El destino de Europa que imagina 'el cerebro de Putin': quién es el filósofo Alexandr Dugin


Dugin ha influido en Putin y los altos cuadros del Estado ruso, también en la ultraderecha europea y estadounidense
Propugna el dominio ruso de un imperio euroasiático "desde Dublin a Vladivostok"
Cree necesario dividir a los países europeos y tutelarlos bajo dominio ruso
La justificación de la guerra es un cuento, un relato, con más o menos verdades y mentiras, según el caso. Vladímir Putin contó el suyo al iniciar la guerra y lo dejó por escrito en enero. Detrás de esa narrativa se ha resaltado desde hace años la importancia de quien le ha servido de inspiración tanto a él como a buena parte de la ultraderecha europea y estadounidense: el filósofo Alexandr Dugin.
Hay momentos en los que los mitos y relatos tienen su peso en los líderes políticos. Alejandro Magno quiso superar a los héroes de Homero cuando derribó el Imperio Persa. A John F Kennedy le aconsejaron prudencia Los cañones de agosto de Barbara Tuchman en la crisis de los misiles. A Putin le seduce el imperio de Eurasia preconizado por este pensador de 60 años, un dominio político que alcanzaría “desde Dublin hasta Vladivostok”.
Ucrania, pieza clave de Europa
“Ucrania como estado independiente con ciertas ambiciones territoriales representa un peligro enorme para toda Eurasia (…) Sin resolver el problema ucraniano no tiene sentido hablar de política continental”, afirmaba Dugin en Fundamentos de geopolítica: el futuro geopolítico de Rusia.
Este libro de 1997, escrito desde el resentimiento de la era postsoviética por la gloria perdida, es un auténtico libro de texto en el círculo de poder de Putin y en el Ejército ruso. Un manual del nacionalismo imperialista.
“El cerebro de Putin”, “profeta fascista”, “el Rasputín de Putin” son algunas de las descripciones que se le han dedicado a Dugin desde hace años y sobre todo desde que comenzó la guerra. No deja de ser curioso, como recordaba esta semana David Von Drehle en The Washington Post, que la exmujer de Richard Spencer, uno de los líderes de la ‘alt right’ estadounidense, sea traductora de Dugin al inglés.

El poder de la tierra frente al poder del mar
Dugin dibuja un pueblo ruso que debe estar unido para constituirse como una telurocracia, un poder asentado en la tierra, asociado a valores conservadores y leyes firmes. Su rival es la talasocracia, el poder marítimo, dinámico, mercantil y liberal, que representan Estados Unidos y Occidente.
Según esta visión, Rusia necesita ser un imperio para no permitir “que los valores liberales nos dominen”. Dugin carga contra lo que considera élites de la globalización y propugna un orden étnico de pueblos y culturas unidos (bajo el dominio ruso) y no revueltos.
"La tarea máxima es la finlandización de toda Europa", afirma el filósofo al describir una visión de estados que mantienen su entidad pero a costa de someterse al dictado ruso. Para conseguirlo, Dugin traza una serie de claves:
- Fomentar la división y el aislacionismo en Estados Unidos.
- Agudizar las divisiones entre Reino Unido y las naciones del continente europeo.
- Para conseguir estos objetivos, el libro de 1997 destaca la importancia de la desestabilización interna y del uso de la desinformación.
- Dejar Europa Occidental bajo tutela alemana y controlarla con el suministro de gas y petróleo.
Parece evidente la inspiración que ha supuesto Dugin, que se imagina en un plato de la balanza de la mente de Putin, mientras en el otro está el realismo político que le ha llevado a colaborar con Occidente en otras ocasiones.