Christian Lindner, el “rey de la deuda” que llegó al Gobierno alemán para mantener las arcas cerradas


Al ministro de Hacienda alemán y líder del partido liberal, el FDP, Christian Lindner, le toca asumir el endeudamiento del país para hacer frente a la pandemia, las consecuencias de la guerra en Ucrania y el rearme del Ejército.
A sus 42 años, Christian Lindner llegó a finales del año pasado al poderoso Ministerio de Hacienda de Alemania con la idea de mantener alejadas las arcas germanas de las intenciones de gasto de sus socios en el Ejecutivo. A saber, Partido Socialdemócrata de Alemannia (SPD), la formación del canciller Olaf Scholz, y de Los Verdes.
Según la imagen que algunos tenían de él, Lindner, el líder del partido centrista de los liberales alemanes, el FDP, era un “halcón” anti-deudas públicas
Sin embargo, en poco tiempo, debido a necesarios acuerdos con socialdemócratas y ecologistas; coletazos de la pandémica COVID-19 y, sobre todo, al schock Lindner ha perdido lo que pudiera tener de plumaje de ave rapaz para la política presupuestaria.
De hecho, en Alemania ya hay quien lo ve como el “nuevo rey de las deudas”. Esa expresión la recogía en su edición del lunes el diario Süddetusche Zeitung para referirse a cómo Lindner está estos días defendiendo las cuentas de un Gobierno germano que tiene que echar mano de las deudas para costear los no pocos frentes que tiene abiertos.
Der gefragte Herr Lindner muss ständig neues Geld herausrücken – obwohl er doch den Konsolidierer der Nation geben wollte. Ein Kommentar von @HenrikeRossbach @SZ https://t.co/7kylxnFKSa
— SZ Top-News (@SZ_TopNews) 4 de abril de 2022
Según comenta a NIUS Hubertus Bardt, economista y responsable del Instituto para la Economía Alemania (IW por sus siglas alemanas), un centro de estudios económicos con sede en Colonia (oeste germano), es fácil imaginar a Linder a disgusto con esa expresión con la que hace unos días titulaba a cuenta de Lindner el Süddetusche Zeitung.
Lo cierto es que la expresión lleva utilizándose, como mínimo, desde mediados del pasado mes de marzo para referirse a Lindner. También es cierto que Linder acumula ya méritos para que se le ponga ese apodo. Así, desde finales de marzo, a Lindner le toca defender un proyecto de presupuestos para 2022 en los que se incluyen 99.700 millones de euros en nuevas deudas.
A ese montante se suman los 100.000 millones de euros del fondo especial para gasto en defensa cuya imperiosa necesidad presentaba el canciller Olaf Scholz a los pocos días de que comenzase la invasión rusa contra Ucrania.
Al frente de unos prepuestos para tiempos de incertidumbre
“Con el proyecto de Presupuesto Federal 2022, el Gobierno Federal mantiene su clara orientación hacia las inversiones en el futuro, especialmente en tiempos de gran incertidumbre”, dicen en el ministerio de Lindner. Y precisamente frente a esa incertidumbre, el Ministro de Hacienda alemán no descarta que siga habiendo medidas para aliviar la situación de alza de precios, especialmente en el sector de la energía.
Dicen Lindner y compañía que el objetivo que tiene el Ejecutivo con las cuentas presupuestarias hechas hasta ahora es ayudar en la transformación de la “economía alemana en una economía sostenible, climáticamente neutra y digital”. Ahora bien, mucho del dinero que el Estado alemán ha puesto sobre la mesa tiene más que ver con lidiar con la urgencia del momento que con los proyectos a largo plazo como esa transformación.
Lo hecho hasta ahora por Lindner, según Bardt, “muestra que el ministro de Hacienda está en una situación en la que es capaz de tomar medidas siendo pragmático, no dejándose guiar sólo por la ideología y reconociendo aquellas cosas que son necesarias poner en marcha”.
Puede que Lindner no sea ahora mismo fiel a su ideario económico más clásico. Pero sí que lo es con el tradicional pragmatismo que ha marcado la gestión política en las altas instancias germanas en los últimos lustros.
Pragmatismo de Lindner lo hay, entre otras cosas, cuando lidia con los 100.000 millones de euros en gasto defensa, o cuando mantiene en pausa de manera excepcional “el freno de la deuda”, una disposición de la Carta Manga teutona que había quedado en suspenso por culpa de los efectos de la COVID-19.
¿Un ministro de Hacienda en un mundo de fantasía?
Para entender lo que está haciendo Lindner, “hay que tener en mente que vivimos tiempos que no son normales, y que las posiciones políticas que mantenían los partidos hace apenas ocho semanas tienen que ser replanteadas, y que hay asuntos que generan gran consenso, como el fondo de 100.000 millones de euros en gasto de defensa”, sostiene Bardt.
Ahora bien, desde la Unión Demócrata Cristiana (CDU), la principal fuerza de la oposición en el Bundestag, se están lanzando argumentos para poner en duda el trabajo del ministro liberal convertido, seguramente contra su voluntad, en monarca de la deuda alemana. Así, en la Cámara Baja del Parlamento, se ha escuchado al conservador Christian Hasse, decir que las deudas de Lindner prueban que el ministro vive en un “mundo de fantasía”.
En total, para 2022, los planes actuales del ministro de Hacienda alemán presentan un gasto público en el presupuesto de 457.600 millones de euros.
Una situación difícil para Lindner
Para 2023, la cantidad de gasto será menor: 412.700 millones de euros. En 2021, año en el que todavía se notaba el peso de la pandemia en el gasto social, el montante rondó los 500.000 millones de euros.
En los planes de Lindner para 2023, en concepto de nuevo endeudamiento de Alemania para el año próximo, figura apenas 7.500 millones de euros. Que dada la incertidumbre actual se hagan públicos datos como ese dan cuenta de la cierta necesidad de este político y su FDP de ser vistos, pese a todo, como enemigos del endeudamiento.
“La actual situación es difícil para Lindner, y podría ser más difícil”, según Bardt. “Por ejemplo, dentro dos años, cuando tal vez haya terminado la guerra en Ucrania, y la coalición del Gobierno tenga que volver a una política de hacer el presupuesto más racional, teniendo que elegir dónde hay que recortar recursos y dónde hay que subir impuestos”, concluye el responsable del IW.