El hundimiento de los laboristas encumbra a Johnson

Los laboristas obtienen el peor resultado desde 1935, con el 32% de los votos, y los conservadores se apuntan una victoria aplastante en escaños sin incrementar el número de votos
Las encuestas apuntaron en la dirección correcta. Con el recuento pŕacticamente finalizado, los conservadores han ganado las elecciones en el Reino Unido con el 44% de los votos y 363 escaños, consiguiendo la tan ansiada mayoría absoluta que les garantiza cinco años el poder.
Enfrente, los laboristas obtienen el peor resultado desde 1935, con el 32% de los votos y 203 asientos.
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Johnson, de 'backbencher' a líder indiscutible
Boris Johnson ha liderado a los conservadores en su victoria más importante desde los tiempos de Margaret Thatcher. Esta victoria tiene aún más valor si se tiene en cuenta que, hace tan solo unos meses, los conservadores fueron la quinta fuerza en las elecciones europeas, por detrás de los verdes.
La mayoría absoluta que ha conseguido Johnson, un político por el que pocos apostaban como primer ministro, le permitirá culminar el Brexit y gobernar con cierta tranquilidad durante los próximos cinco años. Una parte de esta victoria se debe a la percepción de la mayoría de los británicos de que el Partido Conservador es el más preparado para gestionar la salida de la UE, sobre todo después de conseguir un nuevo acuerdo en el mes de octubre. A esto hay que añadir la imagen positiva de la que goza Johnson entre buena parte de los votantes conservadores, sobre todo los partidarios de abandonar la UE.
Esta mayoría absoluta, sin embargo, no se asienta en un crecimiento en el número de votos, sino en los efectos del sistema electoral. Los conservadores apenas han mejorado su resultado en un punto con respecto a 2017, pero han sumado 47 escaños más. Dos factores explican este crecimiento, el primero es la división del voto entre los laboristas y los liberal demócratas, que ha permitido a los conservadores obtener el escaño en algunas circunscripciones. El segundo es la decisión del Partido del Brexit, que apuesta por la salida de la UE sin acuerdo y que ganó las elecciones europeas, de no presentar candidato allí donde los conservadores tenían la oportunidad de ganar un asiento a los laboristas.
El laborismo de Corbyn se hunde
Frente a la cómoda victoria de los conservadores, la debacle de los laboristas ha sido histórica. Los peores resultados desde 1933, cuando Clement Atlee consiguió 154 escaños.
La derrota laborista se explica por la incapacidad de definir su posición frente al Brexit en unas elecciones que, fundamentalmente, trataban sobre el Brexit. Muestra de ello son las oscilaciones en la distribución de los votos con respecto a 2017. En el norte de Inglaterra y en Gales, zonas donde ganó la opción de abandonar la UE, la caída en el voto laborista ha coincidido con el crecimiento del Partido del Brexit, allí donde ha presentado candidato. En Londres, donde hay una mayoría de partidarios de permanecer en la UE, la caída de los laboristas ha sido menor, y ha coincidido con subidas de los liberal demócratas.
Además, la mala valoración del líder laborista, Jeremy Corbyn, ha servido para apuntalar la derrota. Según la encuestadora YouGov, la mayoría de británicos veían al líder laborista como incompetente (65%), indeciso (69%), no confiable (60%) y débil (63%). El desgaste de Corbyn ha sido un lastre en una campaña que ya era complicada de por sí para los laboristas. La era Corbyn ha acabado, ya ha anunciado que no volverá a ser el candidato de los laboristas a primer ministro.
Los liberal demócratas no se recuperan y el SNP buscará el segundo referéndum en Escocia
La caída de los laboristas no ha sido rentabilizada por los liberal demócratas. Los liberales suben en votos, del 8% al 12%, aunque pierden un escaño y se quedan con 11. Este resultado evidencia que no han conseguido afianzar el trasvase de votos que recibieron de los laboristas en las elecciones europeas de mayo, cuando quedaron segundos. Además, la líder del partido, Jo Swinson, no ha conseguido revalidar su escaño, que ha sido arrebatado por los nacionalistas escoceses del SNP.
Por su parte, el Partido Nacionalista Escocés (SNP) ha recuperado terreno y ha conseguido una importante victoria, con 48 de los 59 escaños en juego en Escocia. Este resultado refrenda la reivindicación de la líder del partido, Nicola Sturgeon, de que haya un segundo referéndum —el primero se celebró en 2014— sobre la independencia. La culminación del brexit, que podría ocurrir a finales de enero, será un argumento más para impulsar la nueva consulta.