Macron y Putin se citan en un momento de desescalada verbal en la crisis de Ucrania


El presidente francés pide mantener todas las vías de diálogo abiertas, aunque "las conversaciones con Rusia siempre han sido muy difíciles"
Moscú afirma que "no tiene intención de agredir a nadie", mientras analiza la propuesta de desescalada de EEUU y la OTAN
El Kremlin cree que hay "margen para negociar seriamente asuntos secundarios" entorno a Ucrania, pero no su adhesión a la OTAN
"Nunca renuncies a dialogar con Rusia". Lo dice Emmanuel Macron, para quien la vía diplomática es el único modo de salir del atolladero en el que se ha convertido Ucrania, con 106.000 soldados rusos a sus puertas y una escalda prebélica que -al menos verbalmente- se ha enfriado en las últimas horas.
Nadie puede medir los efectos (si los tiene) de la conversación telefónica que este viernes mantendrán Macron y el presidente ruso Vladimir Putin. Pero, como señala el presidente francés, todos los formatos y todos los frentes de negociación tienen que permanecer abiertos. Pese a todo, Macron admite que "las conversaciones con Rusia siempre han sido muy difíciles".
La línea París-Moscú posiblemente no será la que determine el futuro de la crisis, pero se suma a la vía negociadora principal: la que mantienen el Kremlin con la Casa Blanca y los cuarteles generales de la OTAN.
Moscú no tiene prisa
Putin ya tiene sobre la mesa las propuestas de desescalada remitidas este miércoles por EEUU y la OTAN. Si el portavoz del gobierno ruso, Dmitry Peskov, afirmaba que tras analizarlas "no hay muchas razones para el optimismo", el ministro de Exteriores, Seguei Lavrov, apuntaba que hay "margen para negociar seriamente asuntos secundarios". La línea roja, innegociable, sigue siendo el potencial ingreso de Ucrania en la OTAN.
"El presidente Putin ya leyó las respuestas escritas", ha dicho Peskov. "Tiene todos los documentos, pero llevará algún tiempo analizarlos. No nos apresuraremos a sacar ninguna conclusión".
"El problema principal es nuestra posición clara sobre la inadmisibilidad de una mayor expansión de la OTAN hacia el Este y el despliegue de armas de ataque que podrían amenazar el territorio de la Federación Rusa", ha dicho Lavorv.
Entre las propuestas 'negociables' estarían el control de arsenales militares o las políticas de transparencia y estabilidad, asuntos incluidos en el documento de desescalada remitido por Washington, que según el Secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, "establece un camino diplomático serio, si Rusia lo elige".
Ese documento "da una base sólida para reforzar la seguridad y estabilidad en Europa. El camino a las negociaciones está abierto por nuestro lado", ha dicho el Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell. Comienza el tira y afloja en la negociación, "comienza el baile", ha dicho Borrell.
Rusia siente que Estados Unidos y la OTAN han faltado a su palabra. Moscú les reprocha que en el contexto de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) acordaron no expandirse a expensas de la seguridad de Rusia.
Alexei Zaitsev, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, ha alejado el fantasma de una guerra inminente: “Ya hemos manifestado reiteradamente que nuestro país no tiene la intención de agredir a nadie. Consideramos que incluso la idea de una guerra entre nuestro pueblo es inaceptable”.
¿Tregua olímpica?
En medio de la crisis, la llama de los Juegos de Invierno en Pekín (del 4 al 20 de febrero), podría alumbrar una "tregua olímpica" que amplíe los márgenes temporales de la desescalada.
China se ha posicionado del lado ruso al afirmar que Moscú "sufre razonables amenazas a su seguridad" que deberían tenerse en cuenta. Pekín ha pedido que se abandone "la mentalidad de la Guerra Fría". "La seguridad regional no puede garantizarse aumentando o fortaleciendo los bloques militares", han afirmado fuentes diplomáticas chinas citadas por 'Financial Times'.
La diplomacia europea baraja distintos niveles de respuesta hostil rusa: desde ciberataques a gran escala, hasta movilización de tropas en la región de Donbás, pasando por una invasión por el sur de Ucrania, que afecte al enclave de Mariupol, con salida al mar de Azov, frontera sur del país.