La City de Londres quiere recuperar la corona perdida


Reino Unido y la UE han cerrado un primer acuerdo post-Brexit para cooperar en servicios financieros y han creado un nuevo foro para discutir la regulación del mercado
El acuerdo no incluye la “equivalencia” regulatoria para que los bancos británicos sigan teniendo acceso al mercado único y sigue siendo negociada por separado
Londres ha perdido su posición histórica de principal mercado de valores europeo y ha sido superado por Ámsterdam
Tres meses después del Brexit, el Reino Unido y la Unión Europea (UE) han llegado a un primer acuerdo de cooperación en servicios financieros de cara a un futuro. Han acordado un memorando de entendimiento que establece un marco para la cooperación regulatoria y un foro conjunto para discutir reglas de mercado y procedimientos y para compartir información. Este foro es similar al que la UE ha tenido durante años con Estados Unidos. Proporcionará un espacio para discusiones informales y no vinculantes entre los reguladores financieros del Reino Unido y la UE, pero no negociará el acceso al mercado.
“Las discusiones técnicas sobre el texto han concluido. Ahora se deben tomar medidas formales en ambas partes antes de que se pueda firmar el memorando de entendimiento, pero se espera que esto se pueda hacer rápidamente”, dijo en un comunicado el Tesoro británico. Por su parte, la Comisión Europea dijo que “el Memorando de Entendimiento establecerá el Foro de Regulación Financiera Conjunto Reino Unido-UE, que servirá como una plataforma para facilitar el diálogo sobre temas de servicios financieros (…) Por parte de la UE, el memorando adoptará la forma de un instrumento no vinculante de la Unión, que requiere la aprobación del Consejo".
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El gobierno británico quiere que las principales compañías de la City de Londres recuperen parte del acceso que tenían al mercado único a través del llamado “pasaporte europeo” que perdieron cuando el país salió de la UE. El financiero es un sector estratégico para el gobierno de Johnson que genera 157.500 millones de euros anuales, representa el 7,2% del PIB y el 11% de todos los ingresos fiscales. La UE era el principal cliente del Reino Unido. Hasta un 40% de todo el negocio bancario y de inversión británicos es con la UE. Este volumen de comercio quedó cortado con el Brexit.
La reclamación de la “equivalencia”
El memorando acordado entre Bruselas y Londres es independiente de cualquier decisión de equivalencia. La equivalencia es un sistema de la UE para dar acceso a su mercado interno a bancos, aseguradoras y otras firmas financieras extranjeras en determinadas áreas de los servicios financieros. Se basa en el principio de que los países donde tiene su sede la empresa tienen regímenes que son equivalentes en control, comportamiento y resultados. Es una forma de acceso irregular que excluye actividades financieras como la banca minorista.
El sistema de equivalencia no conlleva los mismos derechos que tenía el “pasaporte” antes del Brexit. Puede ser rescindido de forma unilateral por cualquiera de las dos partes con un mes de aviso, según la legislación europea. Los negociadores británicos quieren que este sistema sea más predecible. Por ahora Bruselas solo le ha otorgado equivalencia temporal en dos áreas: las cámaras de compensación de derivados (de 18 meses hasta junio de 2021) y para las transacciones de valores irlandeses (de 6 meses hasta junio de 2020).
Andrew Bailey, el jefe del Banco de Inglaterra, el banco central británico, Andrew Bailey, ya criticó en febrero que la UE no quiera otorgarles la “equivalencia” regulatoria para para seguir teniendo acceso al mercado único europeo. “A pesar de que hemos suministrado toda la documentación necesaria y somos uno de los centros financieros más importantes del mundo, con un sistema regulatorio sólido, la UE todavía no nos ha otorgado la equivalencia total”.
La UE quiere establecerse primero
Bruselas dice que no tiene prisa para facilitar la “equivalencia” a los bancos y firmas financieras británicas porque quiere construir sus propios mercados de capital para reducir la dependencia de la City y ver hasta qué punto Reino Unido quiere apartarse de las reglas financieras heredadas de la UE, por temor a que la City termine con una ventaja competitiva sobre los bancos europeos. Boris Johnnson quiere llevar a cabo una fuerte desregulación en el Reino Unido y se teme que Londres pueda convertirse en la Singapur europea.
Londres ya ha dicho que no solicitará algunas reglas de la UE, que modificará otras como las normas de capital de seguros e introducirá su propia versión de la regulación europea pendiente para las empresas de inversión. Pero ha dejado claro que no bajará los estándares y que se ajustará a cualquier normativa acordada a nivel global. Reino Unido está permitiendo que las empresas de la UE permanezcan hasta tres años en el país y espera que soliciten una autorización permanente. También está permitiendo que las empresas europeas ofrezcan servicios como calificaciones crediticias directamente a los clientes británicos y que las firmas británicas utilicen plataformas de negociación de derivados en la UE para evitar rupturas en los negocios con clientes de la UE.
Los bancos británicos ya han reubicado a 7.500 trabajadores de Londres a otros centros europeos (muchos menos de los que vaticinaron antes del Brexit), del millón de empleados que tiene la City, y los siete principales bancos británicos movieron 1,2 billlones de euros a centros europeos en 2019, bajo la supervisión del Banco Central Europeo, ante el limitado o nulo acceso que tiene al mercado único.
Ámsterdam supera a Londres
Las dos partes se habían fijado llegar a un acuerdo antes de junio del año pasado, antes de que terminara el período de transición, pero no lo alcanzaron. Al no contar con la “equivalencia” normativa de la UE, tras el Brexit se produjo una transferencia de transacciones del Reino Unido a la UE por valor de 6.500 millones de euros. El principal trasvase fue a Ámsterdam. El pasado mes de febrero, Ámsterdam superó a Londres como principal mercado de valores europeo. La Bolsa holandesa movió 9.200 millones de euros diarios en acciones, cuatro veces más que en diciembre, mientras que el movimiento en la Bolsa de Londres fue de 8.600 millones de euros.
Ámsterdam se benefició además de un incremento de la actividad en los mercados de permutas y de deuda soberana, que normalmente hubieran estado centralizados en la capital británica. Ámsterdam superó también a París y Frankfurt, donde también se transfirieron transacciones desde la Bolsa de Londres en enero. Londres perdió su posición histórica como principal mercado europeo. Con este memorando espera acercar posiciones para recuperar la corona perdida.