Conte impone mano dura en Navidad ante el récord de muertos en Italia


Italia impondrá cuarentenas a quien regrese del extranjero del 21 de diciembre al 6 de enero
Conte anuncia las medidas el mismo día que el país registra 993 fallecidos, el récord de la pandemia
Habían sido tantas las medidas ya anticipadas que contendría el decreto que regulará la Navidad de los italianos, que poco nuevo quedaba por decir. Pero a pocas horas de que el primer ministro, Giuseppe Conte, compareciera para anunciarlas, llegó un dato demoledor. El peor de toda la pandemia: 993 fallecidos en las últimas 24 horas. Conte tragó saliva y se presentó de nuevo en televisión en horario de máxima audiencia. "Serán unas navidades distintas, el objetivo es evitar una tercera ola", dijo.
La segunda ya ha alcanzado un pico más alto que en la primera, cuando Italia le indicó al resto de Europa cuál sería el rumbo de la pandemia. Conte comenzó detallando la mejora de algunos indicadores, pero las cifras siguen siendo tan altas que no hay ningún margen de maniobra. "No tenemos ninguna certeza de que una tercera ola sea menos virulenta que la primera o la segunda", expresó.
Horas antes su Gobierno había optado por la línea dura. Las medidas actuales no sólo se mantendrán, sino que en algunos casos serán endurecidas. Los italianos no podrán salir de sus municipios el 25 y el 26 de diciembre, ni tampoco el 1 de enero. Además, desde el 21 de diciembre hasta el 6 de enero habrá confinamientos perimetrales. No se podrá entrar ni salir de la región, salvo para regresar al propio domicilio, o por motivos de extrema necesidad, como cuidar a familiares dependientes. No hay excepción para los “allegados” ni tampoco será posible acudir a segundas residencias si están en otra región.
Quedaba por resolver la cuestión de los viajes internacionales, para los que se añade una cuarentena. Desde el 21 de diciembre al 6 de enero todo aquel que regrese a Italia tendrá que permanecer en aislamiento al menos 10 días. Italia había pedido a la UE que impusiera normas comunes en las estaciones de esquí, pero finalmente Austria y Suiza -no pertenece a la UE- han decidido abrir e Italia responde imponiendo cuarentenas para desincentivar los viajes a otros países.
El toque de queda sigue vigente desde las 10 de la noche hasta las 5 de la mañana, como hasta ahora. El día de Año Nuevo se prolongará además hasta las 7 de la mañana para evitar fiestas en las casas. En Italia no se ha impuesto un número máximo de personas en las cenas, alegando que legislar lo que pasa en una residencia privada puede ser inconstitucional, pero el Gobierno "recomienda fuertemente no invitar a personas no convivientes".
Clases presenciales y esquí en enero
Los restaurantes también seguirán obligados a cerrar a las 6 de la tarde, al igual que ocurre ahora, y en los hoteles las cenas sólo se servirán en las habitaciones. Las pistas de esquí -el sector se ha puesto en pie de guerra- podrán abrir sólo a partir del 7 de enero y la Misa del Gallo, que también ha despertado polémica, se adelanta a las 8 de la tarde. La única concesión será para las tiendas, que podrán prolongar su apertura una hora, hasta las 9 de la noche, para potenciar las ventas e intentar evitar que la gente se concentre a las mismas horas.
Mientras, los millones de alumnos que están estudiando a distancia, regresarán a las clases también el 7 de enero. Una cuestión, aparentemente más acuciante que el esquí o las misas y que, sin embargo, ha suscitado una menor atención mediática. La ministra de Educación ha tratado de anticipar los plazos, aunque también aquí la línea ha sido mantener la cautela.
La realidad es que Italia no se puede permitir otra cosa. Desde hace semanas las autoridades insisten en que el índice de reproducción de la enfermedad disminuye, al igual que los contagios. Pero es que la incidencia sigue entre las más altas de Europa, los positivos se mantienen por encima de los 20.000 casos diarios y sólo ahora los hospitales han comenzado a sentir alivio. Es una cuestión matemática, Italia entró después en la segunda ola y saldrá también más tarde. Y el virus no se toma ningún parón, ni siquiera por Navidad.