La caída de Mariúpol, el agónico símbolo de la resistencia ucraniana que Rusia codicia


Los combates por el control total de la estratégica ciudad portuaria son feroces
Kiev asegura que la localidad resiste, pese a que Moscú ha anunciado la rendición de más de mil soldados ucranianos
Si Putin conquista Mariúpol, será la primera ciudad importante en caer en sus manos en esta guerra
Los soldados ucranianos avanzan con las manos en alto, desolados, en la asediada ciudad de Mariúpol. La televisión rusa ha difundido sus imágenes asegurando que más de mil militares se han rendido allí. La castigada localidad portuaria al sur de Ucrania ha sido el escenario de intensos bombardeos y cruentos combates desde el inicio de la invasión lanzada por Vladimir Putin hace siete semanas. Es una ciudad "completamente destrozada", según los testigos. El 90% de los edificios están daños o destruidos. De los 430.000 habitantes que había antes de la guerra, resisten solo 100.000. Lo hacen sin luz, agua o calefacción.
El Ministerio de Defensa ruso ha afirmado que 1.026 soldados de la Marina ucraniana, incluidos 162 oficiales, "depusieron voluntariamente las armas y se rindieron". Kiev ha asegurado que no tiene información al respecto. Un asesor del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha insistido en que la ciudad aguanta. Si Mariúpol cae en manos rusas, será la primera ciudad importante en hacerlo. Un duro golpe para la moral ucraniana. Una victoria codiciada para el Kremlin.
El líder checheno, Ramzan Kadyrov, quien asegura que sus fuerzas batallan por Mariúpol, afirmaba también este miércoles que más de mil soldados ucranianos se habían entregado; e instaba a rendirse a los últimos combatientes que permanecen atrincherados en el enorme complejo metalúrgico de Azovstal. En ese distrito industrial -con acceso al puerto- resisten los soldados ucranianos. Los combates son feroces. Periodistas de Reuters han sido testigos de las llamas procedentes de allí. Si los soldados rusos se apoderan de esa zona, tendrán el control total del puerto de Mariúpol.
La marina ucraniana alertaba a principios de esta semana, en una publicación de Facebook, de que se estaba quedando sin municiones y de que se preparaba para la "batalla final" en "un combate cuerpo a cuerpo".
Un enclave de gran valor estratégico castigado desde el inicio de la guerra
Esta ciudad a orillas del mar de Azov tiene un gran valor estratégico; es uno de los núcleos industriales y portuarios más importantes de Ucrania y una zona clave para la exportación de acero, carbón y maíz.
Su conquista aseguraría para Rusia un paso terrestre entre las zonas separatistas de la región del Donbás (en el este de Ucrania) y Crimea, anexionada por Moscú en 2014. Un éxito estratégico para el Kremlin.

A su resistencia, Putin ha respondido con un asedio constante que recuerda a las brutales tácticas usadas por las fuerzas rusas en Grozni, cuando la república rusa de Chechenia se rebeló en la década de los 90; o en Alepo, Siria, donde el líder ruso ha apoyado al régimen de Bashar el Asad contra los rebeldes.
"Un terror que será recordado en siglos venideros"
El alcalde de Mariúpol, Vadym Boichenko, estima en 21.000 los civiles muertos en la ciudad por los ataques rusos desde el comienzo de la invasión, según ha dicho en una entrevista con la cadena CNN. Hace días, denunció la existencia de crematorios móviles con los que las fuerzas rusas tratarían de destruir evidencias de asesinatos de civiles.
"El terror de Mariúpol será recordado en siglos venideros", lamentó el presidente ucraniano, Zelenski, a finales de marzo. El conflicto allí ha dejado imágenes dramáticas. Como la de una mujer embarazada, a punto de dar a luz, trasladada en camilla tras el ataque ruso a una maternidad. Ella y el bebé fallecieron posteriormente.
El batallón ultranacionalista de Azov, una unidad militar de ideología neonazi, ha atribuido el uso de armas químicas a las fuerzas rusas en Mariúpol. La información, sin embargo, no ha sido confirmada por Kiev.
Las autoridades ucranianas han denunciado en diversas ocasiones la violación del alto el fuego en los corredores humanitarios pactados en la ciudad portuaria y el fracaso de los esfuerzos para hacer llegar la ayuda a una población al límite.