De 'canciller' a 'comparsa', la candidata ecologista lucha por pesar en la campaña


Annalena Baerbock, candidata ecologista a canciller, ha visto cómo sus rivales, el socialdemócrata Olaf Scholz y el conservador Armin Laschet, monopolizan la campaña a falta de días para las elecciones alemanas.
En el segundo debate televisado de la campaña para las elecciones generales alemanas, a la candidata de Los Verdes, Annalena Baerbock, le tocó en más de una ocasión mirar para un lado y para otro. Como si asistiera a un partido de tenis.
Detrás de su atril, situado en el centro del espacio desde el que hablaban los aspirantes a sustituir a Angela Merkel en la Cancillería Federal, Baerbock pareció ser parte del público por momentos en el tenso debate que mantenían sus rivales. A saber, el socialdemócrata y favorito de las encuestas Olaf Scholz, y el conservador Armin Laschet.
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Éste último, candidato de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel, tiene que ir al ataque en estos últimos días de una campaña electoral que terminará con la votación del 26 de septiembre. No le queda otra opción a Laschet, ni ahora ni el otro día ante las cámaras. La ofensiva verbal que Laschet lanzó contra Scholz, y la aplicada defensa de éste último, dejó a Baerbock en segundo plano.
La dinámica actual de la campaña no ayuda a la aspirante ecologista, que ha visto cómo su partido se ha desinflado en las encuestas antes incluso de que comenzara la fase caliente de la batalla electoral. En esa fase decisiva, su partido se ha estabilizado muy por debajo de los valores de intención de voto que, el pasado mes de abril, hacían “canciller” a Baerbock.
“En abril, tras nombrar a Baerbock aspirante a canciller, a Los Verdes se les atribuía un 28% de la intención de voto. Eran el partido a batir”, dice a NIUS Peter Matuschek, responsable de estudio de opinión en el instituto Forsa.
“A partir de ahí empezaron a caer en dirección hacia el 20%, mientras que el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) se mantenía estable en el 13% ó 15%. Hubo mucha gente del centro político, incluso conservadores, que se planteaban entonces votar a Los Verdes y que ya han dejado de hacerlo”, añade este experto.
Fue por poco tiempo, pero Los Verdes se convirtieron en el gran partido del centro-izquierda. En abril tenía más sentido que nunca la definición del electorado del partido de Baerbock que hace para NIUS el periodista Ulrich Schulte.
“Los Verdes obtienen mayores resultados electorales en los distritos más favorecidos. Esto se podía observar a menudo en el pasado. Pero el panorama es cada vez más diverso. Se han unido al electorado gente de clase trabajadora. También hay enfermeros y peluqueros que votan a los Verdes”, explica Schulte. “Además, Los Verdes no persiguen políticas para las personas con altos ingresos. Sus planes de política fiscal y social beneficiarían más bien a las personas de clase media y de bajos ingresos”, añade Schulte.
Él escribe para el diario berlinés más amigo de Los Verdes que hay en Alemania, el Die Tageszeitung, y también ha escrito el libro Die grüne Macht: wie die Ökopartei das Land verändern will (Ed. Rowohlt, 2021) o “El poder verde: cómo el partido ecologista quiere cambiar el país”.
Baerbock no será canciller, salvo un milagro
Pero el atractivo político de Baerbock, una mujer de 40 años, dos décadas más joven que Scholz (62) y Laschet (60) y a la que no le ha costado decir que no iba a dejar de ser madre de familia – tiene dos hijos – por mucho que le exigiera estar al frente del primer gobierno de la era post-Merkel, ha caído ostensiblemente. Si algo parece seguro en esta recta final de la campaña es que Baerbock no será canciller, salvo que se produzca un milagro.
A estas alturas, la sucesión de Merkel es algo que atañe exclusivamente a Laschet y a Scholz. Los sondeos, en los que sobresale el SPD de Scholz, así lo apuntan. SPD y CDU están bien por encima del 20% de la intención de voto. A Los Verdes se les atribuye en el mejor de los casos un 17% del apoyo del electorado.
“Los Verdes han estado muy arriba en las encuestas. Pero siempre ocurre que Los Verdes gozan de mucha aprobación en las encuestas y, a medida que se acerca el día de las elecciones, algo de ese apoyo decae”, plantea a NIUS Christoph Knill, profesor y politólogo del Instituto para la Ciencia Política de la Universidad de Múnich.
Al final, temor por la radicalidad verde
“Esto ocurre porque los votantes, al final, se acaban preocupando por las consecuencias de los cambios que Los Verdes quieren implementar. Se teme que esos cambios sean demasiados radicales. Los electores quieren que todo siga igual, por mucho que se reconozcan los problemas. Nadie quiere grandes cambios”, explica Knill.
Estos días, tampoco parecía ayudar a Baerbock el que ella defendiera que “toda prohibición es una fuente de innovación”. Lo hacía a cuenta de qué hacer para animar a la industria del país a realizar cambios que a ayuden a Alemania a ser neutral desde un punto de vista climático.
La frase de Baerbock, independientemente del porcentaje de verdad o mentira que haya en ella, va a contracorriente de algo por lo que Los Verdes llevan años luchando. A saber, no ser el partido de las prohibiciones frente al cambio climático y por el bien del medioambiente.
Por cosas así, en la crónica política se ha leído estos días que si bien Baerbock ha logrado dejar claro que ella es la candidata que más quiere salvar el país ante las consecuencias del cambio climático, ella “ha echado a perder la campaña”. Así lo escribía Oliver Georgi, del diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Jamila Schäfer, vicepresidenta de Los Verdes alemanes para asuntos internacionales, habla en @NiusDiario de los planes de su partido, que probablemente esté en el proximo Gobierno alemán. https://t.co/g1M6IBSoY9.
— Salvador Martínez Mas (@SmmEnBerlin) 29 de mayo de 2021
Él es de los que piensa que, para Los Verdes, el también líder ecologista Robert Habeck hubiera sido mejor aspirante a canciller que Baerbock. En este sentido, a Los Verdes les pasa lo mismo que a los conservadores. Entre los cristianodemócratas los hay que piensan que la CDU estaría mejor en las encuestas con Markus Söder como aspirante a canciller. Söder es el presidente de Baviera y líder de la también conservadora Unión Social Cristiana (CSU).
Ahora bien, a diferencia de Laschet, Baerbock se ha quedado sin opciones de ser canciller. De hecho, habrá quien piense en votar dentro de dos domingos a Scholz en lugar de Baerbock porque el socialdemócrata sí parece haber puesto la directa hacia la Cancillería Federal.
Los expertos, sin embargo, desestiman que Los Verdes se desinflen más aún por culpa de esta tendencia que puede favorecer al SPD.
¿El partido del futuro?
“Los Verdes son un grupo ideológico muy definido, están movilizados por la agenda y no por las personalidades. Cuando Joschka Fischer [otrora líder ecologista y ex-ministro de Asuntos Exteriores, ndlr.] dejó la política, se pensó que el partido podría desaparecer. Pero eso no ocurrió”, plantea Matuschek, el experto en demoscopia del instituto Forsa.
“Puede haber votantes que ahora hayan cambiado a Los Verdes por el SPD, pero no por la cuestión del candidato. El SPD no ha subido a costa sólo de Los Verdes, sino también por votantes decepcionados con la CDU”, añade Matuschek. Además, para Los Verdes, “los sondeos parecen estabilizados”, comenta por su parte Knill, el politólogo y profesor de la Universidad de Múnich.
BUNDESTAGSWAHL | Sonntagsfrage Kantar/FOCUS
— Deutschland Wählt (@Wahlen_DE) 16 de septiembre de 2021
SPD: 26% (+1)
Union: 20% (-1)
GRÜNE: 17%
AfD: 12%
FDP: 11% (-1)
LINKE: 6%
Sonstige: 8% (+1)
Änderungen zur letzten Umfrage vom 09. September 2021
Verlauf: https://t.co/hsxgiA6QD4#btw #btw21 #BTWahl2021 pic.twitter.com/ILQ54cFnHz
A largo plazo, sin embargo, los ecologistas tienen mucho margen de mejora. En esta campaña política, el medioambiente es el gran tema de debate, un asunto en el que Los Verdes son los grandes expertos. “Entre la población joven, Los Verdes cuentan con muchísima aprobación. Son el partido del futuro. Pero, por ahora, la gente más mayor vota a los partidos más conservadores”, sostiene Knill.
Esa realidad es la que hace que los ecologistas alemanes tengan en el horizonte un estatus político más modesto que en los días de mayor bonanza demoscópica. Tras las elecciones generales de 26 de septiembre, Los Verdes serán probablemente el más grande de los partidos pequeños del Bundestag.