Elecciones en Sarre: una primera y, a priori, fácil prueba electoral para Scholz


Las elecciones del domingo en el pequeño Land de Sarre, constituyen la primera cita con las urnas en Alemania tras las últimas elecciones generales. El SPD, partido del canciller Olaf Scholz, es el favorito.
A buen seguro, el canciller alemán, Olaf Scholz, mirará con el rabillo del ojo las noticias que lleguen el domingo de Sarre.
Ha de estar ocupado Scholz con asuntos internacionales de máxima urgencia, como las consecuencias de la ilegal guerra de Rusia contra Ucrania. Pero, el domingo, en ese Land del suroeste alemán se celebran elecciones regionales.
Se trata de la primera cita con las urnas que se organiza en la Alemania post-Angela Merkel, tras las elecciones generales del pasado mes de septiembre, en las que el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), la formación de Scholz, salió victorioso.
En Sarre, los socialdemócratas, que presentan a Anke Rehlinger como candidata a presidir ese pequeño estado federado que no llega al millón de habitantes, pueden apuntarse una clara victoria. Los últimos sondeos publicados esta semana dan a la aspirante del SPD una muy amplia ventaja.
Hasta un 41% de la intención de voto se llegaba a atribuir al partido de esta mujer de 45 años a finales de esta semana. Rehlinger, ministra de Economía, Trabajo, Energía y Transportes además de vicepresidente en Sarre, donde socialdemócratas y conservadores de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) gobiernan en una 'gran coalición', parte, por tanto, como favorita.
SAARLAND | Sonntagsfrage Landtagswahl Forschungsgruppe Wahlen/ZDF
— Deutschland Wählt (@Wahlen_DE) 24 de marzo de 2022
SPD: 41,0% (+2,0)
CDU: 28,0% (-2,0)
AfD: 6,5% (+0,5)
GRÜNE: 5,5% (-0,5)
FDP: 5,0%
LINKE: 4,0%
Sonstige: 10,0%
Änderungen zur letzten Umfrage vom 18. März 2022
Verlauf: https://t.co/nJUhBtdufq#ltwsl #ltwsaar pic.twitter.com/c8dDX3xA1k
El presidente de Sarre, el conservador Tobias Hans, quiere ser elegido después de le que sirviera en bandeja el cargo Annegret Kramp-Karrenbauer. Tras imponerse ella con claridad en las elecciones de 2017, en la que la CDU se hizo con un 40,7% de los votos, Kramp-Karrenbauer tuvo que asumir a final de 2018 las tareas de presidenta del partido conservador. Eran otros tiempos.
Ahora, sin Angela Merkel en el poder, y con una CDU relegada a la oposición bajo el liderazgo de un Friedrich Merz que apenas lleva un par de meses al frente del partido, en Sarre nada hace pensar que Hans pueda mantenerse como presidente. La CDU está en fase de reconstrucción y no parece en condiciones de poder quedarse con el control del Ejecutivo en el Sarre, donde los conservadores han gobernado desde 1999.
Favoritismo de la candidata socialdemócrata
A nivel de programa, los partidos en el Gobierno, CDU y SPD, no se diferencian tanto. Cuestiones sociales, económicas y medioambientales figuran entre lo más destacado de los programas de unos y otros.
Sin embargo, los sondeos señalan que si la elección del presidente en Sarre fueran por elección directa, Rehlinger se impondría con más claridad. Porque hasta el 57% dice en las encuestas que desea que la socialdemócrata tome las riendas de la región.
Hace unos días, pasó para hacer campaña con Rehlinger el canciller Scholz, quien entiende que, tras algo más de dos décadas de presidentes conservadores en el poder, “es la hora de un cambio en Sarre”. “Es la hora de una mujer fuerte como Anke Rehlinger”, secundaba Scholz a la candidata de su partido hace dos viernes.
“¿Tiene opciones la CDU?”
En la recta final de la campaña, Hans se ha quedado casi anulado durante varios días por haberse infectado de coronavirus. Así, este conservador de 44 años se ha visto obligado a hacer política desde su casa desde mediados de mes. Una semana antes, Rehlinger estuvo en la misma situación.
Todo esto invitaba a responder con una negativa antes del domingo a la pregunta que se hacían en titulares en el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung. A saber: “¿Tiene opciones de ganar la CDU?”.
Con todo, la CDU podría seguir formando parte del Ejecutivo regional, aunque como “socio júnior” de otra eventual 'gran coalición'. Una de las particularidades que ofrece el panorama político de Sarre es la muy discreta posición de los pequeños partidos, incluidos los que a nivel federal forman gobierno con el SPD. Es decir, Los Verdes y los liberales del FDP.
Tanto ecologistas como liberales aparecen en las encuestas flirteando con el 5% de la intención de voto, un porcentaje a partir del cual se consigue representación parlamentaria en Alemania. Alcanzar ese porcentaje sería una mejoría para ambos partidos, que no están presentes en el Parlamento en Sarre en virtud de sus insuficientes resultados en las elecciones de 2017. Entonces, Los Verdes se hicieron con un 4% de los votos. El FDP consiguió un 3,3%.
La situación de “gran urgencia” de los partidos pequeños
En el último lustro, en Sarre han hecho oposición parlamentaria el partido izquierdista Die Linke). Die Linke, precisamente, desataca en estos comicios por acudir en muy baja forma.
Una de sus principales figuras, convertido en un díscolo en la izquierda de la izquierda germana, Oskar Lafontaine, anunciaba hace unos días su salida del partido.
Este hombre, de 78 años, fue en su día uno de los fundadores de Die Linke. Anteriormente fue una figura destacada del SPD. Llegó a ser brevemente ministro de Hacienda en tiempos del canciller socialdemócrata Gerhard Schröder. Su mujer es la diputada de Die Linke en el Bundestag Sahra Wagenknecht, otra figura “rebelde” en la izquierda alemana.
Lafontaine se había convertido en un referente para Die Linke en Sarre. Ahora, hay quien describe a su partido allí como “prácticamente muerto”. Las encuestas no dan a Die Linke ni un 4% de los votos del domingo, mientras que AfD, pese a que se sospecha a nivel federal de su anticonstitucionalidad por su carácter extremista de derechas, podría recabar del orden el 6% de los votos.
Con esos números, el Frankfurter Allgemeine Zeitung describía a los pequeños partidos en Sarre como formaciones “en una situación de gran urgencia”. Así, pero sobre todo porque la CDU anda debilitada en Sarre, Scholz parece que puede estar tranquilo. Salvo gran sorpresa, según las encuestas, Rehlinger celebrará el domingo otra victoria socialdemócrata en la Alemania post-Angela Merkel.