La confusa estrategia de Johnson sobre la producción de carbón


El primer ministro aplaza los planes de abrir la primera mina de carbón en el país en treinta años ante la fuerte presión de los ecologistas
Ha abierto una investigación a menos de dos meses de la cumbre del cambio climático de Glasgow donde será el anfitrión
Los planes del primer ministro de construir la primera mina de carbón en el Reino Unido en más de treinta años han sido aplazados diez meses después de ser aprobados. Al menos mientras dure la investigación pública que ha puesto en marcha para determinar el impacto ambiental que puede tener la mina. Ha abierto la investigación por las duras críticas que estaba recibiendo y por el daño que estaba haciendo a la reputación del país. Se le acusa de dar un mensaje contradictorio. Por un lado, quiere liderar la campaña para acabar con el carbón y, por otro, quiere autorizar la construcción de una mina en suelo británico. Johnson ha pisado el freno a menos de dos meses de la celebración de cumbre del cambio climático, el COP26, que este año se celebra en Glasgow y tiene a Reino Unido como anfitrión.
La investigación, encargada a la secretaría de comunidades y gobiernos locales, ha empezado esta semana. Durará un mes y luego deberán evaluar los resultados, por lo que no se espera que se adopte una decisión definitiva hasta después de la cumbre climática, que se celebra del 1 al 12 de noviembre. Chris Stark, director ejecutivo del Comité del Cambio Climático —el organismo asesor del Gobierno para conseguir el objetivo de cero emisiones de CO2 para el 2050—, señaló que la mina "aumentaría las emisiones globales de gases de efecto invernadero y haría más difícil alcanzar los objetivos de reducción de emisiones”. Se estima que puede producir 8,4 millones de toneladas de dióxido de carbono anuales.
MÁS
2,7 millones de toneladas de carbón
Boris Johnson quiere construir la mina en las afueras de la ciudad de Whitehaven, en la costa noroeste de Inglaterra, en la frontera con Escocia. Se trata de una mina para producir carbón bituminoso, que es un carbón relativamente duro, que se destina al sector metalúrgico, a la producción de coque, un combustible sólido que se utiliza para la fundición de acero, aluminio y otros metales. Los defensores de la mina sostienen que el carbón no se utilizaría para la creación de energía. El 15% se destinaría a empresas británicas y el 85% restante se exportaría a otros países.
El coste de la mina, que se excavaría bajo el Mar del Norte, seria de unos 190 millones de euros y quieren extraer 2,7 millones de toneladas de carbón metalúrgico. Se prevé la creación de unos 500 puestos de trabajo en esta localidad del norte de Inglaterra, una de las zonas más afectadas por la crisis de 2008 y por la pandemia y una de las que votaron a Johnson en las últimas elecciones. Estos planes se contradicen con la promesa del Reino Unido de dejar de utilizar carbón como fuente de energía de aquí al 2025. Reino Unido es también es el promotor junto a Canadá de Powering Past Goal (PPCA), una alianza global para abandonar el carbón.
James Hansen, ex científico de la NASA apodado “el padrino del cambio climático”, escribió el pasado mes de febrero una carta al primer ministro pidiéndole que detuviera todo apoyo a los combustibles fósiles. “Sería fácil lograr esta última ignominia y humillación, simplemente continúe con el plan”, escribió Hansen en la carta, que fue entregada a los medios. Dijo que, si Johnson continuaba con los planes, los partidarios de los combustibles fósiles de todo el mundo se apoderarían del mensaje de seguir adelante con las minas y que esto “demuestra que el gobierno realmente no habla en serio” cuando dice que hay que acaba con las minas de carbón. También decía que los países en desarrollo verían la apertura de esta mina como un estímulo para que siguieran extrayendo carbón.
Una vista virtual
Entre los que están a favor del proyecto figuran una cuarentena de diputados conservadores que le han pedido al primer ministro que siga adelante con sus planes. Uno de ellos es el ministro de comercio, Kwasi Kwarteng, que defiende que la mina producirá carbón metalurgo, que es necesario para los procesos industriales como el del acero y que no se utilizará para la generación de energía, un argumento desmontado por Hansen, que urge al gobierno a buscar formas de producción de energía alternativas “porque la ciencia nos dice que ya no podemos seguir haciendo las cosas de la misma manera”.
Todas las partes podrán exponer sus argumentos en la vista de la investigación. Mark Kirkbride, el consejero delegado de West Cumbria Mining, la compañía minera detrás del proyecto, aseguró en un comunicado reciente que habían considerado completamente los impactos climáticos del proyecto y habían “implementado técnicas importantes y líderes en el mundo para demostrar que la industria de los recursos también puede lograr operaciones netas de carbono cero”. “Creo que esto se convertirá en una parte fundamental de la licencia social para operar proyectos de recursos”, añadió. La vista se llevará a cabo de forma virtual por culpa de la pandemia y será retransmitida en directo por Youtube. Los grupos de activistas climáticos y los expertos también tendrán voz durante el proceso.