La Cumbre Europea no resuelve el problema energético ni de la inmigración en Polonia


Doce Estados miembros firmaron una carta a la Comisión Europea –España no está entre los signatarios- pidiéndole que financie la construcción de muros y vallas
La Cumbre Europea no resuelve el problema energético ni de la inmigración en Polonia. Una vez más, la cumbre volvió a hablar de inmigración, esta vez con la presión que Bielorrusia ejerce sobre las repúblicas bálticas y Polonia y sobre cómo el Gobierno polaco reacciona enviando miles de militares a la frontera y declarando un estado de emergencia que impide que circulen por las regiones fronterizas tanto periodistas como miembros de ong’s. En las últimas semanas murieron de frío, entre Bielorrusia y Polonia, ocho personas.
Para presionar a la Unión Europea para que le quite las sanciones el régimen autoritario bielorruso de Alexander Lukashenko permite que viajen desde países de Oriente Medio personas que quieren llegar a Europa. En Minsk las mete en autobuses o camiones militares y las acarrea a la frontera. Los militares polacos les impiden el paso y se quedan días o semanas a la intemperie, en bosques, mientras hacen el papel de pelotas de tenis de mesa entre las raquetas bielorrusa y polaca.
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Los que consiguen cruzar la frontera y evitar a los soldados y policías polacos se mueven para llegar hasta Alemania, su verdadero destino. Y Berlín lleva el asunto a instancias europeas para que se hable de “movimientos migratorios secundarios”. Las conclusiones aseguran que “el Consejo Europeo no aceptará ningún intento de terceros países de instrumentalizar migrantes con fines políticos y condena estos ataques híbridos en las fronteras de la Unión”.
Poner freno a la inmigración hacia la UE
Las instituciones europeas intentan presionar a los países de origen para que eviten los vuelos hacia Minsk. El alto representante para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, ya dijo el jueves que la cumbre debería ver cómo “responsabilizar al Gobierno bielorruso por estas acciones, pero también echar un vistazo a las aerolíneas y los operadores de viajes que están cooperando con esta forma de usar a los seres humanos como armas”.
Por eso los dirigentes hablan de “dimensión exterior” de las migraciones. Es el eufemismo para referirse a los acuerdos firmados con países, principalmente africanos, para que impidan la salida o el tránsito de migrantes y faciliten las repatriaciones a cambio de “ayudas”. Las conclusiones de esta cumbre hablan, como suelen hacer siempre, de la necesidad de ampliar esos acuerdos y de que cuenten con “el apoyo financiero adecuado”.
La situación en la frontera polaca acapara los focos y los dirigentes europeos critican que Bielorrusia no respete los mínimos derechos de los migrantes, pero hay pruebas desde hace meses de que Grecia, Croacia y Rumanía están impidiendo la entrada de migrantes y solicitantes de asilo a sus territorios usando incluso cuerpos secretos de policía sin insignias que apalean a los migrantes.
Sobre Grecia hace meses que hay pruebas de que sus guardacostas abandonan en alta mar, en pequeñas embarcaciones hinchables, a familias enteras de refugiados. Salvan la vida si los rescatan los guardacostas turcos. Las denuncias llegan a la Comisión Europea periódicamente y medios como el semanario alemán Spiegel, la BBC o diarios griegos han publicado imágenes y videos.
Mientras la comisaria de Interior Johansson ha viajado a las islas griegas que acogen centros de internamiento de migrantes y refugiados y pide investigaciones –sin éxito- el comisario de Protección de Nuestro Modo de Vida Europeo, el griego Schinas, defiende a Frontex y barre bajo la alfombra.
Fronteras más estrictas
Algunos países consideran que la solución está en rodear Europa de muros. Doce Estados miembros firmaron una carta a la Comisión Europea –España no está entre los signatarios- pidiéndole que financie la construcción de muros y vallas. Ellos lo llamaron “barreras físicas”. La firmaron la mayor parte de los países del centro y el este del bloque (Austria, Bulgaria, Chipre, Chequia, Eslovaquia, Estonia, Grecia, Hungría, Lituania, Letonia, Polonia) excepto Alemania y una Dinamarca que lleva meses endureciendo su política migratoria.
La misiva dice: “Las barreras físicas parecen ser una medida de protección de fronteras efectiva, que sirve al interés de toda la Unión Europea, no sólo de los Estados miembros en primera línea”. Bruselas nunca ha permitido que se usen fondos europeos para construir muros o vallas. Cuando Donald Trump empezó a hablar de construir un muro en su frontera con México, la entonces comisaria de Comercio –lo había sido de Interior-, la sueca Cecilia Malmström, decía: “Europa construye puentes, no muros”. Esa retórica se la llevó el miedo que provoca la ultraderecha en los partidos tradicionales.