Correr menos en las carreteras de Alemania para no depender (tanto) del petróleo de Putin


La guerra de Rusia contra Ucrania y la dependencia de Alemania de los hidrocarburos rusos reavivan el debate alemán sobre poner un límite a las autopistas germanas en las que no hay exceso de velocidad.
Poner a prueba un Bugatti Chiron de 1.500 caballos de potencia, hasta ver qué máximo de velocidad alcanza, es algo posible en las carreteras alemanas.
De lo contrario, el multimillonario checo Radim Passer, CEO del Grupo Passerinvest, una empresa del sector de la construcción, no habría puesto un Bugatti Chiron a 417 kilómetros por hora, según revelaba en un vídeo a principios de año. Passer, aficionado a los coches superdeportivos y a la velocidad, eligió una carretera alemana para hacer su prueba con el Bugatti Chiron de forma “segura” y “legal”, según sus términos.
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No se le escapa a este empresario ni a su equipo de aficionados a la velocidad que el tramo de la autopista A2 que eligió para acelerar al máximo con ese bólido de fabricación francesa no presenta límite de velocidad. Eso no quiere decir que ahora no tenga problemas con las autoridades germanas.
Es más, tras haber levantado una oleada de críticas por su comportamiento, juzgado como “temerario”, al darse a conocer su “récord” la fiscalía de Stendal lanzó una acusación contra él por haber realizado una “carrera individual”, algo prohibido.
En cualquier caso, en Alemania, y bien lo sabe Passer, no hay límites de velocidad en el 70% de los tramos de las autopistas. Lo que sí hay en ellas es una “velocidad indicativa”, fijada en 130 kilómetros por hora.
Sobre si merece la pena mantener esta particularidad germana, Alemania debate sin éxito desde hace años. Uno de los partidos políticos que apuesta por mantener esta ausencia de límites es la formación de los liberales germanos, el FDP.
En las negociaciones que dieron lugar el pasado mes de diciembre al gobierno de la "coalición semáforo", formado por el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Los Verdes y el FDP; los liberales se salieron con la suya en lo que a la velocidad en la carretera respecta. Con ellos en el Ejecutivo no habría límites y por eso Passer puede poner sus coches deportivos por encima de los 400 kilómetros por hora, según se concluyó en aquellas negociaciones a tres bandas.
Sin embargo, la guerra de Rusia contra Ucrania ha cambiado muchas cosas en el país del canciller Olaf Scholz. Su discurso en el Bundestag, apenas un par de días después de que comenzara la invasión rusa, ha supuesto un vuelco histórico en muchos ámbitos.
El canciller alemán explica este domingo en una sesión extraordinaria del Bundestag los esfuerzos de su Gobierno ante la crisis provocada por el ataque de Vladimir Putin contra Ucrania
— NIUS (@NiusDiario) 27 de febrero de 2022
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Las áreas políticas más afectadas son la política exterior, la política energética y la política de seguridad. Ahora bien, puede que la guerra también tenga consecuencias para el tráfico.
Eso parece, al menos, atendiendo a cómo SPD y Los Verdes vuelven a presionar al FDP para que permita introducir cambios en las normas de tráfico en esas carreteras en las que aparentemente gente como Radim Passer pueden pisarle a fondo a sus superdeportivos.
SPD y Los Verdes atacan al FDP a cuenta del límite de la velocidad
De hecho al SPD y Los Verdes se les ha visto estos días “atacando” a sus socios de Gobierno, según el término que ha empleado el diario económico alemán Handelsblatt. En vista de que el Gobierno alemán está en busca de eliminar las muchas dependencias energéticas de Rusia que han creado las élites teutonas a lo largo de décadas, toda iniciativa parece valer siempre y cuando suponga ahorrar combustibles fósiles importados del país de Vladimir Putin.
Por eso, para socialdemócratas y ecologistas, es momento de volver a discutir de imponer límites de velocidad en las carreteras que sólo cuentan con una “velocidad indicativa”. Notables de SPD y Los Verdes se han expresado estos días a favor de dichos límites, presionando al FDP para que los liberales salgan de su tradicional posición alérgica a las limitaciones de la libertad de acelerar.
Así, por ejemplo, el ecologista Winfried Kretschmann, presidente de Baden-Wurtemberg, Land del sur alemán, defendía la idea de los límites a la velocidad como una medida para “ahorrar combustibles” de la que echar mano. Especialmente, en un momento en el que los costes energéticos están por las nubes y en el que las dependencia energética de Alemania respecto a Rusia pone al país del canciller Scholz en una muy complicada situación internacional.
Alemania compra a Rusia un 34,1% del petróleo que consume
En 2021, el 34,1% del petróleo que importaba Alemania venía de Rusia. El país de Vladimir Putin es, de largo, el principal vendedor de ese hidrocarburo a Alemania. También lo es de gas natural.
Mientras el Ministerio de Economía de Alemania, en manos del también ecologista Robert Habeck, busca alternativas a los hidrocarburos rusos, desde el Ejecutivo alemán también se insta al ahorro energético, algo a lo que, en principio, ayudaría la imposición de un límite de velocidad en las carreteras que ahora no lo tienen.
“No se entiende que no haya todavía un límite a la velocidad en las carreteras. En los últimos años se ha debatido mucho por qué no existe este límite, sobre todo cuando sería muy fácil de implementar además de apropiado para el cumplimiento de los objetivos climáticos del país”, dice a NIUS Claudia Kemfert, investigadora y experta para para asuntos energéticos del Instituto parla Investigación Económica de Alemania (DIW) en el marco de un encuentro con la Asociación de la Prensa Extranjera de Berlín (VAP).
Según sus cuentas, entre un 5% y un 7% del consumo de petróleo se puede reducir gracias a la introducción de un límite de velocidad. “Ese sería un petróleo que podríamos no comprar a Rusia”, señala Kemfert, que también evoca en sus explicaciones mejoras en la seguridad vial que implicarían esos límites.
El FDP se cierra en banda, de momento
En el FDP, sacan otras cuentas, seguramente interesadas políticamente. Así, al diario berlinés Der Tagesspiegel, el jefe del Grupo Parlamentario del FDP en el Bundestag decía que “los efectos de un limite a la velocidad tendría un efecto igual a cero en las reservas energéticas”.
Dürr también ha pedido que el debate recién reabierto sobre los límites de velocidad se cierre de “inmediato” porque “evita que se haga lo que hay que hacer de verdad” en el país. Declaraciones de este estilo es lo que lleva a ecologistas y socialdemócratas a reprochar que el FDP se comporte siguiendo dogmas y no atienda a la nueva realidad que traen consigo las consecuencias geopolíticas de la guerra en Ucrania y el cuestionamiento de la relación con Rusia.
Thomas Kutschaty, líder del SPD en Renania del Norte-Wesfalia (oeste), ha reprochado también el “egoísta sentimiento de libertad” que mueve a los liberales a cerrarse en banda ante esta nueva ofensiva a favor de los límites de velocidad en las carreteras.
Llama la atención que el FDP mantenga esa opinión en un momento en el que en Alemania se reconoce la flexibilidad de su líder, Christian Lindner, al frente del ministerio de Hacienda. También sorprende en vista de que incluso la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), el principal partido de la oposición, dice ahora que esos límites no son “un tabú”.
Puede que, en el pasado, hubiera un tiempo en que liberales y conservadores defendían juntos el mantenimiento de la libertad para acelerar en las carreteras alemanas. Ahora, el FDP parece ir sólo en el cockpit, para beneficio de unos pocos, como Radim Passer.
“La mayoría de la población aprueba la introducción de los límites. Esto no habría que perderlo de vista. Como tampoco que nos encontramos en una situación especial de crisis en Europa, y esto sensibiliza a la gente”, según Kemfert. Está por ver si los liberales terminan cediendo a la presión de sus socios en el Gobierno.