Las claves de la negociación: qué quiere Putin para terminar la guerra


Por primera vez se dibujan una serie de condiciones que podrían poner fin a la invasión
En cualquier salida negociada, Putin buscaría apuntarse algún tipo de 'victoria'
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La frase de Carl von Clausewitz no se debe interpretar en una sola dirección. Que la guerra sea una continuación de la política por otros medios no es sólo una justificación política de la guerra. También recuerda que la guerra, al final, deja paso de nuevo a la política. ¿Está pasando eso ya en Ucrania o aún es pronto?
Las esperanzas surgieron el miércoles por la tarde al publicar Financial Times que Rusia estaba dispuesta a un acuerdo de 15 puntos. A esas mismas horas el ministro de Exteriores ruso y el secretario de Prensa de Vladímir Putin se mostraban abiertos a que Ucrania tuviera un estatuto neutral similar a Austria o Suecia.
Parecía un gran avance, teniendo en cuenta que el presidente ruso empezó la guerra sin reconocer siquiera que Ucrania fuera un estado por derecho propio. La ofensiva se ha topado con una defensa bien organizada, las bajas rusas pueden rondar las 7.000 según la inteligencia estadounidense y el tesoro ruso ha bordeado el impago de la deuda.
A Rusia le interesa una salida, pero Putin no aceptará ninguna que suponga el colapso de su régimen o que sea una lacra para su visión de la historia de Rusia y, sobre todo, de su papel en ella. ¿Hasta dónde podría ceder? ¿Con qué podría conformarse? Para empezar, necesitaría cantar algún tipo de victoria, así que hay que recordar con qué objetivos inició la guerra.
¿Qué objetivos tenía Putin al inicio de la invasión?

Putin invadió Ucrania asegurando que se trataba de una operación de “desnazificación” y “desmilitarización”. Acusaba al régimen de Kiev y a la OTAN de amenazar el "futuro histórico como nación” de Rusia. Incluso llegó a reclamar a la Alianza Atlántica un regreso a sus fronteras anteriores a 1997, cuando se incorporaron países de Europa Central y del Este.
Los analistas tradujeron esta soflama como un plan para reabsorber a Ucrania en la esfera rusa a través de un estado títere al estilo de Bielorrusia, después de una operación relámpago que descabezara el Gobierno ucraniano. Pero ahora esos objetivos máximos de Putin parecen lejanos.
Nada indica que el Gobierno de Zelenski vaya a caer en breve. No sólo por la resistencia de su Ejército y el apoyo occidental a su presidente. También porque la invasión ha reforzado la resistencia, identidad y unidad de los ucranianos, incluso entre quienes sienten mayor cercanía hacia Rusia.
¿Le vale a Putin con que Ucrania no entre en la OTAN?

Este punto puede ser el más fácil de acordar. El propio Zelenski ya ha admitido en uno de sus discursos que renuncia a entrar en la OTAN, aunque culpa a la propia alianza de no admitirle, una manera diplomática de plantear una concesión a Putin.
No está claro si Rusia podría llegar a insistir en que la negativa a entrar en la OTAN figure por escrito en la Constitución de Ucrania, lo que es seguro es que quiere que se descarte la instalación de bases militares. Vladímir Putin también reclama una limitación del Ejército ucraniano "para que no sea una amenaza para Rusia", a pesar de que ya es muy inferior al ruso.
¿Cómo se definiría la neutralidad de Ucrania?

Rusia ha sugerido que Ucrania podría tener un estatuto neutral similar al de Suecia o Austria. La neutralidad sueca se remonta al siglo XIX y hoy es compatible con participar en maniobras de la OTAN. A Austria, la neutralidad instaurada tras la Segunda Guerra Mundial le permite hoy sumarse a las sanciones contra Rusia.
Por eso Moscú busca definir este estatuto tan difuso. Antes de la invasión se habló del ejemplo de Finlandia, que quedó como país neutral tras rechazar la invasión de Stalin, pero a costa de recortar libertades.
La propia Ucrania era un país declarado neutral hasta el cambio constitucional posterior a la revolución del Maidán. Ese cambio suponía poner al país rumbo a Europa y a la OTAN.
¿Podrá Ucrania asociarse con la Unión Europea?

Rusia también se opone a que Ucrania pueda integrarse en la Unión Europea, pero Suecia y Austria, los dos países citados como modelo por los rusos, forman parte de los veintisiete. No está claro por lo tanto en qué medida Ucrania podría acercarse a la UE o participar en su estrategia de defensa.
Protección del idioma ruso
Desde la visión de la historia que sostiene Putin, rusos y ucranianos pertenecen a un mismo pueblo y ha considerado un atentado cualquier medida contraria a esa identidad cultural, como ha sido la política a favor del idioma ucraniano en detrimento de la lengua rusa en los últimos años en Ucrania. Muchos ucranianos tienen como lengua materna el ruso.
En una llamada este jueves con el primer ministro ruso, Recep Tayyip Erdogan, Putin añadió otra condición simbólica. Pide una "desnazificación" de Ucrania. Para Zelenski, judío con familiares víctimas de los nazis, puede resultar ofensivo, aunque seguramente Rusia se conformaría con una declaración de condena e ilegalización de organizaciones neonazis. La falsa acusación de nazismo contra Ucrania, un país de 44 millones, ha sido un pilar de la propaganda rusa.
¿A qué partes de Ucrania no va a renunciar Putin?
Es difícil que Rusia acepte una solución que no pase por alguna concesión territorial. Crimea fue tomada en 2014 y justo antes de la guerra, Moscú reconoció como independientes las repúblicas prorrusas de Lugansk y Donetsk en la región del Donbás, al este de Ucrania y fronterizas con Rusia.

De nuevo viene a la memoria el caso de Finlandia, que cedió casi el 10% de su territorio al invasor ruso para garantizar su independencia. En este caso, la pérdida de esos territorios por parte de Ucrania es un hecho consumado desde hace años, aunque sin reconocimiento internacional.
Terceros países: ¿quién garantizará el acuerdo?

Ucrania exige garantías de seguridad de cualquier acuerdo y eso incluye la protección de los países occidentales. Según las informaciones conocidas el miércoles, Moscú estaría abierta a este tipo de alianza, aunque no está claro por qué, ya que de facto puede suponer algo muy similar a pertenecer a la OTAN. Los detalles de este punto podrían limitar el tipo de ayuda que recibiría Ucrania.
La implicación de terceros países es fundamental para la validez del acuerdo. Esos países tendrían que reconocer el pacto y, en consecuencia, levantar las sanciones contra Rusia. Pero en este momento, las negociaciones están siendo bilaterales entre Ucrania y Rusia, aunque con mediaciones como la del primer ministro israelí, Naftali Bennett.
¿De verdad quiere Putin la paz?

Siempre queda la duda de si el acercamiento mostrado por Rusia hacia un acuerdo de paz es sincero. Los hechos sobre el terreno siguen siendo de guerra. Los bombardeos no cesan y tampoco los movimientos de refuerzo:
- Cuatro buques anfibios de asalto rusos han sido detectados por Japón en el Pacífico con rumbo posible a Ucrania.
- Hay desplazamientos de largos convoyes militares desde Osetia del Sur.
- Los aviones de la Fuerza Aérea Rusa están realizando movimientos que tienen intrigados a los analistas para saber qué objetivo tienen.
A nadie se le escapa que negociar puede ser una manera de ganar tiempo para Moscú mientras reorganiza sus fuerzas. Incluso una manera de mostrar supuestas buenas intenciones para evitar un mayor aislamiento internacional, mientras sigue destruyendo Ucrania.
Pero los ucranianos no tienen mejor opción que el acuerdo, por mucho que puedan resistir la invasión. Igual que la frase habitualmente mal citada de Clausewitz hay otra mal atribuida a Sun Tzu, que habla de construir un puente de oro a tu enemigo para que pueda retirarse. Para evitar que Putin se comporte como la rata que acorraló de joven en Leningrado, hay que permitirle una salida sobre oropeles de grandeza.