Los enfrentamientos entre chechenos y argelinos en Dijon incendian la política francesa


Jóvenes de ascendencia argelina y chechena libran una batalla por el control de los barrios
La ultraderecha agita el debate sobre la inmigración difundiendo las violentas imágenes
La policía francesa se ha tenido que emplear a fondo en el complicado distrito de Les Grésilles, en Dijon, hasta donde se desplaza este martes el número dos del Ministerio del Interior, Laurent Nuñez, para poner fin a cuatro días y noches de escenas de guerra, en las que se han vivido ataques con armas de fuego y barras de hierro.
Todavía este martes por la mañana se han seguido incendiando coches, a pesar del despliegue de 150 agentes en las calles.
De los disturbios se acusa a grupos de procedencia chechena, que han desatado una oleada de disturbios para vengar la agresión sufrida por un adolescente de su comunidad, perpetrada por una banda de narcotraficantes locales de ascendencia argelina.
Decenas de jóvenes de ambas comunidades han entrado en una guerra para controlar el territorio, en la que ha habido agresiones, tiros y quemas de coches y contenedores de basura. Ante las cámaras, han exhibido barras de hierro, hachas y pistolas y armas semiautomáticas, aunque no se ha comprobado si son auténticas.
Hasta el distrito de Les Grésille han ido llegado decenas de individuos (hasta 200, llegados incluso de Bélgica y Alemania) para sumarse a esta batalla campal.
"Lo que ha sucedido no tiene precedentes y es inaceptable", ha asegurado el alcalde, Francois Rebsamen."No hay República cuando las cosas suceden así", ha denunciado al solicitar ante los medios de comunicación más refuerzos policiales.
Cuando los agentes ha intentado interponerse entre los grupos de jóvenes enfrentados se han encontrado con la oposición de hasta 100 encapuchados.
La ultraderecha capitaliza el debate
La tensión en la zona viene de lejos y el confinamiento por el coronavirus ha actuado como una olla a presión, que ahora estalla. Los disturbios se han convertido en un caballo de batalla para los partidarios de la ultraderecha, que difunden por redes sociales las imágenes de violencia con mensajes que criminalizan de forma generalizada a los inmigrantes y las esgrimen como prueba de cargo contra la convivencia en una sociedad multicultural.
Marine Le Pen, presidenta del partido Agrupación Nacional, ha aprovechado para culpar al Gobierno de Emmanuel Macron de los desórdenes y reclama que la policía actúe con mayor contundencia, "aunque les llamen racistas".
La emigración hacia Francia desde Chechenia, una república rusa de mayoría musulmana, comenzó en los años noventa, a raíz de las guerras en el Cáucaso Norte.
El fiscal de Dijon Eric Mathias ha anunciado que la investigación abierta incluye el delito de incitación a la violencia por el uso realizado de las redes sociales por parte de los grupos chechenos para llamar a lo que consideran una venganza contra los jóvenes de ascendencia magrebí.