Esterillas de gimnasio y fotos de móviles: así se ha defendido Kiev frente al avance ruso


Errores rusos, tenacidad e inventiva ucraniana explican el "milagro de Kiev"
La resistencia de la capital ucraniana ha desbaratado los ofensiva relámpago de Putin
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Rusia ha perdido la batalla de Kiev. Ni han entrado en la capital ni han derribado el Gobierno de Zelenski. El presidente de Ucrania se pasea por sus calles, interviene a diario en todos los parlamentos afines y recibe la visita de mandatarios europeos. Los vecinos de la capital se apresuran a regresar en un camino de vuelta más irritante por los atascos que por las bombas. ¿Cómo han frenado los ucranianos al que pasaba por ser el tercer ejército del mundo?
El diario Financial Times cuenta un extenso reportaje las razones del ‘milagro de Kiev’. A los errores rusos se han sumado a tenacidad de los ucranianos, las armas enviadas desde los países occidentales y unos cuantos ejemplos de inventiva.
Esterillas de gimnasio. Los soldados ucranianos han recurrido a unas sencillas esterillas de gimnasia -de apenas dos euros- para evitar que los drones rusos pudieran localizarles al captar el calor humano. Con estas finas colchonetas -conocidas como karemats en Ucrania- se cubrían la cabeza, se infiltraban de noche entre las fuerzas rusas y atacaban sin temor a ser alcanzados en la huida.
Armas anticarro. Las armas anticarro se han convertido en la estrella defensiva de las emboscadas ucranianas. Las redes sociales están repletas de carros de combate rusos reventados. Sólo en las primeras dos semanas de la invasión, Ucrania había recibido 17.000 armas anticarro como los Javelin americanos o los NLAW sueco-británicos. España también se ha sumado a este tipo de envíos con sus lanzagranadas anticarro.
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— FAM del Mundo (@famdelmundo) 7 de abril de 2022
Soldado ucraniano 🇺🇦 con un ATGM Javelin. pic.twitter.com/N6DJkV0mTh
Partisanos digitales. Durante los primeros días de la invasión, los ucranianos usaron los móviles como arma de guerra en una escala hasta ahora desconocida. Al igual que los partisanos que lucharon contra los nazis tras de las líneas enemigas, los civiles de las zonas ocupadas suministraban información que permitía localizar y destruir todo tipo de vehículos militares rusos. Las imágenes y datos se compartían en distintas aplicaciones, entre otras, una del Gobierno de Kiev para solicitar el certificado covid. Involucrarse en esta red social no estaba exento de riesgos. Cuenta el Financial Times cómo los rusos ejecutaron a un civil al encontrarle fotos de sus blindados en el móvil.

Destrucción de antenas. Cuando los rusos quisieron cortar de raíz la actividad de estos partisanos digitales, destruyeron las antenas de las redes 4G. Pero también se crearon un problema. De esas antenas dependían sus comunicaciones encriptadas. Al destruirlas, tuvieron que recurrir a móviles que dejaban sus comunicaciones expuestas. Los ucranianos han difundido conversaciones captadas al enemigo. Fuentes militares de EE.UU, citadas por The New York Times, atribuyen la muerte de un general ruso a que su teléfono fue interceptado y su posición geolocalizada y atacada por los ucranianos.

Defensa antiaérea. Rusia no ha sido capaz de adueñarse totalmente de los cielos sobre la capital, un objetivo imprescindible antes de lanzar cualquier ataque terrestre. Además de trincheras y fortificaciones defensivas al norte de Kiev, Ucrania ha logrado mantener una eficaz defensa contra los aviones y misiles que trataban de alcanzar la capital. No ha ocurrido lo mismo en otras ciudades porque el Gobierno de Zelenski dio prioridad a Kiev.
Ucrania mejora sus Fuerzas Armadas. El Ejército de ucrania tiene poco que ver con el que se dejó arrebatar Crimea y buena parte del Donbás en 2014. Muchos oficiales y reservistas han adquirido experiencia de combate en los ocho años de la guerra del Donbás. La resistencia feroz en puntos clave ha retrasado o impedido lo que en las primeras horas parecía un avance imparable sobre Kiev. Lugares como el aeropuerto de Hostomel o las localidades de Irpin, Hovenka o Moschum. La resistencia ucraniana ha limitado la entrada en la capital a vías estrechas propicias para emboscadas como la que se vio en el ataque contra una columna de carros de combate que avanzaba por el suburbio de Brovary en dirección al centro de Kiev.

Rigidez del mando ruso. Las fuerzas ucranianas han demostrado una flexibilidad de la que ha carecido el Ejército ruso. No hay plan que resista el contacto con el campo de batalla, dijo un célebre general prusiano. Una máxima que, aparentemente, los rusos no han tenido en cuenta. Ha quedado en evidencia su incapacidad para adaptarse a circunstancias cambiantes, señala Financial Times. Los analistas militares atribuyen esta rigidez al bajo número de suboficiales y rigidez jerárquica en la toma de decisiones. Una forma de conducir la guerra que explicaría el alto número de bajas entre los altos mandos. Hasta media docena de generales rusos han caído en combate por su cercanía al frente, según fuentes ucranianas.

Un mando descoordinado. Pese a que unos largos ejercicios militares precedieron a la invasión, la descoordinación entre las diferentes fuerzas ha quedado patente. En la sexta semana de guerra, el Kremlin ha considerado necesario unificar el mando en el general Aleksander Dvornikov, el hombre que dirigió sin escrúpulos humanitarios la intervención rusa en Siria en 2015. Por su rango, experiencia y como jefe militar del distrito sur de Rusia -el más cercano al teatro de operaciones del Donbás- era el candidato natural a asumir el mando de toda la invasión, según el norteamericano Instituto de Estudios de Guerra (ISW, por sus siglas en inglés).
Defensas naturales. La anchura del río Dnieper que atraviesa de norte a sur Kiev ha sido otro obstáculo formidable. Las tropas de Moscú se han quedado bloqueadas en la rivera oeste. Además, la rotura de la presa de Kozarovicho, que controla el caudal del Irpin –afluente del Dnieper-, convirtió las llanuras al norte de Kiev en un humedal intransitable para las tropas rusas que pretendían rodear la capital.
Brutal atasco en la ruta #Kiev-Irpin-Bucha-Borodyanka. Cada vez hay más seguridad para entrar. Pueblos cerrados. Control militar. Mucha tensión entre la gente en la cola que se está poniendo nerviosa. Algunos coches se atraviesen para que los “preferentes” (como Press) no pasemos pic.twitter.com/XclFBjlYmB
— Esther Yáñez (@EstherYez) 11 de abril de 2022
Estas son algunas de las razones que explican la derrota rusa en la batalla de Kiev. Al menos en la primera batalla de Kiev, porque los propios mandos ucranianos reconoce al Financial Times que la guerra continúa y no descartan que Moscú intente más adelante tomar la capital de Ucrania.