el diario berlinés Der Tagesspiegel a cuenta de las intenciones incineradoras de residuos de la empresa sueca. En la capital alemana, según las cuentas más conservadoras de Wielgoß, se podrían ahorrar entre un 4% y un 7% del gas natural que se consume si no salieran tantas toneladas de deshechos en dirección a Brandeburgo, el Land del este alemán que envuelve Berlín.
#Vattenfall ist heiß auf Berlins Müll. Der Versorger fordert von der Politik mehr Tempo beim Umbau der Wärmeversorgung - und sieht reichlich ungenutzte Potentiale auch für private Kunden. https://t.co/DEoQGgTWh8
— Tagesspiegel (@Tagesspiegel) 31 de marzo de 2022
Se estima que un 30% de las basuras berlinesas acaban quemándose en instalaciones brandeburguesas que no permiten un aprovechamiento energético como el que ofrece la central de Ruhleben, al norte de la capital alemana y donde la empresa berlinesa de tratamiento de basuras BSR se ocupa de quemar los desechos.
En Alemania, según datos oficiales, en 2019 había en funcionamiento 156 plantes de transformación de basura en energía. Quemaron unas 25 millones de toneladas de basura ese año.
Más de la mitad de los residuos de las ciudades alemanas, incinerados
En 2019, el 53% de los residuos municipales de Alemania acababan incinerados, de acuerdo con datos de la Confederación Europea de Plantas de Transformación de Residuos en Energía (CEWEP, por sus siglas inglesas). Sólo en Finlandia el porcentaje es mayor (56%). La media europea está en el 27%, según los datos de CEWEP.

En dicha organización han señalado que la principal función de las incineradoras no es la producción de energía, sino “el tratamiento de los residuos”. Ahora, sin embargo, y según parecen indicar en Vattenfall, hay potencial en este sector para paliar algo las muchas incertidumbres que genera la dependencia del gas ruso en Alemania.
Ahora bien, como toda combustión, la quema de basuras, por interesante que pueda resultar en el actual contexto de búsqueda de alternativa a los hidrocarburos rusos, lleva asociado el problema de las emisiones de dióxido de carbono. Eso, asumiendo que toda la basura que se queme se incinere en instalaciones modernas donde la combustión se produce con tecnologías que capturan los contaminantes más peligrosos (entre otros, gases ácidos, dioxinas o metales pesados).
Menos emisiones quemando basura que carbón
En cualquier caso, en lo que respecta a las emisiones de dióxido de carbono, gas de efecto invernadero al que más se responsabiliza del calentamiento global, se estima que la quema de basuras produce menos de ese gas por Megavaito/hora generado que el carbón, el petróleo o el gas.
Sin embargo, la quema de basuras constituye una nueva fuente de dióxido de carbono de cuestionable fama. Entre otras cosas, por la peligrosidad que se atribuye a cuanto “sobrevive” a las incineraciones.
“Los restos que quedan después de la incineración son en gran medida reciclables tras su procesamiento (separación de metales e impurezas), por ejemplo, como material de construcción de carreteras”, mantienen en el Ministerio para el Medioambiente de Alemania.
En otros países, como Suiza, el uso de esos restos está prohibido por le riesgo – “mínimo”, dicen – de que haya en esos materiales contaminantes que acaben liberándose al medio ambiente.
“Una posibilidad de generar electricidad y calor”
De lo que no dudan en el Ministerio de Medioambiente de Alemania es de que “la incineración de residuos es uno de los pilares de su eliminación” que “ofrece la posibilidad de generar también electricidad y calor".
La presidenta de la Comisión Europea defiende ahora en Bruselas a la energía atómica y al gas como “energías verdes”, algo que está en las antípodas de lo que se piensa en su país, sobre todo en lo que respecta a las centrales nucleares
— NIUS (@NiusDiario) 9 de enero de 2022
✍🏼@SmmEnBerlinhttps://t.co/MJor3yrqeN
Con todo, en el mix energético germano, la quema de basuras no figura como un elemento importante. Ese mix, de hecho, sigue dominado por los hidrocarburos. En él que, si se cumplen los planes de la otrora canciller Angela Merkel, dejarán de contarse con la aportación de la energía nuclear a partir de 2023.
En el informe sobre Alemania de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) de 2020, las mayores fuentes de energía primaria en el país de Scholz eran el petróleo, el gas natural y el carbón. Esos tres hidrocarburos representan el 77% del total de la energía de que dispone Alemania. Las basuras, consideradas junto a la biomasa, representan sólo un 10%.