Europa no aceptará más refugiados afganos que los evacuados


Los ministros de Interior prometerán este martes que no habrá crisis migratoria como en 2015
El presidente de la República italiana dice que pedir a los afganos que se queden en su país va contra los valores europeos
El fin de las evacuaciones (este fin de semana no hubo ya de prácticamente ningún país europeo y Estados Unidos las acabará este martes) hace que la crisis de Afganistán, en lo que concierne a su derivada migratoria, pase a una nueva fase: hacer que no vengan más. O, como dice el comunicado de convocatoria de la reunión, “para evitar que se repita el escenario de 2015”.
Los representantes diplomáticos ante las instituciones europeas (el Coreper) se reúnen este lunes para preparar la reunión de ministros de Interior de mañana martes que tendrá como plato fuerte del menú la gestión de la eventual crisis migratoria (lo llamamos así casi por costumbre pero en realidad debería llamarse crisis política por fenómeno migratorio) que podría ir creciendo si los afganos deciden abandonar en masa su país tras la llegada al poder de los talibanes.
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Los ministros de Interior, cuentan fuentes comunitarias, acordarán que no aceptarán más refugiados afganos que los evacuados hasta ahora salvo excepciones. La idea es impedir que suceda como en 2015 y que riadas de refugiados intenten el camino, largo, caro y peligroso, que une por tierra Afganistán con Europa a través de Irán y Turquía.
Para mandar ese mensaje (es una pena que tengan que vivir bajo gobierno talibán pero no vengan, como mucho quédense por ahí cerca, en Pakistán o Irán, países a los que los europeos se comprometerán en ayudar) los ministros no darán, cuentan las mismas fuentes, ninguna cifra total europea de reasentamiento para refugiados afganos y harán únicamente referencia a los planes iniciales de la Comisión Europea para 2022, diseñados antes de esta crisis en Afganistán.
Bruselas prevé que la Unión Europea acepte a un total de 30.000 refugiados (de cualquier origen) durante todo el próximo año. 30.000 es el 0,006% de la población de la Unión Europea, que según datos de Eurostat cerró 2020 en 447 millones de personas. Sí podría haber promesas de algunos Estados miembros, pero siempre de forma unilateral, sin comprometer al bloque. Tampoco habrá, para evitar vetos de países como Hungría, Polonia, Chequia o la propia Eslovenia (presidencia semestral) intentos de pactar números de reparto de refugiados.
La reunión de embajadores y la de ministros de Interior podrían cambiar detalles del acuerdo, pero el énfasis seguirá oficialmente en un complejo equilibrio entre el mensaje de solidaridad hacia Afganistán y quienes huyen y otro de negativa a abrir las fronteras europeas para darles cobijo más allá de los pocos miles que ya fueron evacuados.
A cambio de la dureza en materia migratoria, los ministros acordarán aumentar la ayuda financiera, que deberán canalizar organismos de Naciones Unidas como Unicef (infancia) y Acnur (refugiados). Los ministros también prometerán (esto lo han prometido ya en el pasado sin consecuencias prácticas) trabajar para que la Unión Europea tenga unas reglas comunes para procesar solicitudes de asilo y sobre todo para aceptarlas o denegarlas, porque el grado de aceptación varía considerablemente de un país a otro.
La comisaria europea de Interior, la sueca Ylva Johansson, se reunirá este lunes en Nueva York con el secretario general de Naciones Unidas, el portugués António Guterres y con el coordinador antiterrorista de Naciones Unidas, el ruso Vladimir Voronkov. En la agenda de Johansson la ayuda europea a Naciones Unidas.
Pocas voces en Europa critican la política migratoria europea con respecto a los afganos. La más potente es la del presidente italiano Sergio Mattarella, quien el domingo dijo que pedir a los afganos que no vengan a Europa “no concuerda con los valores de la Unión Europea”.