Rusia y el ecologismo contra la expansión petrolera de Noruega en el Ártico


Oslo pretende explotar pozos petroleros en aguas vírgenes al sur del Archipiélago de las Svalbard
Los pozos de petróleo del Mar del Norte se van agotando, en un problema que afecta a la costa oriental escocesa en el Reino Unido y, sobre todo, a Noruega. El bienestar económico del país, uno de los más ricos del mundo, depende en gran parte de los hidrocarburos. El petróleo y el gas natural aportaron en 2018 el 18% del PIB noruego y el 62% de sus exportaciones, según datos de la Comisión Europea. Noruega es el séptimo exportador mundial de petróleo y en sus aguas están las mayores reservas de gas natural de Europa occidental.
El Gobierno noruego empieza a estudiar la posibilidad de expandir sus extracciones de hidrocarburos al norte hasta áreas vírgenes del Ártico. La idea choca con tres obstáculos de peso: la lucha contra la crisis climática, la protección de áreas intocadas en el Ártico y los intereses de Rusia. Las áreas que pretende explotar Noruega están mucho más al norte que las regiones de Alaska que pretende explotar el presidente estadounidense Donald Trump.
Operación de riesgo, técnica y políticamente
Los expertos aseguran que los riesgos de ir a hacer perforaciones petrolíferas tan al norte suponen varios riesgos. Un accidente podría provocar un vertido de hidrocarburos en áreas vírgenes de actividad humana, la extracción sería tan cara que sólo sería rentable con precios del petróleo muy por encima de los actuales. Y Noruega podría chocar con Rusia, con la que tiene un tratado de cien años, desde los primeros años de la Unión Soviética, que regula la actividad de ambos países en el Ártico y que Rusia, heredera legal de la Unión Soviética, nunca denunció y por lo tanto sigue en vigor.
El tratado firmado con la Unión Soviética, llamado “Tratado de Svalbard” –y que ha sido ratificado por otros 44 países, establece que el archipiélago de las Svalbard, cerca del cual estarían los nuevos pozos de petróleo, es de soberanía noruega, pero regula su militarización y permite que todos los firmantes mantengan actividades comerciales, aunque sólo lo han hecho Noruega y Rusia. Noruega puede vetar actividades de prospección y extracción de petróleo de cualquier otro país.
Presencia rusa
La iniciativa puede provocar un choque con Rusia, que lleva años mostrando músculo militar en el Ártico. La Armada rusa tiene nuevos submarinos de propulsión nuclear y presencia militar quasi permanente en las islas conocidas como Tierras de Franz Josef, muy cercanas a las Svalbard.
Noruega lleva décadas moviendo poco a poco hacia el norte sus perforaciones petroleras. Y consecuentemente ha ido moviendo hacia el norte, hasta colocarlo en junio justo al sur de las Svalbard, el “límite del hielo”, a partir del cual está prohibido buscar petróleo. Un movimiento más al norte podría ser considerado excesivo por algunos países, sobre todo los que han mostrado intereses en el Ártico, como Estados Unidos, Canadá, Suecia, Dinamarca, Finlandia y hasta el Reino Unido, además, de Rusia.
Críticas de grupos ecologistas
Organizaciones ecologistas como Greenpeace y WWF, contrarias al proyecto, escribieron al Gobierno noruego para pedirle que dé marcha atrás y recordarle que la propia agencia pública noruega que regula los recursos petroleros desaconseja extraer petróleo tan al norte por los riesgos técnicos. En otras ocasiones Oslo se saltó los consejos de esa agencia.
El concurso público para aspirar a la concesión de uno o varios de los nueve pozos que van a explorarse se cerrará a principios del próximo año para que los pozos sean concedidos a las petroleras ganadoras unos meses después, antes del próximo verano.